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Ford Edge 2.0 Ecoblue 190 CV 4×4 Titanium. Premium de verdad

Ford ha renovado el Edge, su SUV más grande, cuidado, equipado y potente. Y aunque no se le puede considerar como una tercera generación, sí presenta importantes novedades a nivel de diseño, técnica, seguridad y equipamiento para situarlo en la órbita de los mejores SUV del segmento, incluido el clásico trío alemán; aunque, en realidad, el rival que Ford tiene en el punto de mira sea el Volvo XC60.

Recordemos que el Edge es un SUV muy grande, ya que mide 4,83 metros, sólo seis centímetros menos que un Volkswagen Touareg. Y consecuentemente juega con esa ventaja para ofrecer mucho espacio interior y un maletero de 602 litros, superior al de rivales más pequeños como el Alfa Stelvio, el Audi Q5, el BMW X3 o el Mercedes GLC.

En el Ford recién llegado se han trabajado muchos aspectos, pero sobre todo, y respecto al modelo anterior, se ha mimado especialmente la calidad y la insonorización, reduciendo en este último caso hasta 2,5 dB el ruido que llega al interior en marcha.

Exteriormente el modelo del óvalo azul estrena parrilla, capó, paragolpes y faros, además de nuevos colores. Este despliegue de estilo otorga al SUV de Ford un porte atlético, pero elegante a la vez y con un inequívoco aspecto premium.

Motores diésel

A nivel mecánico Ford mantiene la apuesta por sus eficientes motores diésel como única alternativa para este modelo, entre otras cosas porque el 95 por ciento de lo que se vende en este segmento, sobre todo por consumos, está movido por ese tipo de combustible demonizado injustamente. Sin embargo, hay importantes novedades técnicas, y ahora el Edge incorpora dos motores 2.0 Ecoblue con potencias que pasan de 180 a 190 CV y de 210 a 238 CV. En el caso del primero, objeto de nuestra prueba, cuenta con un solo turbo y siempre va asociado al cambio manual de 6 marchas y a la tracción total, con un sistema inteligente que analiza 40 variables de medición cada 16 milisegundos y que, en caso necesario, puede mandar el cien por cien del par a un solo eje.

El Edge con el motor de 190 caballos homologa un consumo de 5,8 l/100 km que aumentan hasta los 7 si nos ajustamos a un uso real que incluso coincide con el de la nueva homologación WLTP, datos en cualquier caso sorprendentes si tenemos en cuenta el tamaño de este SUV y que pesa 2.030 kilogramos.

Es un peso superior al de sus rivales, y al que de alguna manera hay que hacer responsable de unas prestaciones que no están al nivel de su competencia directa, a la que sin embargo supera en otros apartados como calidad, insonorización, espacio o seguridad.

Además, el Edge tiene ahora un descuento de algo más de 8.000 euros si se financia la compra, y su precio final se queda en 41.112 euros.

El Edge se afianza en un nicho de mercado cada vez más cerca de los premium alemanes y suecos que de los generalistas de Hyundai, Peugeot… Calidad, refinamiento y tamaño son sus armas.

LA CLAVE

Ford no es la primera marca generalista que intenta situar uno de sus modelos en el segmento Premium, aunque no todas lo consiguen. El renovado Edge suma ingredientes para que se le tenga en cuenta en una posible lista de la compra de un SUV refinado y de calidad. Y el resultado es muy convincente.