De cara a los próximos meses, intuyo un aumento importante de las ventas de berlinas medias en nuestro país. Este segmento de algo más de 20 miembros, agonizante hasta hace nada en favor primero de los monovolumen y después de los todocamino, se está cargando de buenas razones, como su atractivo diseño, un acabado y materiales de gran calidad y una tecnología de clases superiores, para dar una sorpresa que quizá llegue ya este mismo año. Y es que la lista de socios que se irán sumando al club en breve no es ni corta ni aburrida y sin duda ayudará a recuperar el prestigio de un segmento que se merece un poquito más de interés por parte del público. Por ejemplo, llega el renovado y esperado Audi A4, el exclusivo Jaguar XE, el imponente Hyundai i40, el mejorado Mazda6, un Renault Laguna muy interesante que no comparte absolutamente nada con el actual, una nueva generación del Seat Exeo y el espectacular Skoda Superb, al margen de interesantísimas actualizaciones recientes como la del Peugeot 508 o la del Mercedes Clase C.
Comandando de momento esta pequeña revolución destaca el Opel Insignia, que lleva ya tiempo haciendo méritos y en 2014 fue el más vendido de este segmento en España, aunque el trío de alemanes «premium» A4, Clase C y Serie 3 ha comenzado 2015 comandando el ránking porque parece ser que a estos niveles, en los que las ventas por renting tienen mucho que decir, la exclusividad está ganando peso.
Generalistas muy exclusivos
Con todo, los que de verdad creemos que de momento van a reactivar el mercado de berlinas medias son estos dos modelos que hoy enfrentamos para vosotros: Ford Mondeo y Volkswagen Passat, dos de los generalistas más exclusivos que puedes comprar.
Sinceramente, están tan conseguidos estéticamente y tienen un porte tan magnífico que al verlos apetece ponerse al volante de inmediato. Incluso a costa de ganarme alguna crítica de sus seguidores incondicionales, apetecen casi más que un Audi A4 o un BMW Serie 3.
El Mondeo, cuyo frontal podría pasar por el de un Aston Martin, mide 4,87 metros y cuenta con un portón trasero que, sin forzar mucho el diseño, aporta un interesante plus de versatilidad al ampliar la boca de carga y utilizar una bandeja extraíble que permite cargar el coche al máximo en caso de necesidad. Su rival, el Passat, con un aire al imponente Phaeton, mide 4,76 metros de largoy es un sedán tradicional con tapa y maletero separado, y aunque los respaldos abatibles dan un respiro si no van cinco ocupantes, no compensan la ausencia del portón. Obviamente los respaldos del Ford también se abaten y al carecer de bandeja fija, dejan todavía más espacio aprovechable que en su rival sobre todo en altura. Pero llegados a este punto, nos ha sorprendido el elevado peso de esos respaldos en el modelo del óvalo, sobre todo cuando el Mondeo, por tamaño, peca de sobrepeso y hubiese sido fácil someterlo a una cura de adelgazamiento en elementos como este (por ejemplo el Passat en los asientos traseros ha ahorrado tres importantísimos kilos). Pero la respuesta es sencilla, los ingenieros de Ford tenían que compensar la ausencia de bandeja (una pieza de aluminio en el Passat) para no perder rigidez y la única forma era reforzando esos respaldos. En cualquier caso no se puede decir que Ford no haya intentado aligerar su berlina. De hecho se ha utilizado acero hidroformado de alta rigidez en los largueros del techo y los pilares A y B, y el portón tiene estructura de magnesio, un 40 por ciento más ligera que en el anterior. Pero lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, el Mondeo mide lo mismo que un Mercedes Clase E y casi lo mismo que un BMW Serie 5, modelos de un segmento superior y mucho más pesados que el Ford a igualdad de potencia.
Maleteros similares en espacio
Si el espacio de carga te preocupa, con estas dos 'limusinas' ese tema no te va a quitar el sueño. El Passat anuncia 586 litros de maletero, pero como en España esta versión lleva rueda de repuesto de tamaño normal, el espacio se reduce hasta los 536 litros. Una cifra cercana a la del Mondeo (550 litros) tal y como viene de fábrica, con kit de reparación en vez de rueda de repuesto. La zona de carga es inmensa en ambos, y los dos ofrecen perchas para colgar bolsas de supermercado, aunque en el Passat son escamoteables y están más cuidadas y mejor resueltas.
En el habitáculo de ambos modelos se respira calidad y mimo por los detalles… Y también mucho espacio. Aunque cinta métrica en mano surgen diferencias notables. Por ejemplo, todas las cotas del Passat, excepto la de anchura en las plazas traseras, son superiores a las de su rival. Destacando el espacio para las piernas de los ocupantes traseros con 6 centímetros más de hueco disponible. Una barbaridad si tenemos en cuenta que el Mondeo es más largo y tiene algo más de batalla. El secreto es que el los ingenieros del Passat, aprovechándose de la nueva plataforma MQB, han llevado los pedales más hacia el morro del coche ganando unos centímetros preciosos. Pero una vez dicho esto, no podemos olvidar que el túnel central de unos 20 centímetros de ancho en ambos, es 8 centímetros más alto en el Volkswagen, lo que dificulta el acomodo de un tercer ocupante en la plaza central trasera del Passat. Los «marginados» de atrás, en el Passat son menos marginados pues su equipamiento incluye climatizador con pantalla digital independiente para ellos solitos. En cambio las guanteras de las puertas traseras del Ford son de mayor tamaño. Y ambos pueden llevar opcionalmente calefacción en los asientos traseros, uno más de los muchos detalles que sitúan a nuestros protagonistas más cerca del universo «premium».
Como es habitual, el tiempo empleado en alcanzar la posición más cómoda y adecuada al volante es menor en el Volkswagen por una simple cuestión de lógica al situar los mandos, y de facilidad para familiarizarse con ellos. El Mondeo recibe a sus invitados con unos asientos de buena sujeción y un diseño moderno del cuadro pero la grafía de los relojes y algunos testigos se han miniaturizado demasiado y a veces resulta complicada su lectura. Eso sí, la pantalla táctil de serie en el Mondeo es de 8 pulgadas mientras que la del Passat se queda en 6,5. Pero ambos ofrecen muy buena conectividad e incluso Volkswagen regala la suscripción a los servicios móviles 'on line' durante un año.
Ambos con 150 CV
150 es un número mágico en este segmento puesto que es la potencia solicitada por el mayor número de compradores de este tipo de berlinas. En el Mondeo, esa misma potencia la proporciona un propulsor totalmente renovado y algo más refinado y silencioso que el de su rival. Un Passat que también ha optimizado su propulsor más exitoso aumentando la potencia 10 caballos hasta la cifra mágica y el par disponible en una horquilla más amplia. Es un motor más áspero que el del Mondeo, pero a la hora de medir su rendimiento supera los tiempos logrados por su contrincante. Aunque no hace falta recurrir a los inapelables datos de nuestro correvit para darse cuenta de que, por su mayor peso (100 kilos más), por los largos desarrollos (casi 60 km/h en 6ª a 1.000 rpm), por la forma de entregar la potencia (par máximo disponible a más vueltas y en un margen menor que en su rival), o por las tres cosas juntas, en el Mondeo, los 150 caballos se pueden quedar algo justos en determinadas situaciones.
A ver si nos entendemos, el Ford empuja con decisión y casi siempre mueve con solvencia el conjunto, pero los datos logrados son comparables con los de una berlina al menos 25 caballos menos potente por lo que nuestra recomendación pasa por invertir 2.000 euros y adquirir el Ford Mondeo 2.0 TDCi 180 CV, que se muestra bastante más brillante.
En este punto el Passat se escapa aprovechando los puntos débiles de su rival, con una respuesta más decidida a la presión sobre el acelerador y mucha más facilidad para circular en marchas largas en lugares en los que el Mondeo se ve obligado a utilizar una marcha menos.
Y el Volkswagen firma además unos consumos especialmente llamativos para un vehículo de su envergadura. El Mondeo consume de media un litro más que el Passat, pero hay que reconocer que dadas sus características, un consumo medio de 6,4 l/100 km no es un mal dato.
Por cierto, sorprendente la autonomía de ambos modelos, casi 1.000 kilómetros en el Ford y casi 1.200 en el Volkswagen, con un solo depósito.
Le lastra el mayor peso y los neumáticos
El sobrepeso y el tamaño que obligan al Mondeo a ceder puntos en favor del Passat, no han sido obstáculo para que la berlina de Ford ofrezca el mejor aplomo y un paso por curva espectacular. Es verdad que nuestra unidad llevaba suspensión regulable (2.300 euros formando parte de un paquete opcional) y unas gomas exageradas de 235/40 R19 (también han puesto su granito de arena para conseguir las modestas prestaciones), pero independientemente de este importante detalle, la calidad del chasis se nota cada metro recorrido y al volante en carreteras reviradas enseguida se olvida su tamaño y los kilos de más. Y no sólo eso, la dirección es rápida y precisa; el cambio manual, con el eficaz tacto tan habitual en Ford; y los frenos, correctos para el caballaje y peso.
El Passat, en cambio, no llevaba suspensión regulable DCC, por cierto mucho más asequible al ofrecerse de forma individual por tan sólo 320 euros, y tampoco llevaba suspensión deportiva (asociada al paquete R-Line con un coste de 560 euros), sin embargo ofreció un buen compromiso entre estabilidad, agrado de conducción y flexibilidad de muelles y amortiguadores. No es una opción absolutamente necesaria en ninguno de los dos modelos, pero dado el deterioro de las carreteras de nuestro país, la suspensión regulable sí es recomendable para circular siempre con la configuración más adecuada.
En cuanto a precio final, destacan los 29.150 euros del Mondeo con un equipamiento muy interesante. Y aunque el Passat cueste 2.000 euros más, su abrumadora lista de elementos de serie sirve para igualarlos en atractivo.