La quinta generación del Nissan Micra ha cambiado descaradamente de formato. Ya no es el típico coche pequeño, urbano, que cae simpático; ahora gana músculo con un diseño más al gusto del cliente europeo, ofreciendo nuevos retos lejos de la ciudad gracias a una dinámica y a unas sensaciones más vivas. Y de paso se convierte en uno de los modelos del segmento B más avanzados, tecnológicamente hablando.
En su gama de motores aparece un diésel (ahora ya solo se vende con dos opciones de gasolina de 100 y 117 CV de potencia), un viejo conocido, justo en el momento en que todo el mundo parece satanizar esta tecnología. Y pese al mal cartel que tienen ahora las mecánicas de gasóleo, este propulsor 1.5 dCi nos ha gustado más que su equivalente en gasolina, un tricilíndrico de 0,9 litros también de 100 caballos. Y lo es por su excelente capacidad de trabajo, algo que también es como nadar a contracorriente debido al empuje de la gasolina.
El nuevo Micra 'ya' mide cuatro metros de longitud y su peso, con lo puesto, ronda los 1.157 kilos. No hay que preocuparse, por lo tanto, en aspectos como falta de potencia o rendimiento; aunque es cierto que por debajo de las 2.000 vueltas su empuje no es galáctico y que una caja con seis velocidades le vendría de cine.
Gasta 5,0 l/100 km
Esa relación extra le sentaría bien porque no dejaríamos caer tanto el régimen del motor a la hora de cambiar de marcha. No hay problemas a la hora de acelerar, pero si tenemos que realizar un adelantamiento, en ocasiones habrá que reducir hasta 'tercera' o 'cuarta' para 'coger carrerilla'. Si lo hacemos no habrá problema. Y es que la quinta relación es más larga que un día sin pan, muy enfocada a cuidar los consumos con velocidades de crucero constantes por autopista; pero en carretera, ante el menor repecho…
De hecho, a la hora de analizar las recuperaciones en quinta velocidad lo cierto es que han sido bastante pobres. A 120 km/h el cuentarrevoluciones se situará a un régimen en torno a las 2.300 rpm, perfecto para que el consumo apenas refleje 5 litros. El problema es que si la velocidad está limitada a 90 km/h (circulando por carretera de doble sentido), el régimen baja hasta las 1.700 vueltas, y en una subida algo prolongada se queda algo lejos del abanico 2.000-4.000 rpm, que es donde mejor se luce. Eso obliga a reducir más de la cuenta y el consumo ya no será tan atractivo, aunque pese a todo la media de la prueba ha sido de 5,0 litros cada 100 kilómetros, una cifra muy atractiva.
Dicho todo esto cerramos el apartado mecánico comentando que se trata de un motor muy agradable en líneas generales y que resulta refinado, pues apenas llegan vibraciones al interior. También el tacto del cambio nos ha gustado, aunque no llega a la precisión de rivales como Seat Ibiza o Volkswagen Polo.
Estrena plataforma y gana en comportamiento
Si seguimos con el aspecto dinámico, comentar que el comportamiento del nuevo Micra ha dado un salto realmente espectacular. Su nueva plataforma, compartida en buena parte con familiares cercanos como el Renault Clio, le da madurez en este sentido, además de permitirle acceder a tecnologías de última hornada, como veremos más adelante. Recurre a un esquema McPherson delante con barra estabilizadora y a un eje de torsión detrás, nada espectacular, pero muy efectivo. El resultado es un vehículo mucho más ágil y estable que antes, y confortable cuando el firme no es perfecto gracias a soluciones como un control activo de la calzada que limita los movimientos de la carrocería al pasar por baches detectados previamente por la cámara frontal. También monta un control activo de la trazada que frena las ruedas interiores en una curva para que el giro sea óptimo. Estos dos elementos forman parte del Chasis Control. La dirección eléctrica es más agradable que comunicativa y directa, pues hay 3 vueltas exactas de volante entre topes.
Nos han gustado las frenadas registradas por nuestra unidad. De hecho, firma distancias por debajo de los 13 metros a 60 km/h, y en una frenada de emergencia desde 120 km/h necesita 3,1 segundos y 51,4 metros para detenerse por completo. A ello también contribuyen los generosos neumáticos 205/45 R17 que monta de serie nuestra unidad con acabado Tekna; y aunque resultan efectivos, conviene señalar que las ruedas traseras recurren a unos 'simples' tambores…
Si analizamos el interior, destacar que el salto también ha sido abismal, sobre todo con el coqueto acabado Tekna que nos ocupa, el más completo. Se notan los casi ocho centímetros más de margen en anchura que tenemos con respecto a la generación anterior, y todo se presenta de una manera más lógica. El acabado bitono rematado en color naranja gusta a jóvenes, pero también a los más clásicos, y la disposición de los mandos se ha realizado de una manera más ergonómica. El volante multifunción y el cuadro de mandos son fáciles de manejar y consultar, mientras que la pantalla táctil de siete pulgadas del salpicadero pone la nota más glamurosa y se convierte en un verdadero centro de información multimedia. El arranque por botón convence, pero el freno de mano tradicional ya no tanto, lo mismo que una guantera que carece de luz.
Más espacio dentro y 300 litros de maletero
Detrás el espacio no sobra, pero resulta suficiente para las piernas y en altura al techo, aunque es mejor que sean dos los adultos que se instalen ahí. Lo peor, quizás, es el acceso a esa segunda fila porque las puertas traseras no son muy amplias y su ángulo de apertura no es muy generoso. Y una cosa que nos deja un tanto perplejos: esta unidad va equipada hasta los dientes, no le falta detalle y, sin embargo, detrás no ofrece (ni como opción) unos sencillos elevalunas eléctricos. En la zaga, el maletero cubica 300 litros, en la media frente a sus rivales, y si abatimos el respado lo ampliaremos hasta 1.004 litros. Si queremos una rueda de repuesto de emergencia tendremos que pagar 100 euros extra, porque forma parte de la carta de opciones.
No habrá que hacer desembolso extra para gozar de un equipamiento sencillamente descomunal en materia de seguridad y conectividad. No es propio de un vehículo de este segmento ofrecer en su dotación de serie elementos como el sistema anticolisión autónomo, un asistente de luces de carretera, alerta por cambio de carril, lector de señales de tráfico, asistente de tráfico cruzado en la zaga, control de los ángulos muertos laterales, cámara de visión 360º…
Y gracias al NissanConnect, también de serie, disfrutaremos de navegación 3D y aplicaciones similares a las del smartphone, servicios de telefonía o control por voz. Por eso el precio de esta unidad es de 20.650 euros.
LA CLAVE
El Nissan Micra ha iniciado una nueva senda con un formato completamente diferente. Excelente resulta su nueva plataforma a la hora de equilibrar valores como el confort y la dinámica; y bajo el capó, el conocido diésel 1.5 dCi de 90 CV es austero en consumo y mueve con suficiencia el conjunto, aunque sus recuperaciones no sean las mejores. Además, en materia de tecnología enfocada a la seguridad pocos rivales le pueden seguir de cerca. Ha crecido en todos los sentidos.