Las apariencias no engañan… ¿o sí? El nuevo Audi Q7 es un vehículo completamente nuevo, aunque a simple vista no lo parezca. El diseño mantiene una línea continuista que no se corresponde con la realidad. Esta segunda generación es más pequeña, ligera, ágil, avanzada y eficiente, pilares básicos si se desea triunfar en un mercado como el europeo. Su predecesor se sentía más a gusto al otro lado del Atlántico, pero ahora la cosa se ha 'globalizado'.
Estamos hablando de uno de los vehículos más avanzados que podemos encontrar en el mercado, y con una versatilidad de uso que toca tantos palos como sean necesarios, aunque sigue siendo una aventura callejear por calles estrechas en algunas urbes europeas. Sin duda, prefiere los espacios abiertos para sentirse más a gusto.
Imponente por tamaño
El Q7 mide todavía 5,05 metros de largo y 1,97 de ancho, un tamaño que aún impresiona y que en ocasiones está reñido con algunas plazas de garaje públicas. Su poderoso y elegante diseño exterior da paso a un interior contundente por su calidad, el gusto por el detalle y su amplitud.
Todo está en su sitio y no hay lagunas sencillamente porque estamos ante la gama alta de Audi. Y para colmo nuestra unidad hace gala de un equipamiento opcional abrumador que 'viste' con mayor glamour el conjunto. Comenzamos con unas butacas delanteras que miman a sus ocupantes y a las que sólo les falta hablar, porque gozan de hasta 18 regulaciones eléctricas, ventilación y hasta cinco programas de masaje. En la consola central la ergonomía de la palanca del cambio llama la atención y el MMI Navegacion plus incluye una superficie táctil (MMI touch) que reconoce caracteres de escritura.
La segunda fila también resulta confortable, con tres asientos individuales que gozan de regulación longitudinal. Si se puede evitar el del centro, mejor, sencillamente porque resulta casi siete centímetros más estrecho que los laterales.
Los más de cinco metros del Q7 dan para mucho, incluso para montar una tercera fila de asientos opcional (4.510 euros que habría que sumar a los 65.955 que anunciamos para este modelo), eso sí, con los dos asientos accionables eléctricamente para saber qué es eso de la ley del mínimo esfuerzo. Dirigidos a los más pequeños, son, no obstante, más aprovechables de lo que parece por adultos. La única pega es que ya no hay opción a una rueda de repuesto y el kit reparapinchazos no da demasiado sosiego en un vehículo con unas cualidades 'off road' interesantes… Y ya que estamos en esa zona, comentar que el portón eléctrico es de serie y que la capacidad del maletero, con las tres filas montadas, todavía deja 50 centímetros de fondo para cubicar 295 litros, pasando a 770 con cinco plazas y llegando hasta los 1.995 en caso de máxima necesidad.
Motor potente y ahorrador
Nos ponemos en marcha. Bajo el capó encontramos un viejo conocido, el 3.0 V6 TDI, pero optimizado, tanto que brinda un ahorro de consumo de hasta el 23 por ciento con respecto a su predecesor. Refinado y suave en su funcionamiento, eroga 272 caballos y un impresionante par máximo de 61,2 mkg desde apenas 1.500 vueltas, aspecto que provoca que la reacción al pisar el acelerador sea prácticamente inmediata a cualquier régimen. Si se le exige sube hasta las 4.600 rpm, así que da bastante juego.
Se gestiona por medio de una caja de cambios Tiptronic de ocho relaciones, con convertidor de par, que presume de un salto entre marchas casi imperceptibles. Cuenta con un programa deportivo y levas en el volante para cambiar de manera secuencial si se desea (también se puede en la palanca).
La cuestión es cómo responde este propulsor en un conjunto talla XXL y que supera con creces las dos toneladas de peso; y eso pese a la increíble cura de adelgazamiento a la que se ha sometido y que le ha llevado a protagonizar un ahorro de hasta 325 kilos (similar a cuatro adultos sentados). Pues responde de maravilla. Si nos lo tomamos con calma en autopista rodaremos a 120 km/h a un cómodo régimen de apenas 1.600 rpm. Va tan desahogado que la velocidad máxima (238 km/h) la alcanzaremos a 3.250 vueltas.
Si se le exige más, en 6,8 segundos acelera de 0 a 100 km/h, y si tenemos que efectuar un adelantamiento en apenas 5,4 segundos y con tan sólo 153 metros de 'pista libre' lo habremos completado, eso sí, con el programa Sport selecionado y pese a las enormes llantas de 21 pulgadas que portaba nuestra unidad. Por cierto, la combinación de siete plazas con estas llantas en este motor encarece el precio final porque sube de tramo impositivo en el impuesto de matriculación (del 4,75 al 9,75 por ciento).
Notable alto en prestaciones, pero qué pasa con los consumos. El desarrollo de la octava relación del cambio Tiptronic, largo como un día sin pan, junto a soluciones como el sistema Start/Stop, permite firmar cifras realmente llamativas, que rondan los 6,0 litros en carretera. Mucho tiene que ver, asimismo, el modo de marcha por inercia (a vela) que desconecta el motor al levantar el pie del acelerador, o el asistente predictivo de eficiencia, que utiliza la información del navegador para calcular la mejor estrategia de cambio en cada tramo de ruta. De ciencia ficción…
Agilidad sorprendente
Analicemos ahora su comportamiento dinámico. Lo cierto es que es uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención. La impresión que nos ha dado el nuevo Q7 es como si estuviéramos conduciendo un vehículo más pequeño por su agilidad, por lo tanto rivales como el BMW X5 ya están a 'tiro'. Veamos por qué. La tracción total quattro es ahora más rápida en su reparto, llegando a transferir hasta un 70 por ciento al eje delantero y hasta un 85 al trasero. Además, el chasis es más ligero y se ha rebajado el centro de gravedad 50 milímetros.
Ahora tiramos ya de carta de opciones. La suspensión neumática adapta el tarado de los amortiguadores al tipo de conducción que realicemos en tiempo real, y ajusta la altura de la carrocería a la velocidad que llevemos. Mientras, el estreno de un eje trasero direccional permite que esas ruedas giren en el mismo sentido que las delanteras a alta velocidad, mejorando la estabilidad (entre 5 y 15 km/h giran en sentido contrario para mejorar la maniobrabilidad).
El resultado es que vamos sentados altos pero la respuesta es similar a la de una gran berlina, tipo A8. Lamentablemente no tenemos referencia de un Q7 de serie, pero con nuestra unidad se pueden abordar curvas con más agilidad de la que parece, aunque lógicamente hay que tener en cuenta las grandes inercias del conjunto. Por cierto, frena de lujo (apenas necesita 51 metros para detenerse por completo desde 120 km/h), aunque también hay que señalar que en un uso intensivo los frenos son propensos a la fatiga.
Desde el Audi Drive Select (de serie) podemos elegir hasta siete programas de conducción diferentes: confort, auto, dynamic, individual, efficiency, allroad y life/offroad.
La lista de elementos tecnológicos que contempla el Q7 es tan extensa que daría para un capítulo aparte. Dependiendo de la profundidad y solvencia de nuestro bolsillo, podemos disfrutar de un control de velocidad adaptativo, asistentes como el de atascos, de mantenimiento de carril, de frenada de emergencia automática, de alerta de colisión, de tráfico cruzado en la zaga, de aparcamiento automático, de visión nocturna, faros Matrix LED, conexión 4G a Internet… Un dato, si somos caprichosos, en la carta de opciones superaremos con creces el precio del vehículo.