En España estamos muy lejos de las cifras que señalan que cada 12 minutos se vende un Nissan Leaf en Europa. Todavía miramos de reojo la cultura del coche eléctrico, en parte por falta de infraestructuras, en parte porque siguen siendo unos grandes desconocidos para el gran público, amén de un precio caro si lo comparamos con las alternativas térmicas similares.
Pero que nadie se ponga nervioso porque vehículos como el Leaf nos marcan el camino hacia donde parece dirigirse el futuro del automóvil. Y cada vez son más atractivos porque según aumentan la autonomía, desciende la ansiedad del que los conduce. Inevitablemente hay que cambiar de hábitos porque hay que 'organizarse' mejor, aunque otros vienen solos y son curiosos. Me explico.
Me gusta conducir, correr donde se puede y 'sentir' al volante. Y sin embargo, creo que tendré que acudir a un psicólogo para que me aclare qué me ocurre cuando conduzco un eléctrico. No me reconozco, porque sacrifico prestaciones por autonomía, aceleraciones por suavidad y me cuesta horrores pisar el acelerador con ganas.
Y eso que el nuevo Leaf ya presenta una batería con 40 kWh de capacidad, capaz de completar hasta 378 kilómetros con una sola carga según la homologación NEDC de la marca, aunque la realidad es menos optimista como veremos más adelante.
Esta segunda generación del vehículo eléctrico más vendido del mundo es más convencional. Ya no parece un 'bicho' raro en su diseño, que se asemeja ahora más al Micra en su frontal.
Un modelo espacioso
También el interior se ha rediseñado completamente para decantarse por la funcionalidad y ergonomía, aunque el volante sigue sin regularse en profundidad. Es espacioso y el maletero ofrece 435 litros, aunque nuestra unidad pierde 15 debido al subwoofer del equipo de sonido Bosé que porta en ese compartimento. Y se ha mejorado casi un 20 por ciento la insonorización del interior.
Además se ha aumentado considerablemente la potencia del motor eléctrico, pasando de los 109 CV hasta los 150 actuales. Si a esto añadimos los 32,7 mkg de par máximo desde parado, damos fe de que las prestaciones se han incrementado considerablemente. Sacaría los colores en aceleraciones a muchos rivales térmicos de potencia similiar, aunque nuestra unidad no pasó de los 148 km/h (la marca dice que está limitada a 144) para preservar la autonomía.
Comenzamos nuestra aventura. Me subo al Leaf con la nueva batería de iones de litio cargada al 89 por ciento. El ordenador me indica que tengo una autonomía de 207 kilómetros, o 219 si activo el programa de conducción ECO. Lo hago inmediatamente.
Durante la jornada realizo trayectos urbanos, que es donde más a gusto se encuentra a nivel de consumo, salgo a carretera y remato por tramos de autopista y autovía. No trato de realizar una prueba de miniconsumo, pero tampoco malgasto energía a lo loco. Eso sí, en julio y en Madrid, tiro del climatizador y parte del recorrido es nocturno, es decir, con luces.
Incorpora la tecnología e-Pedal
Aprovecho al máximo una de las novedades que incorpora el modelo: el e-Pedal. Lo activamos en un mando en la consola y compruebo que el pedal del freno se convierte en un mero adorno. El motivo es que al levantar el pie del acelerador ya se produce una intensa fuerza de frenado (de hasta 0,2 G) que obliga a activar las luces de freno. Regulando, por tanto, el acelerador, nos impulsamos y aprovechamos a la vez toda la energía regenerativa posible, que la batería nos agradecerá con más autonomía.
Concluimos la excursión. Hemos recorrido 189 kilómetros y la batería ha descendido hasta el 11 por ciento en su capacidad. Es decir hemos consumido un 78 por ciento de la energía disponible y el consumo medio ha sido 15,4 kwh cada 100 kilómetros. Por lo tanto la autonomía real sería de 259 kilómetros, lejos de los 350 homologados por Nissan en ciclo NEDC, pero muy cercana a los 270 con las nuevas mediciones WLTP.
En cualquier caso el consumo en un eléctrico es mucho más 'volátil' que en un motor térmico porque influye mucho más la manera de conducir de cada uno, el tráfico, la temperatura…
Ahora llega lo menos atractivo
La carga: En apenas 40 minutos la batería se cargará hasta el 80 por ciento en una toma de 50 KW. Nuestra realidad es más tozuda. La toma es de 16 A y en 6 horas y 49 minutos efectúa una carga del 37 por ciento (rondaría las 17 horas al completo). Y ahora más números. ¿Cuánto cuesta la fiesta? Pues depende de la tarifa de la luz. Entre el precio mínimo y el máximo nos movemos entre 1,41 y 2,83 euros cada 100 kilómetros.
Y para concluir, las sensaciones al volante, parecidas como no puede ser de otra manera a las de un vehículo térmico similar en tamaño y peso. Por los datos registrados en el correvit comprobamos que por las bravas tiene empuje y su pisada es bastante estable. Eso sí, los neumáticos que monta miran más por la eficiencia que por otra cosa y ése es el motivo de que si se fuerza demasiado, su tendencia a subvirar es acusada. Además, las distancias de frenadas de emergencia son aceptables hasta los 100 km/h, pero largas a velocidades superiores.
De todas formas, y como comenté anteriormente, en el día a día apetece correr lo justo. Y más cuando tenemos tecnología como el nuevo ProPilot, asistente que nos permite coquetear con la conducción autónoma al gestionar la velocidad, la distancia, o iniciar marcha o detenerse en los atascos. Está claro que con el nuevo Leaf el estrés se reduce en todos los sentidos…
LA CLAVE
Me gusta más físicamente que antes, me encuentro más a gusto dentro pero, sobre todo, ya no siento tanta ansiedad con la autonomía porque las distancias recorridas ya dan más juego, incluso para varios días en un uso 'normal'. Anda más, pero en este caso no cambio autonomía por prestaciones.