comscore

Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 190. Invade el terreno 'premium'

La segunda generación del Tiguan llega al mercado con la firme intención de 'poner firmes' a sus rivales. Si Polo, Golf o Passat ya presumen de ser referentes entre los modelos generalistas de sus respectivos segmentos, el nuevo SUV de tamaño medio de Volkswagen tiene cualidades para hacer lo propio entre los vehículos todocamino más populares. Tantas, que hasta se lo pondrá difícil a modelos de fabricantes «premium» por sus altas dosis de funcionalidad, calidad o tecnología.

Nada que envidiar a los «premium»

Me llama la atención que los anuncios del nuevo Tiguan destaquen «Con importación de rutas online» cuando hay tantas cosas fascinantes para resaltar en un vehículo tan logrado. Es, a mi juicio, como comer en el restaurante El Celler de Can Roca, que ahora es el mejor del mundo, y resumirlo hablando del tejido de los manteles. Debo estar chapado a la antigua, y por eso me fijo en cosas que ya no cuentan tanto. O quizás no sepa nada de publicidad.

Pero lo que sí sé es que la firma de Wolfsburg ha hecho un trabajo redondo con esta segunda generación del Tiguan. Si su antecesor ya despuntaba entre los SUV de marcas generalistas, el modelo ahora lanzado se escapa con relativa claridad por calidad general, tecnología disponible y funcionalidad, entendiendo ahí tanto el espacio como la versatilidad. Además, no es un simple progreso estético y técnico, sino que el Tiguan cambia de filosofía al potenciar su deportividad, lo que se ve en su carrocería más baja, ancha, larga y aerodinámica, y con una distancia entre ejes que se estira 70 milímetros. Eso se traduce en mucho espacio interior, pues sigue habiendo bastante altura al techo (detrás, 92 centímetros), una anchura generosa apta para que tres adultos viajen en la segunda fila (molesta un poco el túnel central) y mucho hueco para las piernas: con un conductor de 1,75 al volante, detrás quedan 77,5 centímetros. Tanto, que podremos avanzar con tranquilidad parte o toda la banqueta posterior -su recorrido máximo es de 18 centímetros- para ganar volumen en el maletero, que es otro de los puntos fuertes. Si el primer Tiguan sólo cumplía en esa faceta, el nuevo «lo borda», pues hay 520 litros, y 615 adelantando a tope la segunda fila. Según Volkswagen, el público está pasándose del monovolumen al SUV pero quieren seguir encontrando mucha versatilidad, y el nuevo Tiguan lo consigue de verdad.

El habitáculo también destaca por su calidad y diseño racional, por el confort de los asientos y por un volante que se puede bajar más que antes. Todo encaja, nada vibra y hay ambiente «premium» gracias a la pantalla central de 8 pulgadas y a la instrumentación configurable, de serie en el Sport. Puede que los materiales no sean los de un Audi Q3, pero están bien. Y sobre el acabado, sólo una crítica en nuestra unidad: a partir de 135 km/h la ventanilla del conductor silbaba un poco.

Un equipamiento muy completo

Además, el equipo de serie es muy completo. Ya lo es en los acabados inferiores Edition y Advance (estaría bien que se ofreciera con este motor TDI 190 el segundo), pero es que con el Sport no falta prácticamente nada, sobre todo porque Volkswagen nos regala ahora -ayuda a justificar el alto precio- un Paquete Lanzamiento Tiguan Sport que tiene de todo. Y el «practicamente» es por la rueda de repuesto (260 euros) y el control de presión de neumáticos (175 euros), que nosotros incluiríamos, pues los neumáticos autosellantes de serie no nos inspiran mucha confianza tratándose de un SUV con tracción total capaz de enfrentarse a retos.

Porque el sistema 4Motion es otro de los puntos evolucionados. Ahora se llama 4Motion Active Control e integra una rueda para que el conductor elija el programa: nieve, carretera, offroad y offroad personalizado. Entre lo que probamos el invierno pasado en Suecia y lo que ahora hemos apreciado por caminos españoles, la nota no puede ser mejor: este Tiguan va mucho mejor por malos terrenos y superficies deslizantes que el anterior. Y parece una idea genial dotarle (lo montaba nuestra unidad y cuesta sólo 165 euros) del paquete Offroad, que incluye, entre otros elementos, protección inferior del motor y paragolpes con más ángulo de ataque. Aunque si prevemos hacer excursiones, mejor dejar los 235/55 R18 que trae de serie.

Otra cosa distinta es que vayamos a movernos solo por asfalto, aunque seguimos pensando que las gomas de serie ya son suficientes y ahorramos dinero. Mejor invertir, por ejemplo, en el selector de perfiles de conducción, que permite cambiar la respuesta de chasis, motor o cambio mediante la pantalla táctil o un botoncito dentro de la rueda del sistema 4Motion. Además, apareja amortiguación adaptativa DCC, que es otra de las novedades en este Tiguan. Pero tenemos otra opción más barata, y es pedir el tren de rodaje deportivo (185 euros), aunque da menos juego porque tendremos siempre una amortiguación firme.

Y es que el compromiso del Tiguan con DCC entre confort y estabilidad nos ha gustado mucho, pues en modo Comfort filtra muy bien, mientras que en Sport contiene el balanceo e insufla deportividad. Eso, más la eficaz dirección se traduce en un gran comportamiento, del que sólo excluiremos unos frenos correctos, sin más: 55,6 metros para detenernos desde 120 km/h.

Y puestos a mejorar, querríamos que algunos asistentes se recalibrasen, porque intervienen con cierta ?prisa? incluso si la situación no es límite, lo que empieza a ser un denominador en la industria.

En el capítulo de las prestaciones, los 190 CV están ahí de verdad, pero el conjunto pesa y no hay milagros. De hecho, la aceleración se ha quedado lejos de la oficial. Pese a ello, este Tiguan es una gozada por carretera, incluso a plena carga, y a ello ayuda mucho la caja DSG7, con levas en el volante, dos modos de uso y función «planeo» para ahorrar. En cuanto al consumo, los 7,5 litros de media real están bien, en línea con sus rivales.

La Clave

Cuando lo probé sobre la nieve y el hielo de Suecia ya me cautivó el nuevo Tiguan por su agradable conducción y su evolucionado sistema de tracción 4Motion Active Control. Y ahora, conducido por ciudades, carreteras y caminos españoles durante una semana, casi debo hablar de flechazo. No es barato, pero es un producto muy tecnológico y de calidad, y mejora en aspectos clave, erigiéndose en uno de esos modelos que apetece recomendar.