Soy una persona que admite sus errores. Y sí, lo reconozco, fui uno de los que menos apostaron por el Qashqai cuando Nissan lo presentó en 2007, especialmente cuando la firma japonesa lo posicionó como rival de Opel Astra, Peugeot 308, Seat León y compañía. Es decir, en el segmento de los compactos. Pero debo 'tragarme' aquellos pronósticos, pues Nissan ha convertido al Qashqai a lo largo de estos siete años en un verdadero éxito -algunos meses, 7 de cada 10 coches matriculados por la marca en Europa eran Qashqai-, vendiendo más de dos millones de unidades, 147.530 de ellas en España.
Ahora llega la segunda generación, que mantiene la fórmula mágica de su antecesor, aunque con una imagen actualizada. También se ganan cinco centímetros en longitud y tres en anchura, que se traducen en algo más de espacio para los ocupantes y en 39 litros más de capacidad de maletero, aunque esta versión está obligada a equipar kit reparapinchazos.
Las plazas posteriores son amplias, y ahora hay anchura suficiente para tres adultos, aunque si pensamos en un viaje Madrid-Barcelona del tirón mejor que atrás vayan dos adultos o tres chavales. Nos habría gustado que contará con salidas de ventilación específicas, pues en su lugar hay un hueco de dudosa practicidad.
Delante encontramos unos buenos asientos, que en esta versión Tekna están tapizados en cuero, tienen calefacción y cuentan con ajuste eléctrico en la plaza del conductor. Y frente a él hay orden, establecido por una pantalla táctil de serie, mandos sencillos para manejar la climatización, unos relojes claros con pantalla digital central… Sólo requieren cierta aclimatación los mandos del volante, y botones como el del 'Start&Stop' o el de la tracción total van algo escondidos. El puesto de conducción es cómodo, y gracias a la altura extra del coche se entra y se sale fácilmente; además, la visibilidad es muy buena.
Características del nuevo Nissan Qashqai
Actualmente, el Qashqai cuenta con un motor de gasolina -el 1.2 DIG-T- y dos diésel: 1.5 dCi y 1.6 dCi. El primero lo probamos en el número 1.578 de Motor16, frente a Hyundai iX35 y Volkswagen Tiguan, y teníamos ganas de analizar a fondo el 1.6 dCi de 130 CV, motor que también usa Renault y que se ofrece con tracción 4×2 -tiene opción al cambio CVT Xtronic- y 4×4, siendo ésta la que montaba nuestra unidad.
Su antecesor ya empleaba el 1.6 dCi, y como en aquel, la suavidad es nota dominante, con muy pocas vibraciones y un ruido apenas perceptible, gracias también a una buena insonorización. Es curioso cómo me recuerda a los motores con bomba-inyector del Grupo Volkswagen, pues por debajo de 1.700 rpm entrega la potencia justa, y al superar esa cota hay una 'patada' considerable. Sus prestaciones son magníficas, ayudado en parte por la ligereza lograda en esta generación: pesa 44 kilos menos que su antecesor, a igualdad de equipamiento. Destacables son los 190 km/h de punta o los 10,6 segundos que ha necesitado para acelerar de 0 a 100 km/h. También las recuperaciones son muy buenas, rebajando en más de cinco segundos el tiempo del Qashqai 1.5 dCi 4×2 en el paso de 80 a 120 km/h usando la sexta marcha.
Y todo ello sin comprometer el consumo, pues se homologa una media de 4,9 l/100 km y nosotros hemos registrado un promedio real de 5,7 litros -5,1 le medimos al 1.5 dCi hace unas semanas-. Para ello cuenta con 'Start&Stop', pero 'nuestro' Qashqai equipaba unas gomas 225/45 R19, que siempre elevan unas décimas el gasto.
Si lo queremos con tracción total estaremos obligados al cambio manual de 6 marchas, que tiene un tacto más preciso que en la versión 1.5 dCi.
Nissan Qashqai, tracción total
En cuanto a la tracción total, tiene tres modos de uso: 2WD, Auto y Lock. El primero lo hace funcionar exclusivamente como tracción delantera, mientras que el último distribuye constantemente la potencia a partes iguales entre sus dos ejes. El modo más habitual de uso será el Auto, que envía potencia al eje trasero en el caso de que las ruedas delanteras pierdan adherencia. Pero también envía potencia atrás cuando nos 'animamos' al volante, para dotar al Qashqai de una dinámica mucho más divertida, aunque a ello ayuda el sistema 'Nissan Chasis Control', que limita las oscilaciones de la carrocería con imperceptibles toques de freno. Los Qashqai 4×4 también se benefician de una suspensión trasera multibrazo, más eficaz que la barra de torsión que presentan las versiones 4×2. Es por ello que entre el 1.5 dCi 4×2 que tuve ocasión de conducir y éste hay una gran diferencia en lo que a dinámica se refiere. Pero también hay diferencia de precio, pues la tracción total supone un desembolso extra de 2.500 euros, cantidad asumible para aquel que piense circular por zonas con inviernos adversos y que frecuente carreteras de montaña.
El acabado Tekna equipa el 'escudo de protección', que suma la visión 360º, los sensores de ángulo muerto o el avisador de cambio involuntario de carril -debería vibrar el volante o el asiento, pues el sonido que emite es muy tenue-. Todo ello funciona gracias a la cámara trasera, por lo que detecta las líneas de la carretera 'a toro pasado' y no funciona demasiado bien en zona de curvas. Aún así se agradece toda esa dotación de seguridad, y sobre todo, el equipamiento de la versión Tekna, que aunque tiene un precio algo elevado compensa al incorporar de serie faros Bi-LED, techo panorámico, navegador, llave inteligente…