Hablar de Quattro es hablar de Audi. Un sistema de tracción que se ha convertido en una seña de identidad para la compañía alemana, pero que en realidad nació con el objetivo de tener el vehículo más rápido en el mundo de los rallys. Y así fue, lo que permitió ofrecer más tarde a sus clientes máquinas adelantadas a su tiempo.
Corría el año 1977 cuando la firma de Ingolstadt decidió ir a por todas en el Campeonato del Mundo de Rallys. Y cuando a Audi se le mete algo entre ceja y ceja pasa por encima de cualquier escollo. Aunque ese escollo fuera la mismísima FIA, que prohibía por entonces los vehículos con tracción a las cuatro ruedas en esta disciplina. Pero el resto de firmas no se opusieron, de forma que la alemana dio carta blanca al ingeniero Ferdinand Piëch, nieto de Ferry Porsche, para arrancar con el desarrollo del Audi Quattro.
Ferdinand Piëch ponía la primera piedra al proyecto del Audi Quattro
Tres años después, el proyecto Quattro se materializó en forma de Volkswagen Iltis, un vehículo que en ese año 1980 se hacía con la victoria en el Rally París Dakar. Los de Ingolstadt habían dado con la tecla de la tracción total, que trasladaron al Audi Quattro, un deportivo de producción en serie que se presentó en el Salón de Ginebra de 1980 y con el que dieron el salto al Campeonato del Mundo de Rallys de forma oficial en el Montecarlo de 1981.
Porque de forma extraoficial, aquel Audi Quattro en manos de Hannu Mikkola fue usado como coche cero en el Rally del Algarve de 1980. Audi pidió a la organización que cronometrara a Mikkola a pesar de que no era un rival al uso. Competidor que hubiera ganado con un margen de 26 minutos. Los alemanes habían construido un vehículo ganador, que fue pilotado por leyendas de la talla de Mikkola, Blomqvist o Michele Mouton, a quien se le escapó el título de pilotos por un accidente en el Rally Costa de Marfil, dejándolo en bandeja a Walter Rohrl. Aún así, Audi se hacía con el Campeonato de Constructores ese año dentro del Grupo 4 de la FIA.
En el año 1984 aparecía la evolución de este mito: el Sport Quattro
En 1983, los alemanes apuntaron al Grupo B con una evolución de aquel Audi Quattro con el que Mikkola se hizo con el título de pilotos. Pero la competencia era feroz; de manera que la casa alemana dio un paso al frente con el desarrollo del Audi Sport Quattro, una imponente máquina que debutó en 1984.
Para poder homologar aquella criatura de carreras, la FIA obligó a los de Ingolstadt a fabricar un mínimo de 200 unidades del Audi Sport Quattro con especificaciones de calle. Y este que hemos conducido, en color Alpine White, es uno de esos 200 ejemplares venerados por los amantes de la firma de los cuatro aros que llegaron a manos de clientes privados.
12 millones de pesetas costaba en España un Audi Sport Quattro
Clientes con alto poder adquisitivo, porque en 1984 este Audi Sport Quattro costaba la friolera de 12 millones de pesetas. Para los ‘jovenzuelos’ decir que eso equivale a unos 72.120 euros al cambio, pero también era una cifra que te permitía comprar un Porsche 911 Turbo, un Ferrari Mondial Convertible o cinco Audi 80. Una cantidad que eclipsan hoy los 151.830 euros de los que parte el Audi Quattro más avanzado del Siglo XXI, que no es otro que el RS e-tron GT.
El cambio más significativo que realizaron los chicos de Audi Sport fue acortar la batalla en 32 centímetros respecto al Audi Quattro de la época. Ese detalle hacía al coche mucho más vivo y sus pilotos no estaban emocionados con esta decisión, porque aquel Audi Sport Quattro exigía mano dura para ir rápido. Lo mismo que sucedía con las unidades de calle, cuyo acorte de batalla prácticamente eliminaba los asientos posteriores.
Un rápido vehículo con un sensacional motor de cinco cilindros
Pero los ingenieros de la casa alemana también mejoraron su motor de cinco cilindros en línea, que estrenaba la tecnología de cuatro válvulas por cilindro y mantenía su turbocompresor KKK K27. Con una cilindrada de 2.133 centímetros cúbicos, generaba 310 CV a 6.700 rpm y 350 Nm de par motor a 3.700 rpm, que se enviaban a sus cuatro ruedas por medio de un cambio manual de 5 velocidades. Sistema de tracción total con un reparto fijo del 50:50, pero con un mando en el salpicadero para bloquear los diferenciales central y trasero con el objetivo de sacar el máximo partido a ese histórico sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Audi Sport confió en Baur para fabricar una carrocería con materiales compuestos, que usaba de forma masiva el aluminio, el kevlar e incluso la fibra de carbono. Componentes desconocidos para un vehículo de producción y que permitían ahorrar hasta el último gramo en esta maravilla que aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y que alcanzaba una velocidad máxima de 250 km/h, cifras que no son normales para un coche de calle con 39 años de historia.
Los Audi Sport Quattro se cotizan a más de 500.000 euros hoy día
Tanto es así que el Audi RS e-tron GT demanda 3,3 segundos para efectuar esa misma aceleración, pero calca la velocidad máxima de 250 km/h de su antepasado. Y eso que esta rápida berlina eléctrica corta el viento con un Cx de 0,24, mientras que el Audi Sport Quattro es un ‘ladrillo’ con un coeficiente aerodinámico de 0,44. Pero este último es 1.120 kilos más ligero que el electrizante modelo de Ingolstadt, que ofrece unas prestaciones y una dinámica de otro nivel. Ahora bien, no puede sacar pecho de la esencia de su antepasado, una máquina concebida por y para el mundo de la competición, de la que unos pocos elegidos han tenido la fortuna de disfrutar con permiso de sus manos y sus pies, a los que este Audi Sport Quattro no da ni un segundo de tregua cuando quieres deleitarte con la conducción más pura de la historia de la firma de los cuatro aros.
Conducción que a día de hoy se cotiza a precio de oro, porque hacerte con un pedazo de la historia de la casa alemana no baja actualmente de los 500.000 euros, que es lo que se han pagado por las últimas unidades que han cambiado de manos.
40 años de seguridad y prestaciones
Motor16 y la tracción Quattro de Audi nacieron prácticamente de la mano hace 40 años. Y es que en el Salón de Ginebra de 1980 se presentó el primer Audi Quattro, pero la división Quattro GmbH se había fundado ya el 10 de octubre de 1983.
Los ingenieros de Quattro GmbH fueron los encargados de evolucionar aquel vehículo nacido para ser llevado a la competición, donde arrasó a sus rivales gracias a la efectividad de su sistema de tracción a las cuatro ruedas. Tecnología que sus adversarios tuvieron que desarrollar e implementar para intentar poner contra las cuerdas a la firma de Ingolstadt.
Viendo el éxito en competición, así como la seguridad que aportaba a sus pilotos, la casa alemana decidió abrir esta tecnología al gran público más allá del deportivo Audi Quattro. El sistema de tracción total dio el salto a la berlina de representación Audi V8 para luego bajar en la gama llegando al Audi 100, Audi 80… Pero Quattro y el futuro de Audi iban de la mano, siendo ya una premisa la adaptación de este sistema de tracción a futuros vehículos. Hoy, todos los modelos, a excepción del A1 Sportback, ofrecen esta tracción, que eligen más del 40% de los clientes y han equipado más de 11 millones de Audi en estas 4 décadas.