Parece casi increíble, pero 25.000 kilómetros después de llegar a los primeros 25.000, el i30 de nuestro test de larga duración está casi como el primer día, ese en que su contador marcaba 1.492 kilómetros tal día como un martes 14 de febrero. En esta última etapa han pasado cosas, y también muchos kilómetros. Cosas como el encuentro, sin daños aparentes, con un palé de madera en mitad de la carretera o la visita al taller para la revisión de los 40.000 kilómetros, y que la marca aprovechó para someter a nuestro protagonista a una campaña de esas a las que recurren los fabricantes para solucionar pegas que se van descubriendo con el paso del tiempo. La revisión se realizó con 42.885 kilómetros y comprendió un servicio de mantenimiento completo M3 que incluía: llevar a cabo una prueba de autodiagnóstico con la herramienta de la marca, reemplazar el aceite del motor -Shell Helix Ultra Pro AF 5W30 A5/B5- y el filtro del aceite, inspeccionar el estado de la batería, inspeccionar los latiguillos y conexiones del sistema de frenos, verificar el ajuste y funcionamiento del freno de estacionamiento, inspeccionar pastillas, pinzas y discos de freno, verificar la condición y la presión de todos los neumáticos incluido el de repuesto, inspeccionar intercooler y mangueras de admisión de aire, comprobar funcionamiento y estado de los limpiaparabrisas y realizar una prueba de ruta. En esta revisión también se aprovechó para rellenar un litro de concentrado de limpiaparabrisas y, a su vez, se realizaron ajustes relacionados con la campaña 70CC14, que consistió en extraer los tapones del orificio de drenaje de las puertas delanteras para evitar posibles problemas de oxidación a largo plazo. Como en la primera revisión, el coste de todos estos trabajos -salvo los de la campaña, que lógicamente no implicaron pago alguno- elevó la factura hasta los 116,80 euros. Tras esta segunda revisión, Álvaro, uno de los fotógrafos del equipo, realiza un viaje a Portugal con el coche y vuelve encantado salvo por un pequeño detalle. En sus apuntes del cuaderno de bitácora, Álvaro comenta que el coche a veces tarda más de la cuenta en salir desde parado. Claro que el 'Drive Mode' está posicionado en modo Eco y en ese programa todo se ralentiza un poco para reducir el consumo. Una personalidad que cambia totalmente en modo Sport.
Felipe, quizás nuestro colaborador más viajero, vuelve a marcarse una 'machada' y se hace un Madrid-Andorra-León-Nerja-Madrid en cuatro días. Son en total cerca de 3.500 kilómetros con un 20 por ciento de carretera nacional y un 80 por ciento de autovía y autopista. A Felipe el i30 le consume una media de 7,0 l/100 km a una velocidad de 128 km/h. Y antes de que el odómetro luzca la mágica cifra de 50.000 kilómetros, el i30 de Hyundai viaja a La Rioja, a Teruel y a Ávila. Ni un síntoma de desfallecimiento… el compacto fabricado en las instalaciones que Hyundai tiene en Nosovice (República Checa) rezuma calidad por los cuatro costados y se convierte por derecho propio en el Hyundai de mayor calidad construido hasta la fecha. Y esta es una de las razones por las que la marca coreana otorga a sus modelos lo que ellos llaman «un paquete líder en la industria de la tranquilidad»: una garantía de cinco años con kilometraje ilimitado.
Ni un sólo conductor se ha quejado de falta de confort o ha comentado el tiempo que ha tardado en acomodarse al volante del i30. No en vano, el asiento del conductor dispone de un sistema de calefacción y ventilación interna con tres niveles de potencia. Y también dispone de una función de memoria con dos posiciones programables y diez posiciones disponibles, incluyendo soporte lumbar. Además, el volante es calefactable para los frios días de invierno.
12 conductores, 50.000 kilómetros
Un total de 12 conductores se han ido turnando en la consecución de los 50.000 kilómetros de esta prueba. Y todos han coincidido en que el compacto de Hyundai es un modelo ideal para viajar por su comodidad y silencio de marcha, pero también perfecto para circular en los casi siempre antipáticos entornos urbanos. Allí, el cambio automático de doble embrague y 7 marchas acapara el protagonismo junto con una dirección asistida deliciosa y una manejabilidad portentosa. En todos los casos el consumo se mantiene en cifras razonables, siempre que uno se lo proponga. El i30 colabora para conseguirlo con dos sistemas de sobra conocidos. Por un lado, el Stop/Start, y por otro, el modo Eco del ?Drive Mode?. Con todo, el consumo real durante la prueba ha pasado de un abanico entre 6,5 y 8,2 l/100 km cuando el coche había recorrido aún muy pocos kilómetros, a otro abanico entre 6,0 y 7,7 al final; mientras que la media ha ido bajando desde 7,6 hasta sólo 7,1 l/100 km.
Nada mal para un modelo con más de 150 caballos reales y transmisión automática, y sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de consumos medidos en conducción real bajo condiciones de utilización bien dispares, y no como se hace al homologar los valores oficiales de fábrica: en la fría soledad de un laboratorio, con el vehículo ?circulando? sobre rodillos.
Muy comentado también el generoso despliegue de ayudas a la conducción dentro del equipamiento de serie, aportando una seguridad a la altura de muy pocos modelos del segmento. El nuevo Hyundai i30 es un compacto muy aconsejable. Y nos lo ha demostrado con creces.
Las mejores fotos de nuestros probadores. El viajero más fotogénico
La verdad es que pongas donde pongas un i30 la foto queda bien, sobre todo si el coche es de color Fiery Red -450 euros-, un rojo metalizado más resultón que el Engine Red, de coste cero. Pero lo cierto es que nuestros probadores se lo han currado y, además, han buscado los mejores rincones de España y países limítrofes para inmortalizar al modelo coreano. En casi todos los casos, además, las fotos están hechas con teléfonos móviles, cuya cámara ya da una calidad muy buena. En otras ocasiones, no obstante, el probador realizó las fotos con una cámara réflex.
Equipamiento Premium. Desde volante calefactable hasta asientos ventilados
El nuevo i30 en acabado Style Lux es una caja de sorpresas, con un equipamiento 'Premium' que, entre otras cosas, contempla airbag de rodilla, asientos eléctricos, asientos calefactados y ventilados, cargador inalámbrico de móvil, climatizador automático bizona, control de crucero inteligente, faros Full LED, freno de mano eléctrico, volante calefactable, hasta ocho asistentes de conducción, sistema de navegación con pantalla táctil de 8 pulgadas, tomas de corriente y USB, cuatro modos de conducción y un largo etcétera.
Banco de potencia. De 140 a 164 caballos en 50.000 km.
La mejor forma de conocer cómo evoluciona la mecánica de un vehículo de pruebas con el paso de los kilómetros es llevándolo a un Banco de Potencia, en este caso el de la central de Bosch en Madrid. En el i30 sometido al test, la marca ha homologado para el 1.4 T-GDI una potencia de 140 CV. Sin embargo, con 3.200 kilómetros el coche ya rendía 151,5 CV, es decir 11,5 más de lo declarado. Con 25.000 kilómetros, este increíble motor rindió nada menos que 163,6 CV, cifra que se ha mantenido prácticamente al lograr los 50.000 kilómetros.
Cambio de ruedas. Juego y medio para todo el test
Las ruedas delanteras de nuestro i30 del test de fiabilidad se cambiaron a los 29.800 kilómetros, unas Michelin Primacy 3 en medida 225/45 R17 que han dado un resultado extraordinario, con un desgaste uniforme, un mínimo sonido de rodadura y un agarre excepcional bajo cualquier condición del asfalto. La presión elegida para la prueba en este coche ha sido 2,5 bar en las cuatro ruedas, aunque la recomendación del fabricante es 2,2 bar. La razón de esta modificación en la presión es que comprobamos que con algo más de presión los neumáticos se desgastaban de una forma más uniforme, y el comportamiento del coche mejoraba ligeramente sin que ello afectase lo más mínimo a la comodidad.
Correvit. Aumento progresivo del rendimiento
Lo primero que hay que decir sobre la progresión en prestaciones de nuestro protagonista es que ya con 3.200 kilómetros el i30 sometido al Test de Fiabilidad mejoraba la aceleración de 0 a 100 km/h en tres décimas, con un dato real de 8,9 segundos. Es verdad que cuando el coche ya había recorrido 25.000 kilómetros la cifra lograda empeoró ligeramente; sin embargo, con 50.400 kilómetros el i30 1.4 T-GDI de 140 caballos y cambio automático de doble embrague volvió a rebajar los resultados en cuatro décimas. Esa mejora notable también la hemos visto reflejada en las recuperaciones. E incluso el consumo se ha ido reduciendo con el paso de los kilómetros, pasando de los 7,6 l/100 km logrados con 3.200 kilómetros a los 7,1 l/100 km del final.
Despiece técnico.Todo en su sitio y con desgastes normales
Una prueba de fiabilidad en la que se recorren 50.000 kilómetros es en realidad un test que, por sus características, podría equivaler a un recorrido típico de 100.000 kilómetros. Y decimos esto porque el coche no para ni un momento, realiza viajes con una ocupación muy variable que va de un solo ocupante a cinco y el vehículo se somete durante ese tiempo a cuatro pruebas de Correvit -con sus correspondientes aceleraciones, recuperaciones y frenadas-, donde al motor se le exige el máximo rendimiento. Y también se realizan tres medidas de potencia en banco, prueba en la que también la mecánica afronta un desgaste evidente. En este tipo de test de 50.000 kilómetros el coche puede ser conducido por no menos de diez probadores diferentes, con tipos de conducción muy distintos que pueden llegar a castigar más o menos piezas de desgaste importantes como los discos y las pastillas de freno, el embrague, los amortiguadores, los asientos, los mandos de utilización más habitual o el motor. En el caso que nos ocupa, incluso ampliando el kilometraje hasta los 50.000 kilómetros recorridos el i30 ha sorprendido mucho a nuestro mecánico por la calidad de las piezas de desgaste utilizadas y por la precisión en muchos ajustes clave.
Es verdad que sabíamos que Hyundai había puesto toda la carne en el asador en este coche, convirtiéndose en el mejor Hyundai que se ha construído en la historia de la marca coreana, pero una cosa es decirlo y otra demostrarlo. Desde el primer día nos llamaron la atención unas manchas similares al óxido en el tubo de escape y en el silencioso; sin embargo, 50.000 kilómetros después se confirma que esas manchas eran de grasa, nada más. Las pastillas de freno delanteras, con mayor tendencia al desgaste por ser un modelo de cambio automático, sufrieron el desgaste normal al pasar de 20 a 13 milímetros de grosor. Los cuatro discos de freno acusaron un desgaste de dos milímetros, por lo que aguantarían sin problemas otra maratón similar. Y los amortiguadores mostraron un desgaste llamativamente reducido para el ritmo de marcha, el tipo de carreteras utilizadas en los recorridos y el ratio de kilómetros realizados a tope de carga. En concreto, los delanteros perdieron un 25 por ciento de eficacia y los traseros, un 19 por ciento. Otros elementos internos del coche llamaron la atención de nuestro mecánico, como el soporte del motor principal, uno de los responsables de la suavidad de marcha y de la ausencia de vibraciones al ralentí. En el interior, ni un 'grillo, ni una vibración, ni un fallo, ni un mal ajuste… Con el paso de los kilómetros, el i30 ha ido a mejor, como los buenos vinos.