Hubo un tiempo en el que Fiat fabricaba modelos compactos -lo que entonces se llamaban 'polivalentes de 4 metros'- que servían de referencia en su clase, como el Ritmo, la primera generación del Tipo o el binomio Bravo/Brava -varios de ellos elegidos 'Car of the Year' en su día-, pero una competencia cada vez más feroz pareció ir arrinconando a la casa turinesa, cuyo último representante en la clase, el Bravo del 2007, dejó de venderse en 2015 sin llegar a repetir el éxito de sus antecesores.
Sin embargo, Fiat apuesta otra vez por los compactos para recuperar el terreno cedido, y la mejor prueba es este nuevo Tipo desplegado en tres carrocerías: el sedán -que probábamos en el nº 1.682-, el familiar Station Wagon y este 'hatchback' de cinco puertas y 4,37 metros de largo que, por planteamiento y precio, pasa a luchar en la zona baja del segmento, frente a coches como el Nissan Pulsar o el Skoda Spaceback. Suena excesivo, e incluso peyorativo, hablar de 'low cost', pero realmente son las alternativas más económicas. O sea… de menor coste.
Amplitud y comodidad
Fabricados en Turquía, los tres Tipo comparten plataforma y distancia entre ejes «2,64 metros, que es bastante», pese a que nuestro protagonista de cinco puertas es 16,4 centímetros más corto que el Sedán y mide 20,3 menos de longitud que el SW. Por tanto, el Tipo 'corto' tiene mucha batalla y voladizos contenidos, lo que funciona bien de cara a la amplitud. El coche admite sin problemas a cinco ocupantes, pues la segunda fila presume de generosas cotas: 134 centímetros de ancho -130 tiene el Pulsar y 129,5 el Spaceback- y 93 de altura al techo -93,5 el Nissan y 95 el Skoda-. En cuanto al hueco para las piernas detrás -70,5 centímetros con un conductor de 1,75 de estatura al volante-, puede que no sea su mejor dato -76 centímetros le medimos al Spaceback y nada menos que 81,5 al Pulsar-, pero no supone mayor problema salvo que los pasajeros sean altísimos.
Además, el Tipo 5p compensa con un gran maletero: 440 litros, cuando muchos de sus rivales no alcanzan ni los 400. Debajo, además, el italoturco puede llevar una rueda de emergencia 'de verdad', en medida 205/55 R16. No obstante, por si necesitamos más volumen para el equipaje, ahí están los 520 litros del Tipo Sedán -único de los tres sin portón grande- y, sobre todo, los 550 del Tipo SW.
El habitáculo es amplio, y también práctico, pues los espacios para colocar objetos suman 12 litros. Yel acabado general es bastante bueno, tanto por materiales como por ajuste. El aspecto no es precisamente de 'low cost' porque hay plástico mullido en el salpicadero y el diseño se caracteriza por las líneas modernas. Si acaso, criticaríamos el tacto de ciertos elementos, como una rueda de ajuste del respaldo bastante dura o un cambio manual -seis marchas- cuyo guiado es mejorable. Pero hasta eso podemos solucionarlo, pues Fiat ofrece la caja automática DDCT de doble embrague para esta mecánica.
Equipamiento Básico vs Lounge
En cuanto al equipamiento, pagaríamos con gusto los 1.000 euros extra del nivel Lounge frente al básico Easy, pues su dotación agrega elementos como el climatizador automático, el sistema multifunción Uconnect con pantalla de 7 pulgadas, el control de crucero, los sensores de luz y lluvia, las llantas de 17 pulgadas -16 en el Easy- o el espejo interior fotosensible. Y nuestra unidad montaba un gran número de opciones que conformaban un panorama sugerente, destacando la tapicería de cuero (1.000 euros), el navegador (495), contornos cromados en el frontal (120), lunas traseras más tintadas (230), reposabrazos central trasero (100) o rueda de repuesto 'de verdad' (175 euros) en vez del kit de reparación.
También incorporaba varios asistentes de conducción, como el aviso de colisión con frenado automático de emergencia -forma parte del Pack Seguridad Plus, que cuesta 500 euros- o la cámara de visión trasera -otros 340 euros-, cuya eficacia es mejorable, porque no tiene buena definición y sus guías para la trayectoria marcha atrás son muy poco precisas a la hora de ajustar el coche a la acera. Además, la nota de seguridad concedida por EuroNCAP es baja: sólo tres estrellas, y cuatro con el paquete de opciones.
El Tipo 5p con motor diésel 1.6 Multijet II de 120 CV nos ha convencido en el capítulo dinámico, pues no suena ni vibra mucho, y exhibe más brío del esperado, teniendo en cuenta sobre todo que el compacto italiano no figura entre los más ligeros de su clase. La potencia aparece con progresividad, y por encima de 1.500 rpm hay un claro empuje, que no decae hasta rebasar las 4.000 vueltas. De hecho, el par máximo es alto -32,7 mkg- y llega a sólo 1.750 rpm; y con los 120 CV ocurre lo mismo: están ahí ya a 3.750 vueltas. Si asociamos eso a un cambio de seis marchas con desarrollos bien elegidos, el resultado sobre la carretera es bueno, y los adelantamientos se solventan con agilidad sea cual sea la marcha. Un ejemplo: tarda sólo 9,9 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en sexta, y 6,8 en cuarta. En proporción, el consumo real no merece quizás una calificación tan alta, pero los 5,9 l/100 km medidos son más que aceptables, sobre todo al considerar las buenas prestaciones.
Y en lo que respecta al comportamiento, prevalece la actitud noble y segura sobre la eficacia deportiva, pues las distancias de frenada son sólo correctas y, al límite, el coche tira de morro con cierta claridad en curvas cerradas. La suspensión, además, resulta un poco seca con mal firme.
La clave
Fiat vuelve a tener un modelo de tamaño compacto muy interesante, porque el nuevo Tipo de 5 puertas pone en juego una factura aquilatada -entre las más bajas del segmento- y no desmerece en los capítulos clave, como la amplitud, el maletero, las prestaciones, el consumo, el equipamiento… E incluso la calidad general es bastante buena. Nos ha gustado mucho con el motor diésel de 120 CV.