Con o sin camas, porque la 'camperización' de un vehículo tiene muchas modalidades, lo cierto es que las ventas de furgonetas de pasajeros preparadas para disfrutar del ocio de una forma más independiente, relajada y económica -muchos hablan del 'low travel'- no paran de crecer. Y Citroën se sumaba no hace tanto a esa corriente partiendo del SpaceTourer, que ya en sus versiones 'normales' -hay tres tallas de carrocería- incita con su agrado de uso a ponerse en carretera en grupo.
Con 15 años de experiencia en el sector y autora de preparaciones similares a partir de modelos, entre otros, de Ford o Peugeot, la firma aragonesa Tinkervan se encarga de convertir un SpaceTourer en camper, para lo cual toman como base exclusivamente las dos carrocerías más grandes: M, de 4,95 metros, y XL, de 5,30. Eso es así para las dos elaboraciones básicas, denominadas Junior y Master, pero no en el caso de la unidad probada, dotada de la transformación más completa -se llama 'Master+Techo Elevable Cama' y arranca en 9.900 euros, más impuestos- y que sólo podemos pedir, curiosamente, en talla M. Apareja un techo con sistema de apertura neumática que, en posición cerrada, aumenta 90 milímetros la altura del conjunto, que pasa de 1,89 a 1,98 metros. Y al desplegar el techo, la 'buhardilla' nos ofrece una cama de 130 por 200 centímetros, buenas vistas a través de sus ventanas -dos de ellas con mosquiteras- y un flexo LED. En cuanto a la 'planta baja', de cinco plazas y con asientos traseros desplazables longitudinalmente, plegables y extraibles, su versatilidad dependerá de las opciones solicitadas, entre las que figura una cama de adultos o una infantil, la ducha, una nevera de 31 litros con compresor… Lo que sí incluye de serie cualquier SpaceTourer by Tinkervan son los asientos delanteros giratorios, la mesa para uso interior o exterior -va adosada al interior del portón cuando no se usa-, una batería auxiliar de 100 Ah, varias tomas de 12 voltios y USB o unas luces LED integradas de doble intensidad.
Pero incluso con todo eso nuestro protagonista pasaría desapercibido por la carretera, pues ninguno de esos elementos altera casi la imagen externa. Otra cosa es que pidamos el toldo lateral, que genera algunos silbidos a alta velocidad -el techo elevable también bufa un poco en autovía- o el portabicicletas del portón -ojo en las maniobras de marcha atrás, porque sobresale más que el paragolpes trasero-, ya que entonces nuestro vehículo sí adquiere aspecto… de camper.
También notaremos diferencias al conducir, y no tanto por la menor eficacia del comportamiento -aunque el aumento de peso no es radical, el centro de gravedad sí sube un poco y eso se aprecia en las curvas cerradas o al girar en una rotonda- como por los ruiditos aquí y allá, sobre todo circulando por mal firme. Hablábamos antes de sonido aerodinámico, pero también las butacas delanteras -aquí giratorias para crear un saloncito a vehículo parado- crujen un poco, y resulta inevitable que ducha, nevera, somieres, mesita y demás dotación -todos muy ligeros, la verdad sea dicha- acaben restando silencio a la marcha. En este sentido, no vendría mal un ajuste mejor de ciertos elementos para minimizar el 'cacharreo'.
No obstante, como la base ya es muy buena el SpaceTourer by Tinkervan conserva una calidad de rodadura estupenda, y por carreteras donde una autocaravana se movería torpemente el modelo de Citroën serpentea con bastante agilidad, capítulo donde destaca especialmente el trabajo de la suspensión. Los frenos también cumplen por potencia y tacto, aunque con los neumáticos M+S que llevaba nuestra unidad -equipada también con el Grip Control, capaz de sacarnos de apuros si nos metemos por arena, barro o nieve- las distancias se alargaban más de la cuenta, como esos 62,3 metros al detenernos desde 120 km/h. Y sería sencillo también mejorar la dirección, precisa y de buen tacto pero con muchísimas vueltas de volante. Exactamente 3,8. Eso obliga a manotear más de la cuenta en vías de montaña, y no digamos al callejear por ciudad o maniobrar.
Hasta 180 CV de potencia
Teníamos muchas ganas de ver cómo afectaba la preparación -y elementos aparatosos como el toldo o el techo sobreelevado- al rendimiento general y al consumo, pero esta versión salda el examen con nota. La marca del doble chevrón permite elegir entre los diésel BlueHDi 2.0 con 120, 150 y 180 CV, y ya vemos que con el intermedio -37,8 mkg de par máximo a 2.000 vueltas- hay suficiente, pues le hemos medido 12,7 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h -Citroën anuncia 10,3 en la versión sin preparación- y podemos realizar adelantamientos con relativa soltura, pues la recuperación de 80 a 120 km/h se solventa en 9,9 segundos. No es un GTI, pero conviene recordar que hablamos de un vehículo ideado para viajar en grupo… y que no hay prisa para buscar hotel.
No obstante, sí vemos una razón para inclinarse -si el presupuesto lo permite- por el motor BlueHDi 180, y es que viene asociado al eficaz cambio automático EAT8.
En cuanto al aspecto económico, el gasto apenas se dispara frente a una versión sin 'camperizar' -8,8 litros de media real es un valor muy bajo- y el precio de la preparación se amortizará rápidamente si nos 'mudamos' con frecuencia a la carretera. Además, Citroën anuncia ahora descuentos de impresión -superan por mucho los 10.000 euros- en sus SpaceTourer; y eso ayuda.
LA CLAVE
Las ventas de vehículos 'camperizados' siguen creciendo en nuestro país, y no nos extraña tras probar a fondo el SpaceTourer preparado por la oscense Tinkervan, que Citroën ofrece de manera oficial en sus concesionarios. Los viajes se convierten en toda una experiencia, y sin la lentitud de las autocaravanas.