Con su nuevo Ford Ranger Raptor, la marca americana puede presumir de haber puesto en el mercado el mejor pick up que jamás se haya comercializado en España y, al mismo tiempo, uno de los productos más irracionales que se pueden comprar en los albores de la movilidad libre de emisiones.
Tanto si buscas buenas capacidades todoterreno como si lo que quieres es divertirte al volante, este nuevo Ford Ranger Raptor es la respuesta a tus oraciones, siempre con permiso del Jeep Wrangler Rubicon 4xe y del prohibitivo Mercedes Clase G, cuyo precio le hace jugar en otra liga.
De entrada, nos encontramos con un pick up que ha crecido con respecto a la generación precedente para ofrecer una mayor habitabilidad. Decimos que ha crecido, pero la realidad es que «se siente» más grande, ya que, con buen criterio, tanto la longitud total como la anchura y las vías son prácticamente idénticas, al tiempo que la batalla ha pasado de los 3,22 a los 3,27 metros, mientras que la altura ha aumentado otros cinco centímetros, si bien al volante da la sensación de ser un vehículo mucho más voluminoso.
El Ford Ranger Raptor, abanderado del nuevo Ranger
Ford, además, ha iniciado la gama «por el tejado», con el Raptor de gasolina como la primera variante en llegar al mercado, seguida del diésel 2.0 EcoBlue, que ya puede pedirse pero que no empezará a servirse hasta el verano.
No es un pick up al uso ni por estética ni por equipamiento ni por prestaciones, pero puede satisfacer a muchos compradores de estos modelos si no necesitan explotar al máximo su capacidad de carga o de remolque y si están dispuestos a lidiar con unos consumos elevados, que difícilmente bajarán de los 14 litros en unas condiciones de uso normales.
Y es que, al igual que en la anterior generación, el Ford Ranger Raptor se ha diseñado sin compromisos para lograr que tenga una eficacia fuera del asfalto más propia de un vehículo de raids que de un todoterreno de calle; y no es una exageración.
Dejando a un lado su inconfundible planteamiento estético, lo verdaderamente distintivo del Raptor es su cadena cinemática y, más concretamente, sus suspensiones, que tienen poco que ver con las de cualquier otro pick up, tanto por su planteamiento como por la calidad de sus componentes, si bien son similares a las de la generación precedente del Ford Ranger Raptor.
Así, en el tren delantero encontramos dobles triángulos superpuestos, con conjuntos coaxiales de muelles y amortiguadores, mientras que atrás hay un eje rígido guiado por un paralelogramo de Watt, con muelles en lugar de ballestas. En ambos trenes los amortiguadores ofrecen una resistencia a la compresión variable en función de la velocidad a la que se compriman, válvulas reguladas electrónicamente para lograr un ajuste adaptado a cada modo de conducción y unas dimensiones que les permiten soportar el trato más duro.
Así va el Ford Ranger Raptor V6 3.0
En la práctica, lo primero que nos llama la atención es el confort extra que se logra en asfalto. El Raptor se siente bien guiado, con una dirección sorprendentemente precisa para un vehículo dotado de ruedas de perfil elevado y tacos pronunciados. También sorprende, para bien, el tacto progresivo y enérgico de los frenos, que aguantan el trato intensivo en un vehículo de más de 2,5 toneladas en orden de marcha, aunque si decidimos apurar las frenadas encontraremos el límite de adherencia más pronto de lo que nos gustaría.
Pero donde el Raptor se disfruta a rabiar es fuera del asfalto. Enlazar una derrapada detrás de otra en el modo de conducción «Baja» resulta adictivo, con unas suspensiones que se comen los baches que amenazan con sacarnos de nuestra trayectoria. Y si lo que queremos es superar trialeras, solamente tendremos que elegir el modo «Lento Rocas», engranar la reductora y vigilar que los estribos laterales no rocen «demasiado» en las lomas más abruptas.
Nuestro veredicto sobre el Ford Ranger Raptor V6 3.0
Es cierto que por algo más de 75.000 euros se pueden comprar muchas cosas, pero pocas ofrecen un nivel de diversión como el que encontrarás en este nuevo Ford Ranger Raptor, que de propina ofrece confort, equipamiento y buenas prestaciones.Nuestra conclusión es que se trata de un modelo único en el mercado, una mezcla de coche de raids, vehículo industrial y berlina de gama alta.
Con el motor V6 turbo de gasolina, sus prestaciones son notables, pero su consumo se dispara (es imposible bajar de los 15 litros/100 km manteniendo un crucero de 120 km/h en autopista). En cualquier caso, si tienes reservas y te pones a sus mandos, estás perdido; no dudarás en hacerte con él.