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Cupra Formentor SZ 2.0 TSI DSG7 4Drive. Sí, es el Formentor

Comprendemos que tanta gente dudase sobre la identidad exacta de este coche porque Cupra parece querer ocultar la denominación de sus modelos. En las carrocerías de Ateca y León no hay mención alguna -seguramente para distanciarse de los Seat tomados como base-, y en el caso del Formentor debes buscar dentro de cada óptica trasera para saber cómo se llama, lo cual tiene menos sentido pues no existe -ni existirá, salvo que estemos mal informados- un Seat Formentor. Y es una pena ese cierto 'anonimato', porque es un producto del que presumir, y estaría bien que todos a los que adelantemos -que serán muchos si elegimos la versión aquí probada- sepan no solo que les ha rebasado un Cupra -lo pone claramente en el portón de todos los modelos citados-, sino que era el Formentor.

Aunque, para completar el relato, diremos que muchas personas ya sabían de su existencia y reconocieron de un vistazo al primer 'cien por cien Cupra', un vehículo a caballo entre SUV y compacto -entre Ateca y León- que la joven firma de Martorell define como SUV Coupé. Mide 445 centímetros de longitud -solo 6 más que un Toyota C-HR o un Kia XCeed- y se conforma con 151 de altura, cuando el Ateca llega a 160 y el Léon ronda los 147. De hecho, se acerca tanto a las dimensiones de un Cupra León -440 centímetros de largo- que el Formentor parece su hermano 'musculado'. Un poco más alejado del asfalto, eso sí, aunque los 159 milímetros de altura libre al suelo dan para internarse por buenas pistas, caminos sin roderas y poco más. Llegado el caso, no obstante, tampoco se amilana ante firmes difíciles, tanto por su tracción a las cuatro ruedas 4Drive como por el modo de conducción Offroad, uno de los cinco seleccionables.

Pero vayamos por partes y empecemos por lo más evidente: la carrocería. Posiblemente sea su diseño, muy tendido y deportivo, lo que le hace parecer más grande. Después te acercas y ves que la talla es contenida, pero cuando abres las puertas compruebas que el interior es amplio. Delante se va de cine, brillando esos 105 centímetros de altura al techo casi sin parangón o unos asientos que son tan buenos como parece: sujetan, son firmes pero cómodos… Sin duda, las butacas que merece un 'aparato' de 310 CV. Y solo mejorables mediante opciones como ajuste eléctrico, calefacción o tapicería de piel.

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La lista de extras, en cualquier caso, no es especialmente larga; y no lo es por una sencilla razón: el Formentor VZ 2.0 TSI DSG7 4Drive lleva prácticamente de todo en su dotación de serie, y eso incluye un equipo de seguridad y asistentes de conducción simplemente apabullante. Los 46.920 euros de la factura -44.920 con descuento- dejan en evidencia los altos precios de sus rivales alemanes -BMW X2 y Mercedes-Benz GLA, básicamente-, mucho más caros y peor equipados que el español.

Sigamos recorriendo la carrocería

Ahora en la segunda fila. Buen acceso, notable espacio para las piernas -73 centímetros con un conductor de 1,75 al volante- y enorme altura al techo -casi un metro-, aunque la anchura al nivel de las caderas es solo correcta -129 centímetros- y el hipotético quinto ocupante no irá muy cómodo por el volumen del túnel central.

El maletero, bien: 420 litros. No son los 450 de los Formentor de tracción delantera -habrá versiones diésel y de gasolina con 150 CV, nivel de potencia que suena justito en una marca con tanto carácter deportivo-, ni los 470 del X2 o los 435 del GLA, pero superan claramente los 380 de un Cupra León, que plantado en la calle abulta casi lo mismo. Además, el Formentor tiene portón automatizado, respaldo abatible por secciones asimétricas desde la zona de carga y hasta una rueda de repuesto minimizada.

Calidad. Premium español

Salvo que para ser 'premium' debas mostrar pasaporte alemán o sueco, o tengas que ser la división de lujo de un fabricante nipón, al Formentor le podríamos encasillar en esa selecta clase. Porque si ya los últimos Seat están acabados con esmero -terminación y materiales-, en los Cupra se va un paso más allá, cuidándose el detalle de un modo especial. Sumemos a eso un equipo de serie estupendo -instrumentación digital configurable, pantalla central de 12 pulgadas, climatizador de tres zonas…- y lo último en tecnología, y obtendremos un resultado digno de llamarse así: premium. El tacto y el grosor del volante -que incluye botones específicos para arrancar y elegir modo de conducción-, las inserciones de color cobre, los pedales deportivos… Una atmósfera exclusiva que no es solo apariencia, pues se ve respaldada por una alta calidad general y mucha sensación de robustez. Lástima que el revestimiento superior de las puertas traseras no sea mullido como el de las delanteras o que la barra táctil de la consola donde variamos la temperatura de climatización y el volumen de audio sea tan poco funcional… y tan invisible por la noche. Y puestos a criticar mandos táctiles, tampoco convence el nuevo selector de luces, común a otros coches del grupo Volkswagen dotados de la moderna plataforma MQB Evo: León, Golf, Octavia…

Detalles que pasarán a ser minucias sin relevancia cuando, tras pulsar el botón de encendido, cobre vida el 2.0 TSI de gasolina. Un cuatro cilindros con turbo e inyección mixta -varía entre directa e indirecta según las necesidades- que suena bien por sí mismo y por el escape, y que en los programas Sport y Cupra añade cierto bramido artificial para componer una melodía -solo interior- tipo 'Mustang'. Pero, además, de ruido… hay nueces. Y muchas. Sus 310 CV son ya una buena carta de presentación; pero también es clave que el par máximo, de 40,8 mkg, esté ahí entre 2.000 y 5.450 rpm, pues en combinación con la eficaz caja DSG de doble embrague y siete marchas -podemos cambiar manualmente con unas levas de generoso tamaño- se logra una respuesta contundente sea cual sea el régimen de giro. Y como la tracción 4Drive garantiza la mejor motricidad y hay sistema Launch Control, las arrancadas desde parado son de órdago: 4,8 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h -homologa 4,9- y 6,4 para completar el '0-120' -a partir de ahí ya estaremos fuera de la ley en las carreteras españolas-. De hecho, cubre los mil metros en 24,1 segundos y pasa por ese primer kilómetro a 212 km/h. Un SUV serio. E igual de rabioso se muestra en los adelantamientos, con un meteórico paso de 80 a 120 km/h en 3,2 segundos que transmite seguridad al superar vehículos de gran tonelaje en vías de doble sentido.

Aunque los milagros no existen, y el consumo también es algo elevado, pues hablamos de mucha potencia, bastante peso -1.644 kilos- y unas ruedas grandecitas: 245/40 R19. En concreto, 9,3 l/100 km de promedio real -es en ciudad donde se muestra más tragón-; aunque esa cifra no parece tan alta comparada con los 8,6 litros oficiales -ciclo WLTP- y, sobre todo, cuando valoramos el disfrute de uso.

Y es que este Formentor VZ -las siglas proceden de 'VeloZ', y Cupra solo las aplicará a sus versiones más dinámicas- no solo es rapidísimo con la mecánica 2.0 TSI DSG7 4Drive, sino que también es puro dinamismo, pura eficacia y pura diversión. Entre que vamos sentados muy cerca del suelo y el comportamiento es de turismo 'gordo', acabaremos olvidando que conducimos un SUV o un crossover. Porque, incluso a una velocidad pasmosa, se mete en las curvas con máxima precisión y muy poco balanceo, guiado por un volante -el Formentor equipa dirección progresiva- que solo tiene 2,1 vueltas entre topes y que nos hará soñar con las carreteras de montaña. Tracción perfecta, un tren trasero que redondea lo justo la trayectoria si lo provocamos desacelerando en pleno apoyo… De hecho, va casi igual de bien con independencia del ajuste elegido -hay 15 posiciones- en la amortiguación DCC de serie, del modo de conducción escogido -recomendamos Sport y Cupra, en cualquier caso- o de si el ESC va operativo al cien por cien o en modo ESC Sport. Y los frenos Brembo, opcionales, son una guinda para la tarta.

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EL DETALLE. Puesta a punto con Gené al volante

Los pilotos Jordi Gené y Mattias Ekström trabajaron junto a los ingenieros de Cupra en la fase final de desarrollo del Formentor, calibrando con exactitud en circuito la suspensión, la respuesta del acelerador o la comodidad de los asientos. No es algo nuevo, pues casi todas las marcas emplean pilotos o expilotos en esa labor, pero da la sensación de que Cupra haya respetado más los consejos, pues el Formentor tiene cierto tacto 'racing', muestra precisión a ritmos de marcha fuertes y se controla muy bien al buscar los límites.

LA CLAVE

Hay que rebuscar mucho, pero mucho de verdad, para hallar puntos débiles en el Formentor: algún mando que yo habría diseñado de otra forma, una anchura detrás solo correcta… Y con el motor de 310 CV, un consumo algo elevado. Pero en todo lo demás lo borda.