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Primera prueba del Mini Countryman: El Mini más grande tiene argumentos para convencer

La tercera generación del Mini Countryman (U25) acaba de llegar al mercado, y lo hace con una carrocería que crece nada menos que 13 centímetros hasta llegar a los 4,43 metros, convirtiéndose en el Mini más grande de la historia, todo ello a pesar de articularse sobre el kit modular de plataformas de BMW para motores transversales UKL2, empleada ya por la anterior generación del Mini Countryman.

A pesar de que su línea general recuerda claramente a la de su predecesor, el nuevo Mini Countryman presenta líneas más rectas, incluidos los faros, que tradicionalmente habían tenido siluetas circulares u ovaladas en todos los modelos Mini fabricados hasta la fecha. Pero, vayamos al lío.

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Así se configura la gama del nuevo Mini Countryman

De entrada, hay que tener en cuenta que la nueva gama de Mini se articula en torno a tres modelos: el Mini Cooper (anteriormente conocido como Mini, a secas), este Mini Countryman y el Mini Aceman, un vehículo de corte familiar y cinco puertas que pretende convertirse en el modelo más demandado de la gama y que será presentado próximamente.

Centrándonos en el nuevo Mini Countryman, nos encontramos con un vehículo que se lanza en versiones de gasolina (Mini Countryman C y Mini Countryman John Cooper Works All4) y diésel (Mini Countryman D). En breve habrá también disponible una variante S All4, y más adelante llegarán los Mini Countryman eléctricos (Mini Countryman E y Mini Countryman SE All4). No va a haber versiones PHEV, ya que, según nos explica Carlos Martínez Gil –director general de Mini España & Portugal–, la demanda de híbridos enchufables ha comenzado ya a descender e irá reduciéndose más y más en los próximos años.

En nuestro caso, nos ponemos al volante de un Mini Countryman C, con motor tricilíndrico de 1,5 litros e hibridación ligera que desarrolla 170 CV. Nada más entrar, nos sorprende no encontrar un cuadro de mandos detrás del volante. La gran pantalla central circular añade a las habituales funciones del sistema de información y entretenimiento las del cuadro de mandos, y en un primer momento puede resultar abrumadora, pero pronto consigues hacerte con ella para descubrir que toda la información necesaria está ahí, que se accede fácilmente y que el sistema reacciona con suma rapidez, algo especialmente interesante en el caso del navegador nativo.

Tras girar el mando dispuesto en la consola central para arrancar el motor, selecciono la posición ‘D’ del cambio automático de siete velocidades y embragues alternos en la pequeña leva que se encuentra al lado del mando del arranque y, ya puestos, pruebo a manipular el tercer mando de este grupo: otra palanquita que conmuta diferentes “experiencias” de conducción, llevando a un nuevo nivel la tradicional interfaz para cambiar del programa normal al deportivo o al ahorrador, ya que ahora el cambio de “experiencia” afecta también al diseño de los gráficos de la pantalla central, a la iluminación ambiental y, en el caso de las versiones eléctricas, a su sonido.

En marcha con el Mini Countryman C

Una vez en marcha, todo fluye. Los baquets opcionales son cómodos y sujetan bien el cuerpo, la suspensión filtra bien los baches y contiene razonablemente las oscilaciones de la carrocería, los frenos ofrecen buen mordiente, y el grueso volante traslada con fidelidad las órdenes a las ruedas.

A pesar de seleccionar la “experiencia” Go Kart, el vehículo no se comporta ni de lejos como un kart, pero hay que reconocer que es agradable de conducir y que los 170 CV le permiten disponer de unas prestaciones razonables, con potencia suficiente para moverse con cierta agilidad entre el resto del tráfico, y todo ello desde 39.600 euros. 

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Si queremos más, el Mini Countryman John Cooper Works All4 está disponible desde 59.600 euros y cuenta con un motor de dos litros y 300 CV e hibridación ligera que permite al SUV británico fabricado en Alemania pasar de cero a 100 km/h en 5,4 segundos. No lo hemos podido probar aún, pero si el presupuesto no es un problema promete ser una versión muy interesante, ya que aúna prestaciones, equipamiento, estética deportiva y tracción total, todo ello en un formato igual de funcional que sus hermanos de gama.

Quien busque la economía de uso puede decantarse por la versión diésel, disponible desde 41.000 euros con hibridación ligera y 163 CV. Además, la gama irá ampliándose con el Countryman S All4 –a caballo entre el básico C y el John Cooper Works–, que entrega 218 CV, reparte el par disponible entre las cuatro ruedas y cuenta también con hibridación ligera.

Finalmente, los Mini Countryman eléctricos desarrollarán 204 o 313 CV, ofreciendo, en el primer caso, una autonomía de hasta 462 km, todo ello a partir de 44.800 euros. No obstante, si quieres disfrutar de un Mini con motor diésel o gasolina, aprovecha porque la marca británica propiedad de BMW sigue manteniendo su compromiso de comercializar coches únicamente eléctricos a partir de 2030, y quedan menos de seis años…