El Hyundai i20 es de esos vehículos que pasan sin hacer demasiado ruido. No es frecuente que esté entre los modelos del segmento B más vendidos en nuestro mercado (pese a ser uno de los más exitosos de la marca en Europa), y ni siquiera acapara la misma atención que muchos de sus rivales. Pero su contundencia cuando se le conoce a fondo es tal que nos atrevemos a decir que es uno de los más completos entre los suyos.
Ahora, tras su última puesta al día, llama mucho más la atención al apostar por una estética más agresiva y dinámica, fruto de la línea 'Sensuous Sportliness' que estrena en el Viejo Continente.
En el interior nuestro protagonista sorprende con una puesta en escena totalmente digital. Arropado por el acabado Stylux, se rodea de detalles como un cuadro de mandos de 10,25 pulgadas configurable y una pantalla táctil en el salpicadero del mismo tamaño.
Está bien rematado y resulta muy aparente, a pesar de que todos los plásticos que nos rodean son duros. La habitabilidad es mejor que en el modelo anterior, situándose en la media alta del segmento en cuanto a espacio para las piernas en las plazas traseras o capacidad de maletero. Sus 352 litros así lo certifican, y eso que la batería de 48V se ubica bajo el piso de carga.
Sí, esta unidad presume de un sistema híbrido ligero en sus entrañas. Se podrá discutir o no si resulta realmente eficiente de cara al consumo, pero cuenta con el atractivo de portar la etiqueta medioambiental ECO. Y eso abre muchas puertas en la gran ciudad…
Una versión potente
El actor principal es un bloque de gasolina tricilíndrico de un litro que eroga 120 CV. Se trata de la versión más potente de la gama hasta que llegue la versión N. Esta tecnología también se ofrece con 100 CV y la posibilidad de una caja manual, una opción bastante más asequible.
En nuestro caso sólo se ofrece con una transmisión automática con doble embrague de siete relaciones, lo que unido al acabado más alto encarece un tanto la factura, aunque se dulcifica gracias una agresiva campaña de descuentos -desde 22.755 euros- y una dotación de serie cerrada y supercompleta.
Esta tecnología cuenta con un pequeño generador eléctrico que apoya al motor térmico al iniciar la marcha o en determinadas situaciones de aceleración o recuperación. Se alimenta con la energía que le proporciona la mencionada batería de iones de litio de 48V, y ésta se recarga por efecto de la frenada regenerativa que se produce cuando levantamos el pie del acelerador. Así de simple. El i20 nunca se moverá con energía eléctrica exclusivamente.
¿Resulta eficiente todo este conglomerado? Durante la prueba hemos registrado un consumo medio de 5,9 litros -homologa 5,3 cada 100 kilómetro-. Es una cifra muy razonable, pero nos atrevemos a decir que sin tanta 'historia' el incremento apenas sería de 0,3 litros. En cualquier caso los 120 CV sólo se contemplan con 48V.
Como ocurre con otros modelos que portan este propulsor, no puede ocultar del todo su naturaleza impar al arrancar o en fuerte aceleraciones. No es un sonido desagradable; simplemente es diferente, aunque al no girar tan 'redondo' sí que llega alguna vibración de más al interior. Le pasa a todos.
Su rendimiento es muy aceptable, aunque si buscamos prestaciones puras y duras hay opciones más brillantes. Se desenvuelve de maravilla en ciudad, aunque este nivel de potencia ya nos permite afrontar retos de mayor calado, con desplazamientos más lejanos. De hecho si queremos realizar un adelantamiento de manual en carretera, nuestro i20 TGDI 120 CV necesitará 6,8 segundos y 173 metros de pista libre para completar la maniobra. Bien, pero sin tirar cohetes.
En su dotación contempla un asistente con tres perfiles de conducción, ECO, Normal y Sport, variando ligeramente la presentación del cuadro de mandos y su personalidad dinámica. Si apuramos la marcha al máximo subirá hasta 6.300 rpm, pero saltará de relación, incluso si activamos el modo secuencial en la palanca. Por cierto, no hay levas en el volante.
No da la sensación de que el cambio DCT sea tan rápido como un DSG del Grupo Volkwagen, pero a cambio sí que resulta algo más refinado y confortable en la transición de sus siete relaciones.
Otro punto destacable es su dinámica
También hay opciones más deportivas en el segmento, pero el i20 ofrece un fuerte compromiso en este sentido. Tiene un paso por curva bastante rápido porque el chasis aguanta, se neutralizan con eficacia los balanceos de la carrocería y la dirección transmite y es bastante directa. Además tracciona bien y firma unas distancias de frenado igualmente atractivas, como los 37,1 metros que necesita para detenerse por completo desde 100 km/h.
Rueda fino y habrá que acostumbrarse a una retención más acusada de lo normal cuando se levanta el pie del acelerador, momento en el que aprovecha para regenerar energía y almacenarla en la batería de 48V.
Por útimo, saca pecho en cuanto a la dotación de serie, por calidad y cantidad. Bajo el paraguas Hyundai Smart Sense acoge sistemas tan avanzados como poco frecuentes en este segmento, como el de tráfico cruzado en la zaga o un control de crucero que ajusta la velocidad automáticamente en función de la informacion que recibe del navegador o de las señales de tráfico. Y si eres ciclista te gustará saber que nuestra unidad evitará el atropello en ciudad al combinar una cámara y un radar en el frontal -los acabados más modestos sólo reconocen a otros vehículos y a peatones-.
Y en un vehículo con un marcado perfil joven la conectividad es vital. En este sentido de serie incorpora el sistema multimedia Bluelink, por el que se pueden controlar algunas funciones del vehículo desde el móvil o por control por voz. También incluye 5 años gratuitos a los servicios LIVE y conectividad Android Auto y Apple CarPlay.
LA CLAVE
No es el más amplio, ni el más dinámico, ni siquiera el más eficiente, pero su gran equilibrio general le permite sumar puntos en todos los frentes y convertirse en un vehículo supercompleto. Esa es su mayor virtud, pero no la única. Su avanzada tecnología y el sistema híbrido de 48V completan su tarjeta de visita.
EL DETALLE
Llega el i20 n supervitaminado.- El i20 probado arroja 120 CV y es la versión más potente de la gama… hasta la reciente llegada de la versión N, que tienes desde 25.790 euros con descuentos. Se trata de la variante más deportivas y prestacional gracias a su propulsor 1.6 que rinde 204 CV, y sólo se ofrece con una caja manual de seis relaciones. Alcanza los 230 km/h y acelera de 0 a 100 en 6,7 segundos gracias a la función 'Launch Control'. Presenta ajustes en el chasis, cinco perfiles de conducción, sonido de escape activo y un diseño inspirado en el i20 WRC.