Grecale es un viento fuerte y fresco del Mediterráneo. La versión de acceso GT del Maserati Grecale, con 300 CV, no es precisamente un hurácan, pero convence por rendimiento, dinámica y talante deportivo. Se ubica en lo más selecto del segmento por su exclusividad, aunque no es oro todo lo que reluce en este modelo de la marca italiana.
La segunda opción SUV de Maserati tendrá más tirón a nivel de ventas que el Levante. Por tamaño y precio, entra en un nicho más concurrido y ‘popular’, aunque siempre con los valores de elegencia, deportividad y calidad casi artesanal a la que acostumbra la marca italiana.
300 CV en la versión de acceso a la gama
Hemos probado la version de acceso del Maserati Grecale, denominada GT, y con 300 CV en sus entrañas. En su escaparate añade a su gama los acabados Modena (330 CV) y el poderoso Trofeo, ya con 530 CV.
El primer punto que llama la atención del Grecale es su tamaño. Estira su longitud hasta los 4,85 metros y eso implica mucha talla respecto a sus principales rivales. Sin embargo, no resulta demasiado ostentoso, a pesar de detalles como la potente parrilla frontal, las branquias laterales o las pinzas de freno Brembo de cuatro pistones en amarillo.
La versión de acceso GT recurre a un propulsor de dos litros turbo que eroga 300 CV. Y como el resto de la gama monta una transmisión automática de 8 velocidades con convertidor de par y tracción total.
Sonido de carreras en modo Sport
No esperábamos que al ralentí el sonido del motor fuera tan ‘evidente’. No suena bonito. Luego, ya en marcha, según va tomando temperatura, y asociado a sus aliados más deportivos, es un primor, una auténtica sinfonía para los oídos.
En su interior se ha decidido que los mandos físicos sean historia. Apenas deja los del selector del cambio en el salpicadero y los del volante multifunción. El resto es digital.
El cuadro de mandos configurable de 12,3 pulgadas y el generoso head-up display nos informan con intuición y claridad de todo lo relacionado con la conducción. El resto se gestiona con la doble pantalla digital del salpicadero. La superior tiene 12,3 pulgadas y brinda información ‘activa’ del vehículo.
La inferior, también táctil, presenta 8,8 pulgadas y está enfocada a la climatización, ajustes de asientos, luces… Además gestiona la presentación del elegante reloj ubicado en la parte alta del salpicadero. Obviamente da la hora, pero también hace la veces de brújula o indica las fuerzas G.
Acabados artesanales y muy amplio
Convence en su presentación, también en el rigor en cuando a calidad, con algunos acabados artesanales, como los de las magníficas butacas delanteras, eléctricas, ventiladas y calefactadas.
Detrás hay espacio sobrado y las puertas cuentan, como curiosidad, con una doble apertura desde el interior. Una electrónica con un mando, y otra mecánica, en la parte inferior. Por su parte, el maletero ofrece 535 litros de capacidad. Resulta amplio, aunque pierde 35 litros respecto a la versión Trofeo, que no tiene hibridación ligera y carece de la batería de 48V.
Sistema ‘mild hybrid’ y etiqueta ECO
Ya en marcha el bloque de cuatro cilindros turbo ofrece un rendimiento notable. Está asociado a un sistema mild hybrid de 48 V que conlleva la etiqueta ECO. Punto a favor para movernos en la ciudad, y trae algo más de refinamiento en algunas fases de la conducción. En cualquier caso, nunca impulsará por sí mismo el vehículo el sistema eléctrico.
Desde el volante el asistente Drive Mode nos permite elegir entre los modos Confort, GT y Sport. El primero enfocado a la urbe y autopista. El segundo marcaría el equilibrio, y el Sport para pasar un buen rato.
En cualquier caso el Grecale se concibe como un SUV agradable, más que un purasangre. Los 300 CV están ahí y las mediciones obtenidas nos indican que ‘tira’, pero sin meter miedo. Acelera y recupera con solvencia, y estira hasta las 6.500 rpm de manera progresiva.
En el modo Sport el sonido del motor cambia inmediatamente. Y no pasa desapercibido fuera. Parámetros como la dirección, el cambio o el motor cambian para resultar más efectivos. También la suspensión adaptativa se vuelve más firme. En opción existe una más sofisticada neumática con algún guiño offroad. En cualquier caso los neumáticos 255/45 R20 firmados por Continental no tienen objetivos más allá del asfalto.
Levas del cambio al estilo Ferrari
Las generosas levas de aluminio nos permiten cambiar de manera secuencial y el cuadro nos avisa mediante colores para que subamos de marcha si hemos activado el modo manual del cambio (salta automáticamente en GT y Confort).
La tracción total ayuda a neutralizar en parte las inercias en curva (acaricia los 1.900 kilos con lo puesto) y la dirección convence, lo mismo que la contundencia de los frenos. Delante monta unos discos de 350 milímetros de diámetro y pinzas fijas Brembo de cuatro pistones. En el eje trasero apuesta por unos discos de 330 milímetros y una pinzas flotantes Continental. Es un SUV más ágil de lo que parece, como corresponde a un Maserati, pero sin llegar a la eficacia del Porsche Macan.
Prestaciones del Maserati Grecale GT
Con el consumo pasa un poco de todo, según sea nuestro estado de ánimo. Si nos lo tomamos con calma rondará los 9,0-9,5 litros de media, pero si apostamos por pasar un buen rato es complicado bajar de los 13,0 litros. El consumo homologado es de 8,8 litros cada 100 kilómetros.
Nos falta analizar su apartado tecnológico. Y aquí una de cal y otra de arena. Cierto que dispone de lo último en cuanto a asistentes de conducción y seguridad, pero muchos de ellos hay que pagarlos aparte en su completa carta de opciones. Y eso en un modelo que parte desde los 81.050 euros, duele.
Más generoso en su equipamiento de serie en la oferta referente al sistema multimedia. El sistema multimedia cuenta con Android Auto y Apple CarPlay, en ambos casos de forma inalámbrica.
Además presume de un eficaz asistente de reconocimiento de órdenes por voz. Basta con decir ‘Hey Maserati’ y al instante estará presto para cualquier servicio que solicitemos.
Conclusión del Maserati Grecale GT
El Maserati Grecale GT es un capricho que se ‘instala’ en el segmento premium más deportivo. Esta versión GT con 300 CV ofrece un buen rendimiento, se mueve con agilidad y convence por calidad y tecnología. El sello medioambiental ECO facilita mucho las cosas en su uso por la ciudad, aunque pide a gritos salir de ella…
Nos quedamos con su exclusividad y talante deportivo, el rendimiento del motor y su dinámica. y destacamos su habitabilidad, buen maletero y exclusividad.
Nos gusta menos su elevada rumorosidad al ralentí, sus limitadas cualidades offroad, pese a tener un control de descensos, y el uso de algunas funciones no demasiado intuitivas.