Allá por abril de 2013 tuve ocasión de probar a fondo el Ford Fiesta ST, un devorador de curvas que sorprendía por sus prestaciones, su puesta a punto y por la diversión que transmitía. Ese Fiesta ST se sigue comercializando, y si tenemos en cuenta su actual descuento -hasta 5.100 euros- se queda en unos atractivos 17.725 euros,. Es decir, 8.475 euros menos que nuestro protagonista, pues la exclusividad se paga.
Es una diferencia más que respetable, pero resultará asumible para algunos porque permite conducir el Ford Fiesta más potente de todos los tiempos, ya que este ST200 eroga el doble de caballos que un Fiesta XR2 de hace 20 años. Además, sólo está disponible en el color Storm Grey que se observa en las imágenes, equipa llantas específicas y añade algún que otro detalle estético. Pero, a pesar de todo, nos sigue pareciendo demasiado discreto.
Hasta que no te subes, no descubres de lo que es capaz. Te acomodas en sus asientos Recaro -algo estrechos- y pones en marcha su 1.6 EcoBoost, un motor optimizado para proporcionar 200 CV y 29,6 mkg. El Fiesta ST 'normal', que cuesta 8.475 euros menos, se conforma con 182 CV y 24,5 mkg. Sorprende su suavidad y el 'confort' que transmite aún con unas suspensiones firmes. No equipa función de ahorro Start-Stop, pero a 1.800 rpm recomienda subir marcha como si nada para minimizar el gasto, que es bastante comedido, salvo que demos rienda suelta a nuestras emociones.
Cambio magnífico; dirección muy precisa
Precisamente a eso invita este deportivo de bolsillo, que además suena con poderío cuando lo subimos de vueltas -llega a 6.500 rpm-, inundando el interior de deportividad. El tacto del cambio es magnífico -sería mejor que dejasen el apoyacodos central para las versiones TDCi, pues molesta- y su dirección permite trazadas milimétricas por su precisión.
Por la diferencia de precio frente a un Fiesta ST, no habría estado de más un autoblocante, pues se conforma con el sistema eTVC que frena la rueda delantera que va por el interior de la curva. No le vendría nada mal para transmitir al asfalto sus 215 CV y 32,6 mkg, pues gracias a la función 'overboost' son esas las cifras que están disponibles durante 20 segundos.
¡Qué manera de acelerar! Le mete dos décimas al ST al pasar de 0 a 100 km/h. ¡Y qué manera de recuperar! Pues le quita dos segundos en el reprís de 80 a 120 en sexta gracias también a un desarrollo más corto.
Pero este ST200 es más de curvas que de rectas. Le falta un selector de modos -no lo echaremos de menos-, y se debe conformar con un ESP con tres programas, incluyendo el 'off'. Al activarlo se torna muy vivo, y hay que tener manos, pues aunque el chasis es una verdadera delicia, su eje trasero tiende a sobrevirar, aunque se corrige fácilmente y todo anima a seguir 'curveando'.
La clave
Es uno de los utilitarios más divertidos por su puesta a punto, con un eje trasero que te permite disfrutar. Corre de sobra, frena muy bien, es amplio, está bien acabado… Pero no pagaría la diferencia frente a un ST 'a secas'. Para ello deberían ofrecer más tecnología, frenos más potentes o un autoblocante mecánico, vitales para domar sus 200 CV.