Hasta ahora, el único Karoq que había pasado por nuestro banco de pruebas equipaba el diésel 2.0 TDI de 150 CV -vinculado necesariamente a la tracción 4×4- y cambio manual -por 1.800 euros extra se ofrece la caja DSG-, pero teníamos ganas de analizar una versión de gasolina. En ese capítulo, la firma checa ofrece el tricilíndrico 1.0 TSI de 115 CV -que nos gustó bajo el capó del Seat Ateca, lo que deja pocas dudas sobre cómo rendirá en su 'primo' SUV de Skoda- y este 1.5 TSI ACT, aún no disponible en el SUV de la casa española y cuyo rendimiento nos había convencido en Seat Ibiza y Volkswagen Golf. Un moderno cuatro cilindros -inyección directa, turbo y sistema de desconexión activa de cilindros ACT- que frente al 1.4 TSI del Ateca gana 103 centímetros cúbicos -supone un 7,4 por ciento-, aunque mantiene tal cual sus datos esenciales: potencia de 150 CV entre 5.000 y 6.000 rpm y par máximo de 25,5 mkg entre 1.500 y 3.500 vueltas. Ya sobre el papel esos valores hablan de una respuesta progresiva; pero si se asocian al rápido y suave cambio automático DSG7 de doble embrague -también aquí supone 1.800 euros más- el resultado práctico es todavía mejor.
En prestaciones, de hecho, este Karoq 1.5 TSI DSG ha resultado ser bastante más ágil que el 2.0 TDI 4×4 de cambio manual -ambos con 150 CV, pero el diésel con un par muy superior, de 34,7 mkg-, como demuestran algunas mediciones clave: de 0 a 100 km/h, al protagonista de estas páginas le hemos medido 9,1 segundos, por los 10,7 que registró el TDI; y también en maniobras de recuperación el TSI ACT le da ventaja, pues entre su mayor alegría y la del cambio DSG solventa el paso de 80 a 120 km/h en 6,1 segundos, toda una garantía al realizar adelantamientos. Y por si alguien alberga dudas, no hay más que irse a la página 33 y ver nuestras mediciones de los 'súper SUV' diésel ahí comparados, pues este Karoq se codearía con ellos en carretera.
Además, el consumo real se mantiene siempre en valores razonables, como esos 7,6 l/100 km de media en nuestro recorrido mixto -mejor olvidar los 5,4 litros homologados como dato oficial-, que casi igualan los 7,4 l/100 km medidos en su día al 2.0 TDI 4×4. Lástima que en los Karoq de tracción delantera -este 1.5 TSI no está disponible con tracción 4×4- el depósito se vea reducido a 50 litros.
Si el conjunto motor/cambio convence, el chasis acompaña. Es cierto que sin la deportividad y el tacto preciso de un Ateca, pues Skoda da más prioridad al confort, pero el SUV checo cumple realmente bien por estabilidad -y eso que a muchos sus 215/50 R18 les parecerán algo estrechos- y tiene una precisa dirección con sólo 2,7 vueltas de volante. Y la frenada, sin ser de sobresaliente -55,9 metros para detenernos desde 120 km/h-, cumple por potencia y resistencia. De serie, además, el nivel Style incluye el selector de modos de conducción: Eco, Normal, Sport e Individual.
Todo se redondea con virtudes bienvenidas en un SUV de enfoque familiar como la amplitud y el gran maletero, una estupenda calidad general y sus múltiples opciones.
LA CLAVE
Sin duda, una de las 'compras maestras' en el segmento SUV de talla media, pues el Karoq está hecho a conciencia, va bien, es cómodo y propone una funcionalidad brillante, sobre todo si pedimos -320 euros bien invertidos- el asiento trasero VarioFlex. Y si no necesitas tracción 4×4, este TSI 150 con caja DSG parece ideal.