Desde que se puso de moda el todocamino urbano y el segmento SUV no deja de crecer, se han apuntado al carro del éxito muchos modelos con ligeras modificaciones y sobre todo adoptando un traje de aventurero que parece una pieza clave para captar la atención del comprador. Uno de los segmentos al que mejor le sienta este disfraz es al de las berlinas familiares de tamaño grande, sobre todo si la marca le añade tecnologías adicionales como la tracción total. Es entonces cuando el modelo en cuestión pasa de ir disfrazado a convertirse en un compañero fiel con el que afrontar viajes de todo tipo, haga el tiempo que haga y esté la carretera como esté.
Con tracción total adaptativa
En el caso concreto del Insignia Country Tourer los ingenieros, además de incorporar un sistema de tracción total adaptativa, también han aumentado la altura libre al suelo 20 mm y han instalado un cubrecárter para proteger este elemento. Lógicamente, por mucha tracción total y muchas protecciones que lleve, esto no convierte al Insignia Country Tourer en un todoterreno para irse de campo, porque seguramente la excursión no iba a tener un final feliz. Pero sí que le va a dejar superar caminos de tierra bastante deteriorados y, sobre todo, carreteras nevadas en las que el complemento ideal en caso de frecuentarlas serían unos neumáticos de invierno. La tracción total también ejerce su papel a la perfección en asfalto húmedo, sobre todo cuando se trata de transmitir al suelo los 400 Nm de par del motor diésel más potente de la marca y la fuerza generada por un sistema de alimentación biturbo con 195 caballos.
Estéticamente, el Insignia es uno de los modelos más convincentes de su segmento, y aunque no tiene un aspecto especialmente deportivo, sí pone al alcance del conductor una serie de ayudas y sistemas que permiten potenciar su lado más divertido. Por ejemplo, la tecnología FlexRide de serie adapta el comportamiento del nuevo Insignia Country Tourer a la carretera y a cada estilo de conducción. Y lo hace en tiempo real. Para ello interviene y ajusta automáticamente múltiples sistemas, como la suspensión activa, el ABS, el control de tracción, el ESP Plus, la dirección, el acelerador y hasta el cambio automático.
Además, FlexRide te permite seleccionar tres modos de conducción. 'Tour', indicado para un confortable crucero en viajes largos. El modo 'Normal' ofrece una respuesta polivalente para la conducción diaria. Y el modo 'Sport' que es el adecuado para una conducción dinámica. En esta última opción, cambia el color de la instrumentación, el pedal del acelerador y el cambio proporcionan una mejor respuesta, se reduce la asistencia a la dirección, la amortiguación se endurece y el sistema de tracción total Haldex distribuye más par al eje trasero, lo que modifica el tacto de conducción y ligeramente las reacciones del coche al límite imitando las sensaciones de un modelo de propulsión siempre con permiso del ESP. Quizá sea el comportamiento una de las mejores bazas de nuestro protagonista, sobre todo si tenemos en cuenta su peso y magnitud.
Ha estrenado dos motores
Aparentemente el Insignia Country Tourer 2.0 CDTI Biturbo es un cochazo que lo tiene casi todo. A la hora de la verdad nuestro protagonista sigue siendo un cochazo, pero con aspectos a mejorar que no le dejan convertirse en la compra maestra del segmento. Por ejemplo su motor diésel resulta potente, y progresivo pero deja mucho que desear en cuanto a refinamiento y sonoridad. Y es que Opel acomete en estos momentos una profunda renovación de su gama mecánica, pero ha comenzado por abajo y aunque el nuevo Insignia ha estrenado dos motores 2.0 CDTI con 120 y 140 caballos prodigiosos en cuanto a silencio de marcha y relación prestaciones-consumos, el motor CDTI biturbo de 195 caballos se queda de momento como está. Está asociado a un cambio automático de seis relaciones y convertidor de par que permite cambiar de forma manual con levas en el volante. Un cambio correcto pero que queda aún lejos de la eficacia y suavidad de un automático de doble embrague.
Sobre el terreno, además de la aspereza y sonoridad, los 195 caballos no parecen tantos. En realidad y para ser honestos, sobra potencia para cualquier cosa: para cargar con el coche repleto de pasajeros y equipaje, para arrastrar el barco o la caravana, para pasarlo bien en una carretera de curvas… pero no parece que el capó esconda tanta caballería. Esto se debe sobre todo a que nuestro protagonista pesa 1.843 kilos (con ocupantes y equipaje se superan sobradamente las dos toneladas). Esto quiere decir que, por ejemplo, el Opel pesa 187 kilos más que un Skoda Superb Combi 2.0 TDI 170 CV 4×4 con cambio DSG, o 117 kilos más que un VW Passat Alltrack 2.0 TDI 177 CV DSG 4Motion. Y no pesa ni más ni menos que un Peugeot 508 RXH híbrido que lleva un extra de peso en baterías. En cualquier caso, todos ellos andan más y gastan menos.
Básicamente éstos son los dos puntos más importantes a mejorar en un coche que, sobre todo en color blanco, llama la atención allí por donde pasa. Su silueta elegante y aerodinámica esconde un habitáculo bastante generoso con los ocupantes y un maletero de formas especialmente regulares (106×106 mm) que permiten cargar lo inimaginable. Sus 540 litros de volumen dan mucho de sí aunque hubiésemos preferido disponer de algún litro menos a cambio de tener rueda de repuesto. Se ofrecen accesorios de sujeción para el maletero, pero echamos mucho de menos unas perchas de serie a ambos lados para colgar las bolsas del supermercado y que no termine todo de un lado para otro. Tampoco encontramos ni una toma de corriente, ni una luz específica para este espacio. Aunque eso sí, la cortinilla cubremaletero que se recoge de forma automática con un sólo toque.
El equipamiento de serie de este buque insignia es ahora extraordinario porque la marca, gracias a una promoción, está regalando el Intellilink 'Navi 900' que incluye navegador entre otros muchos sistemas y los faros adaptativos AFL Plus, una gozada que vale su peso en oro para los que suelen y les gusta viajar de noche. Además, el Country Tourer Biturbo incluye el sistema FlexRide, el diferencial autoblocante trasero con control electrónico o el freno de estacionamiento eléctrico. Sin embargo la rueda de emergencia por la que cobran 52 euros debería tener coste 0 y además dar la posibilidad de poder elegir entre kit de reparación o rueda. Y el climatizador bizona es opcional (de serie el normal). Pequeños desatinos en la lista de equipamientos que, como decimos, quedan compensados por los regalos de última hora.
Con un descuento de 2.536 euros, el precio final de este modelo queda fijado en 40.169 euros, una cifra elevada pero justificada por la exclusividad, el equipamiento, la eficaz tracción total y la calidad de acabado.