Su motor 3.5 V6 sobrealimentado de 550 CV le ayuda a acelerar de 0 a 100 km/h en 4 segundos, alcanzar 343 km/h y completar una vuelta al 'Infierno Verde' en 7 minutos y 46 segundos.
No hablamos de este F-Type R Coupé, sino de la criatura más radical fabricada por Jaguar, el XJ220, cuyo precio en 1992 rondaba los 500.000 euros, una fortuna comparada con los 119.070 euros del Jaguar más potente de la actualidad.
Bajo su capó delantero encontramos el 5.0 V8 Supercharged, un propulsor visto en otros Jaguar e incluso en el Range Rover -con 510 CV-, que permite a este 'tanque' de más de 2.300 kilos acelerar de 0 a 100 km/h en 5,3 segundos. Y si con ese peso presume de prestaciones, qué no hará con los 1.650 kilos de este F-Type R Coupé.
Velocidad de vértigo
Jaguar dice que acelera de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos, y ha puesto tope a su punta en 300 km/h, velocidad que alcanza en sexta marcha a 6.120 rpm, o en octava a sólo ¡4.090 vueltas! Le han dotado del cambio ZF de 8 marchas, con unos desarrollos larguísimos, de los que nos quejaríamos desde el 'minuto uno' si habláramos de otro coche. Pero con un par de 69,4 mkg entre 2.500 y 5.500 rpm, este 5.0 V8 con compresor sería capaz de 'volar' incluso con la caja de cambios de una cabeza tractora de Scania. Y si Jaguar no limitara su velocidad, hipotéticamente alcanzaría 514 km/h cuesta abajo.
Dejemos la teoría para descubrir cómo se las gasta el gato más salvaje de Jaguar. Para ello vamos a 'nuestra' pista de pruebas, seleccionamos el modo Dynamic desde el 'JaguarDrive Control', pasamos su cambio a modo Sport y hundimos el pie derecho como si quisiéramos tocar el radiador. Carece de 'Launch Control', presente en otros purasangre, pero ni falta que le hace para arrugar el asfalto en las arrancadas y dejarlo como si fuesen patatas onduladas.
En primera llega a 70 km/h, en segunda ya vamos a 110, tercera y 165 km/h, cuarta… 205 km/h. Y todo esto sucede en 13 segundos, sólo 1,4 segundos más de lo que tarda el Skoda Spaceback que viene a continuación en llegar a 100 km/h.
Ha necesitado 8,9 segundos para pasar de 100 a 200 km/h, y cuando cubrimos los primeros 1.000 metros acariciamos los 250 km/h. A esa velocidad no nos debe temblar el pulso, más si el firme no esta perfecto, pues la dirección nos debería transmitir más, sabiendo que el alerón trasero ha emergido a 112 km/h y genera una carga de 120 kilos sobre sus dos neumáticos traseros 295/30 R20.
Un sonido extraordinario
La dirección se suma a otro 'defecto', encontrado en el manual de usuario, donde hay que llegar a la página 100 para leer: «durante los primeros 8.000 km, no exceda de 250 km/h, ni participe en carreras, competiciones en pista o actividades similares». ¡¡¡Tarde!!! Tenía 4.200 kilómetros, pero no fue impedimento para que baje hasta los 4,0 segundos el registro de 0 a 100 km/h -como el XJ220-, una décima más que un Audi R8 5.2 V10 de 525 CV, dotado de 'Launch Control' y sobre todo, con tracción total, elemento casi vital si queremos transmitir al asfalto la totalidad de semejante caballería. Se nos olvidaba comentar que todo esto se acompaña de un sonido que da miedo, pues este Jaguar ruge al más puro estilo 'dragster', lejos de la melodía de motores italianos o del peculiar sonido de un bóxer. Ahora bien, si pulsamos el botón de las 'gafas de sol' -el dibujo recuerda precisamente a eso- junto al cambio, cerramos dos válvulas en el silenciador para bajar los decibelios y no despertar a los vecinos si llegamos a horas intempestivas.
Si nos ponemos a hacer curvas, el Jaguar F-Type R Coupé será capaz de tatuarnos una sonrisa, con un paso por curva rapidísimo, fruto de combinar un chasis de aluminio realmente rígido, una rápida dirección o una suspensión adaptativa capaz de controlar el movimiento vertical, el balanceo y el cabeceo de la carrocería. Ajusta su dureza hasta 500 veces por segundo y se vuelve más rígido en el modo Dynamic, aunque para nada incómodo, tal y como mandan los cánones de Jaguar.
Por si todo ello fuera poco, detrás trabaja un diferencial electrónico activo que se une al control de reparto de par en curva, y es capaz de reaccionar en menos de 200 milisegundos para enviar potencia a la rueda exterior, evitando así un posible deslizamiento de su zaga.
Todo esto queda muy bonito en la teoría, pero en la práctica nos obliga a tener un tacto exquisito con el acelerador, pues la zaga está siempre al acecho para intentar hacernos un 'por fuera'… Y trompo. Con los controles activos no hay problemas -no lo hemos conducido en mojado-, pero el ESP cuenta con un modo deportivo denominado TracDSC, y se puede desconectar totalmente, para lo que hay que tener precisamente manos con el fin de que el morro de este F-Type R Coupé apunte siempre donde queremos ir. Eso, y tener un juego de ruedas traseras a mano, pues 'pinta' el asfalto de negro como si fuera el mismísimo Salvador Dalí.
Frenos imponentes
Los frenos también nos han sorprendido por su contundencia a la hora de parar. Son los denominados Super Performance y no nos hubiera importado que los discos fueran perforados. Opcionalmente se pueden elegir los carbocerámicos.
Su comportamiento es aún mejor que el de la variante Convertible dotada del mismo motor, sólo que con 495 caballos, un coche que pasó por Motor16 y cuya prueba publicamos en el número 1.580. También es cierto que Jaguar la considera como una versión S, con suspensiones más suaves y sin el diferencial trasero activo de esta versión, que tiene bien merecida la R, y nos creemos que sea 7 segundos más rápido que el XJ220 en Nürburgring, tal y como apunta Jaguar.
En el día a día es cómodo, anunque no tanto como un XJ, y su maletero es aprovechable, con 315 litros de capacidad -196 tiene el Convertible-. Como buen Jaguar, la calidad de construcción es máxima, pero en su equipo de serie faltan elementos como el navegador o los sensores de lluvia y luces. Además, los parasoles del F-Type Convertible no sirven para mucho cuando tenemos el sol de frente.
Muchos pensarán que en el campo no hay suficiente hierba para dar de comer a sus 550 caballos, pero la verdad es que ha gastado menos de lo que pensábamos, e incluso lo podríamos tildar de ultraeficiente. Y es que un VW Golf Bluemotion gasta por cada 100 caballos 4,3 l/100 km, mientras este F-Type R Coupé se conforma con 2,3 l/100 km… A esto ayudan sus desarrollos, que nos permiten rodar a 120 km/h a sólo 1.635 rpm, y el magnífico funcionamiento del 'Start/Stop'. Así, los 72 litros de su depósito pueden dar para mucho, o para un rato, pues si nos damos el gustazo de rodar en circuito, su consumo sobrepasa fácilmente los 20 l/100 km.
Visto lo visto, ¿quién dijo que los deportivos rojos sólo salían de Maranello? Ahora bien, para llevar éste al límite, hacen falta buenas manos.