En este caso hablamos de una berlina coupé dotada de los últimos avances en arquitectura, conjuntos mecánicos eficientes y todos los sistemas de seguridad que espera el cliente. Es verdad que hay un CLA de gasolina por 31.500 euros. Sin embargo un potente turbodiésel bien equipado como el nuestro hay que pagarlo… algo caro.
Parece mentira que a estas alturas de la película todavía puedan sorprendernos algunos diseños, ciertas mecánicas, nuevos equipamientos de confort o seguridad, los bajos consumos de un modelo o la facilidad de conducción de cualquier otro. Parece difícil pero ocurre. Y ojalá siga pasando porque será señal de que nadie se ha dormido en los laureles, es más, será señal de que nadie se ha dormido.
Y Mercedes se había dormido. Es lo que tiene a veces estar en la cima, que sólo ves horizonte y no te fijas en lo que hace el vecino porque está por debajo tuyo. Y además te da lo mismo lo que haga. Pero en las buenas empresas, y Mercedes lo es, llega un momento en que saltan todas las alarmas, generalmente cuando todavía se puede maniobrar. En la firma de la estrella saltaron y la empresa maniobró. Y lo hizo muy bien, lo está haciendo bien todavía, porque un caudal de savia nueva corre por las venas de una marca que tiene imagen, tiene medios, tiene producto y tiene ganas.
CLA: la revolución de Mercedes
El CLA, en realidad el Clase A y todas sus variantes, es la punta del iceberg de esta revolución. Y no es que Mercedes se haya reinventado, Mercedes se ha modernizado y se ha quitado de golpe la imagen de coche para mayores que tenía.
Partiendo del nuevo Clase A pero alargando su carrocería 34 centímetros la firma alemana ha conseguido con el CLA varios objetivos. Por un lado ganar maletero, por otro adoptar una silueta coupé manteniendo las cuatro puertas, una estrategia que le fue de cine en el CLS. Y por último ganarse a pulso a los clientes deseosos de una berlina moderna y compacta pero a los que les daba pereza comprar un Clase C, un 'cochazo' pero con demasiadas conexiones con el pasado. Además, muchos compradores prefieren la tracción delantera a la trasera y el CLA (salvo el 45AMG que es tracción total) tiene esa configuración.
Lógicamente, el interior tiene mucho que ver con el del hermano pequeño, con sus virtudes y sus inconvenientes. De ahí que en general nos parezca muy logrado el diseño del salpicadero pero fatal que la pantalla central táctil no vaya integrada y sobresalga llamando la atención inútilmente. Hay huecos por todas partes, lo que se agradece mucho, pero también hay ausencias que no se entienden, como que un coche de 40.000 euros no lleve climatizador automático (aunque en Mercedes le llamen climatizador automático Thermatic al sistema que lleva que no es automático). Si quieres el bueno se llama Thermotronic y cuesta 679 euros. Esta ausencia contrasta con equipamiento de serie tan valioso como los faros bixenon, la alerta por cansancio o el airbag de rodilla.
Más grande que un Clase C
Nadie parece tener muy claro en el segmento en el que milita el CLA. De hecho hay gente que nos ha preguntado si era un CLS o era el nuevo Clase C. En realidad es un pequeño CLS con 4 centímetros más que el actual Clase C, una combinación que está dando resultado. Pero el diseño casi siempre sacrifica espacio. Y en el CLA esto no iba a cambiar. Por eso las plazas traseras de la berlina compacta alemana son recomendables para dos chavales, que irán de maravilla. Y es que la altura detrás está limitada sobre todo en los laterales por la caída del techo con la que se consigue esa elegante línea coupé y en los extremos del asiento trasero el montante C inclinado dificulta conseguir una postura relajada en el caso de que allí viajen tres personas corpulentas.
Además, como ya ocurría en el CLS, no resulta difícil pegar con la cabeza al entrar o salir de estas plazas, sobre todo hasta que uno se acostumbra. El túnel central que recorre el piso longitudinalmente no es excesivamente voluminoso pero tiene 18 centímetros de ancho por 15 de alto. Y el maletero tiene un tamaño generoso además de contar con toma de 12 voltios, 4 argollas, dos huecos laterales con red de protección, una percha doble muy útil, la trampilla para los esquís y una luz de cortesía. La calidad que se respira en el interior del CLA es buena pero no la que uno espera de un Mercedes.
Lo mejor, el motor
Pero con todo lo que nos haya podido gustar su planteamiento estilístico, lo mejor del CLA 220 CDI no se encuentra a la vista. Se trata del motor diesel, una mecánica de 4 cilindros turbo con 170 caballos que corre lo suficiente y más y consume menos de lo esperado. No es un motor refinado y silencioso, sino todo lo contrario, sobre todo en frío y a baja velocidad. Sin embargo permite al CLA moverse con agilidad incluso si va cargado. Como referencia, una comparación curiosa que os puede servir para haceros una idea: el CLA 220 CDI acelera un segundo más rápido en el 0 a 100 km/h que el deportivo Toyota GT86.
Además, durante unas pruebas en Alemania circulamos durante 200 kilómetros a una media de 150 km/h con un consumo medio de 6 l/100 km, una cifra extraordinaria que anticipa los magníficos consumos conseguidos a menor velocidad. Y en ciudad, donde el consumo suele dispararse, el CLA 220 CDI mantiene a raya la aguja de reserva con un funcionamiento de libro y un 'Start/Stop' que minimiza el consumo al parar el motor en las detenciones. El cambio automático de doble embrague 7G-CDT no llega al nivel de eficacia de un DSG pero casi nadie lo va a notar puesto que funciona de maravilla e incluso unas levas en el volante permiten cambiar sin tener que mover las manos y con una eficacia pasmosa. En este sentido sorprende el magnífico papel que desempeña el conjunto cambio-dirección-frenos, puesto que su precisión y eficaz funcionamiento facilitan la conducción haciendola más agradable.
Seguridad a la última
Pero es que también acompaña el buen aplomo conseguido gracias a una puesta a punto del chasis tirando a firme. Sobre todo si tenemos en cuenta que nuestra unidad llevaba la opción de tren de rodaje deportivo que implica muelles y amortiguadores de mayor dureza y una suspensión rebajada 15 mm. Con ella y unos neumáticos de serie 225/45 R18, el CLA 220 CDI ofrece una dinámica que difiere mínimamente respecto a un Clase A que ya nos sorprendió en este sentido. De vez en cuando habrá que sufrir las cada vez más maltrechas carreteras españolas con sus baches, sus cambios de asfalto, sus obras y resaltos, sin embargo se sacrifica con gusto algo de comodidad en estas situaciones a cambio de ese aplomo de coche grande.
En el apartado de seguridad el CLA no tiene nada que envidiar a modelos de segmentos superiores aunque la mayoría de los sistemas haya que pagarlos aparte. Pero hay que valorar que de serie lleve ya el sistema de alerta por cansancio o el sistema de alerta por colisión. Eso por no hablar del airbag de rodilla para el conductor o el control de la presión de los neumáticos de serie.