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Citroën C3 Aircross 1.2 Puretech 130 Shine. Diviértete cada día

Según la Wikipedia, originalidad «es la cualidad de las obras creadas o inventadas que las hace ser nuevas o novedosas, y que las distingue de las copias, las falsificaciones, los plagios o las obras derivadas. Una obra original ni deriva de otras obras ni es una copia realizada sobre otra, que sería su origen». Y conforme a esta descripción de la enciclopedia libre de internet, está claro que, gustará o no, pero el C3 Aircross de Citroën derrocha originalidad por los cuatro costados. Es verdad que pronto será el objetivo de algún fabricante chino sin escrúpulos que calcará sus líneas maestras para lanzarlo en aquel mercado sin pudor bajo su propia marca, pero hasta entonces -y también desde entonces, y a pesar de todo- el C3 Aircross de Citroën es una pieza única que todavía puede ser más exclusiva si se dedica un tiempo a personalizarlo con una de las 90 combinaciones de exterior disponibles.

Todo en el C3 Aircross está muy de moda y tiene estilo propio. El lenguaje todocamino, el puesto de conducción elevado, la posibilidad de personalización, el motor de tres cilindros, el despliegue de sistemas de ayuda a la conducción o la sobrada conectividad, representada por una generosa pantalla táctil central. Y que esté de moda no significa que se quede exclusivamente en eso, en una moda en vigor durante un corto periodo de tiempo. El estilo todocamino -y anda que no le queda carrete a este tipo de coches- le otorga un aspecto agresivo que transmite solidez, acompañado de una serie de ventajas asociadas muy interesantes. Por ejemplo, sus 17,8 centímetros de altura libre al suelo le dejan saltar fuera del asfalto sin miedo a romper nada a la primera de cambio, y con la tranquilidad de que el coche va a llegar a buen puerto aunque se compliquen algo las cosas; más si lleva incorporada la opción denominada Grip Control, que permite ajustar el control de tracción a diferentes situaciones de adherencia. No es un todoterreno, ni se le pasa por la imaginación tener -ni ahora ni en un futuro- tracción total, pero el todocamino francés fabricado en Figueruelas se atreverá con situaciones más complicadas que las que pueda plantearse su propietario.

Y el puesto de conducción más elevado de lo habitual permite que el conductor se anticipe al tráfico que le rodea aportando seguridad y agrado. Se habrían agradecido unos asientos con mayor sujeción lateral y algo más mullidos, pero en general se trata de un coche cómodo y se convierte en un magnífico embajador del programa 'Citroën Advanced Comfort'. Pero en este caso no se debe asociar este planteamiento a un coche de amortiguación blanda en el que se sacrifica la estabilidad en favor de la comodidad. El C3 Aircross de nuestra prueba no es un 'GTI', y la verdad es que no se encuentra a sus anchas en una carretera de curvas; sin embargo, a medida que se mete en faena sorprende la solvencia con que negocia las zonas más reviradas, el aplomo que transmite y la casi ausencia de balanceos de la carrocería a pesar de su altura. En realidad, el C3 Aircross va mejor que su hermano pequeño, el C3, aportando una carrocería más sujeta y una suspensión con mejor compromiso entre agrado y estabilidad. En cualquier caso hay considerar que si elegimos el Pack Shine con Grip Control y control de descenso, éste irá asociado obligatoriamente a unos neumáticos M+S (barro y nieve) que permiten al C3 Aircross meterse hasta el cogote en el barro por una pista infernal, casi sin despeinarse, y evitan tener que llevar cadenas en invierno. A cambio, en seco el agarre en curva empeora un poco y la frenada se alarga considerablemente, cesiones habituales en cualquier modelo con este tipo de neumáticos de laminillas.

Habitáculo grande y versatil

La personalización del coche también está de moda, pero unos fabricantes más que otros se toman de verdad en serio lo de ser diferentes. En el caso del C3 Aircross el apartado de elegir un coche a medida cuenta con una oferta sin precedentes. Hablamos de hasta 90 combinaciones en el exterior, con cuatro colores de techo para las versiones bitono y cuatro Packs color, así como cinco ambientes interiores claramente diferenciados: raro será ver dos C3 Aircross iguales. Y ya que hablamos del interior, el C3 Aircross sorprende con un habitáculo grande y versátil. Grande porque detrás hay espacio sobrado para dos adultos y un adolescente, que si viaja en el centro verá que no hay mucho problema para poner los pies, ya que el túnel central del piso solo mide seis centímetros de alto. Y versátil, pues la banqueta trasera se desplaza longitudinalmente en dos partes independientes, los respaldos traseros se reclinan en tres posiciones y el respaldo del copiloto se abate en forma de mesa para dejar una longitud de carga plana de nada menos que 2,40 metros. También encontramos detalles interesantes como el doble fondo del área de carga, una cerradura del portón -a prueba de chichones- que queda a 1,86 metros del suelo al abrir el maletero, un rebaje para colocar la bandeja en vertical una vez desmontada o unas guanteras que son casi 'mini maleteros' por su gran tamaño.

El C3 Aircross también está a la moda cuando se trata de tocar los aspectos técnicos. Es el caso del motor de tres cilindros de gasolina Puretech con 130 caballos; un propulsor que no parece tricilíndrico por sonoridad o vibraciones, que en todo momento muestra ganas de trabajar y que se asocia a un cambio de seis marchas muy bien escalonadas. El resultado: empuje claro desde 1.500 rpm, incluso circulando en sexta a 60 km/h. Prestaciones suficientes para una utilización normal, incluso circulando muy cargado. Y un consumo que oscila entre los 5 y los 7 litros cada 100 kilómetros -con un sólo ocupante-, que no está nada mal para un todocamino de 130 caballos.

El C3 Aircross 1.2 Puretech 130 en acabado Shine es una magnífica elección de compra, pero ya que esta variante no está disponible con cambio automático, otra alternativa interesante pasaría por perder 20 caballos e inclinarse por la versión Puretech de 110 caballos y cambio EAT6, mucho más eficaz y agradable en ciudad, y sólo 600 euros más cara. En cualquier caso, el acierto queda asegurado.

LA CLAVE

Me maravilla que el sector del automóvil haya evolucionado tanto que hoy el comprador encuentre en un coche de solo cuatro metros y de una marca generalista todo lo que hasta hace poco sólo estaba al alcance de unos pocos modelos premium. Es el caso del Citroën C3 Aircross, que ofrece espacio, diseño y un fantástico equipamiento de seguridad y ayudas a la conducción, apoyado por un sistema que facilita la experiencia fuera del asfalto. No se necesita más.