En un segmento B-SUV al alza y donde no se hacen prisioneros, por la cantidad y calidad de los rivales, el Kia Stonic siempre ha gozado de buena salud. Recientemente se ha sometido a una actualización que salpica ligeramante a su estética y en mayor profundidad a su tecnología.
No varía sus dimensiones, pero sí que disfrutamos del nuevo acabado GT Line, que viste al conjunto de una mayor deportividad. Es evidente en los paragolpes, salidas de escape, difusor trasero, parrilla frontal y en unas llantas de 17 pulgadas que, curiosamente, incrementan la altura al suelo respecto al resto de la gama. No hay cambios a nivel de chasis.
También es nuevo el motor. Sigue siendo un 1.0 T-GDI tricilíndrico de 100 CV, ahora con control de apertura de las válvulas de admisión y un sistema híbrido ligero de 48V que conlleva la etiqueta medioambiental ECO.
Tiene etiqueta ECO
Esta solución consta de un pequeño generador eléctrico que asiste al motor térmico al iniciar la marcha y al acelerar, pero no mueve por sí solo el vehículo. Se alimenta con la energía que le proporciona una pequeña batería de ion-litio que se recarga por efecto de la frenada regenerativa.
Y esta es evidente al levantar el pie del acelerador, ya que notaremos una retención más contundente de lo normal.
Otro estreno de peso llega en forma del cambio manual inteligente iMT de seis relaciones. Se asocia a un embrague electrónico que permite apagar el motor al levantar el pie del pedal. De esta manera circulará por inercia hasta los 135 km/h, volviendo a arrancar al pisar cualquiera de los tres pedales, con una suavidad que abruma.
Esta situación sólo se produce si apostamos por el modo ECO -también ofrece los perfiles Normal y Sport- y se alterna con la de la frenada regenerativa, que tiene prioridad siempre hasta que cubre las necesidades de la batería.
Por menos de 700 euros tienes el 120 CV
En cualquier caso el propulsor de 100 CV desvela su naturaleza tricilíndrica en frío y al acelerar, recupera con ganas desde apenas 1.500 rpm y ofrece un buen rendimiento pese a su modesta cilindrada, caballería y a unos desarrollos finales del cambio largos. Eso sí por apenas 697 euros más podemos optar por la versión ya de 120 CV. El consumo es atractivo salvo que lo llevemos muy forzado, como suele ocurrir con este tipo de motores modestos.
Además ofrece un tacto general muy agradable, la suspensión es confortable y se mueve con agilidad, aunque sin llegar a las maneras de un Ford Puma o un Seat Arona.
Asimismo, destacar su fuerte carga tecnológica. Se ha actualizado el sistema multimedia UVO Connect, que se refleja en la nueva pantalla de 8 pulgadas, y ha perfeccionado algunos asistentes de seguridad, como el de frenada de emergencia, que ahora reconoce a peatones y ciclistas.
LA CLAVE
El Stonic es un modelo muy equilibrado. Quizás no sea el mejor en nada, pero en conjunto es uno de los modelos más apetecibles y de los pocos que combina un sistema mild hybrid e impulso por inercia debido al sofisticado cambio iMT. Por 697 euros más daría el salto a la versión de 120 CV.