Desde tiempos inmemoriales, el segmento de los coches compactos de altas prestaciones, conocido por los aficionados como hot hatch, lleva varios años experimentando una dramática reducción, hasta el punto de estar prácticamente desaparecido entre las marcas generalistas. Cómo no, la marca encargada de mantenerlo vivo es Volkswagen, que ofrece dos variantes del Golf GTI (265 y 300 CV), además del Golf R con tracción a las cuatro ruedas.
Asimismo, sigue el pulso entre las marcas Premium alemanas, dos de las cuales han actualizado recientemente sus propuestas. Hablamos del Audi S3, que fue renovado a finales del 2024, y especialmente del BMW M135 xDrive, cuya nueva generación llegó a mediados del año pasado. No se trata de una errata: en esta nueva entrega, la firma bávara ha eliminado la letra ‘i’ de sus mecánicas de gasolina (mantiene la ‘d’ en las diésel).
Lo cierto es que, sobre el papel, el M135 ha sido objeto de ‘sorpasso’ por parte del Audi S3, que ahora entrega 333 CV por los 300 CV del BMW (con anterioridad, 300 y 306 CV, respectivamente). Pero una cosa es lo que diga una ficha técnica y otra muy distinta es lo que transmite al volante, y lo cierto es que nos hemos llegado una sorpresa.

El BMW M135 xDrive tiene dos personalidades
Hemos de admitir que el anterior M135i xDrive no nos dejó un buen sabor de boca. Tenía dos problemas: por un lado, la puesta a punto no era del todo adecuada; y por otro, existía un 128ti con ‘solo’ 265 CV y tracción delantera que le hacía sombra. Pero son dos problemas del pasado, pues el 128ti ya es historia (al menos, de momento) y este M135 está mucho mejor trabajado que su antecesor.
Desde el punto de vista estético sigue siendo un coche relativamente discreto, especialmente si lo escoges con su configuración de serie y un color discreto; por ejemplo, el blanco Alpine White solid que se ofrece sin sobrecoste. En el caso de nuestro unidad de pruebas, con la pintura Thundernight metallic (un violeta tirando a oscuro) y las llantas de 19 pulgadas opcionales, es más difícil pasar desapercibido.

En el interior pasa más o menos lo mismo, hasta que te fijas en el grueso volante con la marca roja de centrado en la parte superior. Los asientos delanteros también tienen un respaldo específico, con alas más promimentes para sujetar la parte superior de la espalda. Bien es cierto que estos elementos también los podemos encontrar en cualquier otro Serie 1 con paquete M Sport o M Sport Pro; de hecho este último añade unos respaldos con reposacabezas integrado. La manera más fácil de apreciar que se trata del Serie 1 más potentes, además del logotipo ubicado en el portón, es fijarse en los escapes, cuatro en el caso del M135.
Los primeros compases al volante tampoco son especialmente emocionantes. Con el modo de conducción seleccionado por defecto resulta muy cómodo y avanza de manera suave. Hasta puede resultar decepcionante, pues la respuesta no se corresponde con la potencia anunciada. Hasta que se pulsa el botón ‘My modes’ ubicado en la consola central y se selecciona ‘Sport’…
De repente, el M135 muta en un auténtico ‘hot hatch’. Aumenta la rigidez de la suspensión y el de repente tenemos los 300 CV (en ocasiones parece que más) disponibles bajo el pie derecho. Todo acompañado por un sonido realmente logrado (no es del todo real, se amplifica por los altavoces). La transformación es tal que, por su contundencia, se aleja llega a recordar a un Audi RS 3 con su motor de cinco cilindros… 100 CV más potente. El Audi S3 es más ‘plano’ en este sentido, pues la diferencia entre el modo normal y el deportivo (Dynamic) no es tan acusada.
Y si no era suficiente, el M135 tiene un precio de partida bastante inferior al de su gran rival, aunque partiendo de que hablamos de compactos de más de 60.000 euros que, lógicamente, tienen una clientela muy específica. En concreto, el M135 xDrive cuesta 61.950 euros, mientras que un S3 parte desde los 65.770 euros, más o menos lo mismo que tercero en discordia, el Mercedes-AMG A 35 4Matic.
