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Nissan X-Trail 1.6 dCi 130 CV 4×2 Tekna. Hermano mayor

En ocasiones los árboles no dejan ver el bosque. Algo similiar ocurre en Nissan, donde el incontestable éxito del Qashqai eclipsa sin querer otros modelos sumamente atractivos. Es el caso del nuevo X-Trail, un modelo con personalidad propia, aunque estéticamente, estructuralmente y hasta en su dotación tecnológica se parece demasiado al superventas.

Un interior con hasta siete plazas

El nuevo modelo es menos «rudo» que el anterior y su diseño, musculoso y dinámico, entra mejor por los ojos. También aprovecha mucho mejor el espacio interior, ya que con un pequeño estirón de 17 milímetros en su longitud es capaz de aumentar el aforo hasta las siete plazas, un interesante «plus» a tener en cuenta por un coste extra de 800 euros. Si se van a utilizar asiduamente, perfecto, si no hay que valorar que esas dos butacas nos «roban» 105 litros en la capacidad del maletero con los asientos plegados (550 litros frente a 445). También se puede dotar al conjunto de tracción total o de un cambio automático XTronic.

Sin embargo, la experiencia dice que el conductor medio no suele abandonar el asfalto prácticamente nunca, por eso las inevitables versiones con tracción delantera se han hecho hueco en este tipo de vehículos, ya que resultan más económicas en cuanto a consumos y más accesibles de cara al bolsillo. La opción de la tracción a las cuatro ruedas cuesta 3.000 euros adicionales.

Interior idéntico al Qashqai

En este caso la fórmula parece sencilla. Se toma el Qashqai y se estira por fuera y por dentro, ya que el salpicadero es prácticamente una réplica, incluida la pantalla táctil que acoge el nuevo NissanConnect. Lógicamente el espacio se multiplica y se contemplan soluciones prácticas, como la banqueta trasera con regulación longitudinal en dos secciones (60/40), acción que permite jugar con la capacidad del maletero.

A éste accedemos por un portón que con nuestro acabado Tekna goza de apertura y cierre eléctricos, y el piso dispone de dos tapas móviles que se pueden situar a dos alturas o en vertical para compartimentar el espacio de carga. También hay espacio para guardar el estor cubre-equipaje si necesitamos el máximo espacio y tenemos que abatir los respaldos.

Motor «made in Valladolid»

Nos ponemos en marcha con el único motor disponible hasta el momento. Se trata del conocido diésel de 1,6 litros y 130 CV que comparte con su socio Renault y que se fabrica en Valladolid. Es un propulsor agradable y hasta cierto punto refinado en su funcionamiento, pero quizás lo menos atractivo es la falta de contundencia a bajo régimen, ya que hasta que no ronda las 1.800 rpm no empuja con toda su fuerza.

Asociado a un cambio manual de seis relaciones, la primera es algo corta para paliar en parte la ausencia de una caja reductora en las variantes 4×4. El resto va alargando paulativamente el desarrollo para controlar el consumo. Si queremos una respuesta alegre, no conviene dejar caer demasido el régimen de giro, pues su mayor corpulencia y peso respecto al Qashqai le penalizan en este sentido.

Si circulamos por carretera, con el límite a 90 km/h, en sexta ya ofrece el valor máximo de par motor, pero a la mínima nos obligará a reducir de marcha para buscar energía extra. Y eso que resulta, lógicamente, más solvente que los modelos «lastrados» con la tecnología 4×4.

Pongamos un ejemplo práctico. En la misma carretera necesitamos realizar un adelantamiento y pasar de 70 a 110 km/h. En quinta velocidad necesitaremos 9,5 segundos y 240 metros para completar la maniobra. En cuarta rebajamos el tiempo en dos segundos y la distancia en 50 metros.

Cómodo y dinámico

El X-Trail es un vehículo sumamente agradable y confortable en autopista o tramos sin complicaciones. Sin embargo, cuando aparecen las curvas el «hermano mayor» no puede ocultar su mayor corpulencia y cede gran parte de la agilidad de la que hace gala el Qashqai. Ojo, porque cumple con creces con lo que un conductor medio le exige a un vehículo de estas características, pero sí es cierto que su tendencia subviradora se incrementa, y la dirección no es todo lo directa que nos gustaría.

En giros cerrados, en ocasiones el par motor satura el trabajo sobre el eje delantero, provocando alguna pérdida de tracción, momento en el que la electrónica entra en acción. Y eso que el X-Trail monta de serie un control de trazada activo, elemento que se muestra más eficiente cuanto menor sea la adherencia del firme.

También forma parte del Chasis Activo el control activo de la calzada, un sofisticado sistema que analiza por medio de una cámara las irregularidades del firme y las neutraliza en parte actuando selectivamente sobre los frenos.

Esta función optimiza el confort de marcha, lo mismo que el tarado de las suspensiones, de corte «amable», pero no puede evitar, como es lógico, ciertos balanceos de la carrocería si incrementamos el ritmo. Si analizamos las frenadas, comentar que son estables, el X-Trail no pierde la compostura, pero las distancias registradas son sólo correctas. Sin más, necesitando 58,3 metros para detenerse de 120 km/h a cero.

Y aunque sólo sea de «refilón», señalar que aunque esta versión 4×2 tiene un claro enfoque asfáltico, la altura libre al suelo es de 21 centímetros, suficientes como para abordar una pista de tierra sin demasiadas complicaciones.

Consumos dentro de lo normal

El consumo registrado en nuestra prueba tampoco depara sorpresas. En carretera nos situaremos en torno a los 5,5 litros de media, mientras que en autopista se pueden realizar medias que no llegan a los 7,0 litros, cifra muy similar a la que registramos en conducción urbana, donde cuenta con un aliado en forma del sistema «Auto Start/Stop». En realidad le hemos medido un gasto medio de 6,5 l/100 km, cuando Nissan homologa un consumo de 4,9 l/100 km.

El Nissan X-Trail está disponible desde 26.450 euros, pero lo que nos hemos ahorrado con la tracción delantera lo hemos destinado en «alicatarlo» hasta el techo en equipamiento, aspecto en el que este modelo brilla con luz propia por su alto contenido tecnológico.

El acabado Tekna que nos ocupa tiene prácticamente de todo para facilitar las cosas a los ocupantes. Pero antes de disfrutar, un pequeño tirón de orejas, ya que el tacto de la palanca de la intermitencia es tan duro que se vuelve desagradable.

Un equipamiento de primera en el acabado Tekna

Dicho esto, las butacas delanteras son amplias, confortables y cuentan con regulación eléctrica y calefacción. En ciudad disfrutaremos de un asistente de aparcamiento automático y con la cámara de 360º tendremos una vista cenital de todo lo que rodea el vehículo. Si salimos a carretera los faros Bi Led nos aseguran una perfecta visión tanto en cortas como en largas, acción que realiza de manera inteligente por sí sólo con total efectividad y evitando deslumbramientos.

También es capaz de reconocer los límites de las señales de tráfico y reflejarlo en el cuadro de mandos, nos avisa si detecta que estamos fatigados y también si detecta que un vehículo se acerca por el ángulo muerto generado por los retrovisores.

El Escudo de Protección Inteligente contempla, además, un asistente de cambio involuntario de carril o un sistema de frenado de emergencia que reacciona si el conductor no lo hace para evitar una colisión frontal.

Si a eso añadimos un techo panorámico practicable, conectividad a través del «smartphone», un climatizador bizonal, un control de crucero… lo dicho, no nos privaremos de nada.