La tercera generación del Honda HR-V entra de lleno en el universo de la hibridación de la mano de esta atractiva carrocería SUV con silueta coupé que lee a la perfección el dictado de la moda. La calidad percibida y la suavidad de funcionamiento son las principales cualidades de este Honda HR-V e:HEV Advanced Style, un coche para todo con excelente presencia.
Hablar de un coche que lleva a la venta desde 1999 requiere cuanto menos cierto respeto, pues algo habrá hecho bien. Durante estos 23 años hemos conocido tres generaciones de este modelo si contamos la que acaba de pasar por nuestras manos, pero en su historia no podemos olvidar hitos tan importantes como el que supuso su variante tres puertas, un verdadero anticipo de lo que estaría por venir con la actual moda de los SUV coupé, una pena que desde Honda no sepan rentabilizar su constante espíritu de innovación. Es cierto que el modelo desapareció del mercado entre 2006 y 2013, volviendo a la vida en su segunda generación, que pasó por los concesionarios sin demasiado éxito.
Esta nueva evolución, el Honda HR-V e:HEV llega con todas las papeletas para cosechar un buen resultado comercial, pues a su esquema motriz híbrido autorrecargable suma una carrocería especialmente cuidada, tanto que llama la atención a su paso, especialmente si nos centramos en su parte posterior. Es cierto que el frontal con calandra de lamas horizontales pintadas en el color de la carrocería nos recuerda a algún otro modelo oriental, lo que no quita que el efecto estético sea llamativo y atractivo, al igual que su marcada trasera coupé con los grupos ópticos unidos, muy a la moda actual.
Honda HR-V, con silueta coupé a la moda
Su silueta coupé pasa factura a la habitabilidad posterior, tanto en la altura disponible para los pasajeros traseros como en la capacidad del maletero, pues homologa unos ajustados 319 litros, 1.305 si abatimos los asientos. En compensación Honda nos propone el comodín del sistema Magic Seat, un viejo conocido de la marca que permite generar una gran superficie lisa así como plegar las butacas traseras en vertical y crear un segundo espacio de carga en la zona destinada a los pasajeros posteriores, un hueco perfecto para una caja de gran tamaño.
Para ello, el depósito del combustible pasa a estar ubicado debajo de las butacas delanteras, mientras que las baterías del sistema eléctrico está bajo las traseras. Más allá de la altura trasera las cotas de habitabilidad son correctas en todas sus plazas para que cuatro adultos viajen sin grandes problemas de espacio. Detrás, la quinta plaza no es utilizable más allá de desplazamientos puntuales, por lo elevado y duro que resulta ese espacio del asiento.
En conjunto el resultado estético del conjunto está muy conseguido y el Honda HR-V e:HEV llama la atención a su paso, con unas medidas de carrocería que lo posicionan entre el segmento B y C de los SUV; pues con 4,34 metros de longitud ni pertenece a los SUV urbanos, ni a los compactos, aunque la marca prefiere ubicarlo con éstos últimos, como rival directo del Nissan Qashqai.
Interiores: diseño sofisticado
Al volante la postura es correcta, algo más elevados de la habitual por la posición del depósito de combustible, pero no en exceso, con una visibilidad general empeorada por el reducido tamaño de la luneta trasera, de nuevo un canon a pagar por su silueta coupé, aunque en este acabado disponemos de una cámara posterior con excelente resolución.
En conjunto la calidad de acabados es muy buena, notamos un salto en los ajustes y materiales empleados respecto a anteriores modelos, con zonas plásticas pero de muy buena calidad y realización y unos mandos muy firmes que transmiten una sensación de calidad muy germana, así como el volante forrado en piel. Como es habitual en Honda el salpicadero es sofisticado en su diseño, aunque nada recargado, con una pantalla central de 9 pulgadas que además de ser táctil dispone de algunos mandos tradicionales para su manejo. Su funcionamiento es correcto y rápido, pero da la sensación de estar algo anticuada respecto a las que monta la competencia.
El cuadro de instrumentos es mixto, mezcla un velocímetro tradicional analógico con una pantalla digital de 7 pulgadas que sirve como ordenador de viaje. Un conjunto muy amigable al que nos acostumbramos en breve, pues no tiene complicaciones. Disponemos además de levas en el volante para activar los cuatro grados de regeneración de potencia y un selector de modos de conducción en la consola junto al control de descensos y al freno de mano eléctrico.
El Honda HR-V e:HEV dispone además de una novedosa climatización con aireadores en los laterales del salpicadero en forma de L que permiten suavizar la salida del caudal de aire frío o caliente, creando una cortina paralela a las puertas muy difusa para no molestar a los ocupantes delanteros.
Sistema híbrido propio, más potente en el HR-V
La hibridación es otra de las claves del Honda HR-V e:HEV, heredando el mismo sistema autorrecargable de su hermano pequeño el Jazz, aunque en este caso con 131 caballos de potencia en lugar de los 109 del urbano. Honda fue una de las marcas pioneras en hibridación, poniendo a la venta el Insight en 1999, un vehículo que recurría ya a un motor híbrido denominado IMA en aquel momento, e:HEV ahora. Este esquema siempre ha dado prioridad al funcionamiento del vehículo en modo eléctrico para reducir los consumos, de hecho el bloque gasolina se convierte en una especie de generador de electricidad para recargar la pequeña batería, y sólo se encarga de impulsar el vehículo cuando las requerimientos de potencia lo hacen necesario. Todo ello tiene un único sentido, homologar un consumo medio de 5,4 litros a los 100 kilómetros, una cifra que no es descabellada si tenemos en cuenta que en una utilización normal durante más de 1.000 kilómetros y cargados nos hemos movido siempre por debajo de los 5,9 litros, sin ser especialmente cuidadosos.
Este sistema híbrido da siempre prioridad al sistema eléctrico para movernos, tanto cuando arrancamos como cuando nos movemos despacio, mientras que el motor entra en funcionamiento constantemente pero de forma imperceptible cuando la carga de la batería baja, activando un modo generador de electricidad. El bloque térmico se encarga de movernos en en aceleraciones puntuales o al viajar a velocidades altas, situaciones en las que disponemos de toda la potencia.
Cómodo y suave en marcha
El funcionamiento del conjunto es correcto en materia de suavidad y comodidad, con un empuje lineal y sostenido siempre que no haya requerimientos puntuales de potencia, pues entonces el cambio, que no es exactamente un CVT pero lo parece, se encarga de que se incremente el ruido motor de forma considerable sin que tenga reflejo en la aceleración, lo que hace aconsejable que realicemos adelantamientos con anticipación y en situaciones muy predecibles.
Disponemos de tres modos de funcionamiento; ECO, Sport y Normal, que afectan fundamentalmente al tacto del acelerador, de hecho la marca ha introducido una función en el cambio que simula que se producen cambios de marchas como en un automático convencional, estirando las relaciones más allá de lo deseable en el modo Sport. Disponemos también de cuatro grados de regeneración de energía que activamos con las levas del volante.
Dinámicamente se ha trabajado la rigidez del chasis y la suspensión, reduciendo los movimientos laterales de los amortiguadores, para que trasmita mayor deportividad, precisión de guiado y reacciones más ágiles al conductor.
LA CLAVE.- La tercera generación del CR-V hace de su silueta una de sus principales cualidades, con un tacto de conducción más firme y directo, pero no deportivo. El funcionamiento del esquema híbrido sigue siendo un tanto peculiar, destacando por la suavidad, aunque echamos en falta algo más de empuje.