Hay pocos deportivos que ofrezcan la facilidad y agrado de conducción del Audi S3 Sedán. Y eso que sobre el papel parece casi imposible que con 300 caballos bajo el pie derecho se le puedan atribuir ventajas así a esta berlina de diseño clásico, de 4,47 metros de longitud con casi 400 litros de maletero y un aspecto exterior bastante discreto que puede engañar a los menos avispados.
Pero en general, las sensaciones al volante son sorprendentes puesto que el deportivo alemán es capaz de resolver de una forma especialmente acertada el compromiso entre agrado de uso, calidad de pisada, comodidad, facilidad de conducción y agarre, un objetivo prioritario en todo constructor que se precie.
Acelera como un Porsche 911
El S3 Sedán acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, el mismo tiempo que emplea un deportivo de la talla del Porsche 911 Carrera 4 Coupé. Pero todo a partir de un motor de 4 cilindros, con dos litros de cilindrada, turbo, intercooler y un tipo de inyección combinada directa/indirecta que se adapta a cada situación para obtener los mejores resultados. La primera trabaja en los momentos de arranque y de máxima aceleración, mientras que la segunda sólo trabaja con carga parcial del acelerador. Éste es uno de los cambios que experimentó este propulsor a mediados de 2012, además de incorporar mejoras en elementos clave como la distribución variable, el colector de escape, el turbocompresor o la culata. El motor pasó de 265 a 300 caballos, pero sobre todo se ganó mucho en elasticidad porque el par máximo, que es mayor, se consigue 700 rpm antes y ya desde 1.800 rpm.
Además, si puedes gastarte 585 euros en una opción, puede que sea el dinero mejor invertido de tu vida, siempre que te decidas por el cambio automático de doble embrague S-Tronic. Se trata de una oportunidad de oro de conseguir un elemento bastante costoso (normalmente más de 2.000 euros) por la cuarta parte, gracias a la reducción de un tramo en el impuesto de matriculación por su menor consumo y emisiones.
Además, ya no valen las excusas de que si los cambios automáticos son aburridos, de que si no me dejan hacer… Este tipo de cambios son una auténtica gozada y prácticamente se puede decir que lo único que aportan son ventajas por rapidez, comodidad, seguridad, fiabilidad o consumos.
El motor tiene el corte en 6.500 rpm pero con este cambio y por seguridad, la aguja del cuentavueltas no llega a acercarse al límite. Eso sí, el sonido a partir de 4.000 rpm es imponente; el empuje, brutal; las marchas se van engranando en milésimas de segundo en modo automático o a gusto del conductor si decide utilizar las levas. Y en general el conjunto transmite una mezcla de control total con solidez y agrado de uso que no es fácil de encontrar en otros modelos. Y eso que todavía no nos hemos metido de lleno en aspectos como estabilidad, aplomo, dirección o frenos.
Divertido y seguro
El S3 Sedán va provisto de serie con el tren de rodaje deportivo S y con la tracción total, el resultado es increíble porque parece mentira que se haya conseguido un agarre tan certero y una ausencia total de balanceo sin sacrificar tanto el confort como para limitar el uso del coche a una utilización puntual. Lo bueno del S3 es que es un deportivo que se puede utilizar a diario no sólo porque su combinación de motor y cambio admite una utilización urbana o turística sin rechistar, si no también porque los ingenieros de la marca de los cuatro aros han sabido alcanzar el equilibrio casi perfecto en los tarados de muelles y amortiguadores, unos tarados que también se pueden seleccionar a placer en caso de elegir la opción de suspensión 'Magnetic Ride' regulable.
Con ella o sin ella, el S3 Sedan sí lleva el Audi Drive Select que permite elegir entre modo 'Efficience', 'Confort', 'Auto', 'Dynamic' e 'Individual' con los que se pueden variar de forma independiente o conjunta elementos como la dirección, la respuesta del motor o el cambio.
Entre los aspectos menos positivos, encontramos un hueco algo justo para las piernas de los pasajeros traseros, una puesta en marcha algo brusca si no se acelera con tiento, y un consumo muy sensible al uso que puede variar entre unos 8 y 12 litros en función de las ganas con las que se pise el acelerador.