Cuando Renault lanzó este Clio R.S. tuvo tantas críticas como alabanzas. Una parte de los amantes de los Clio más radicales detestaban su carrocería de cinco puertas, aunque no le queda mal y se gana funcionalidad. No soportaban un motor turbo después de años de puntiagudos atmosféricos que nacieron con los Clio 16V y Clio Williams. Pero la puntilla la ponía su cambio automático de doble embrague EDC.
Pero todo esto lo vemos nosotros con buenos ojos, y si añades el Pack Sport -850 euros-, que suma un completo sistema de telemetría, llantas de 18 pulgadas y el chasis Cup, con una puesta a punto ideada casi para la competición, tienes el Clio más efectivo jamás creado. Bien es cierto que en el día a día este Clio R.S. muestra una rigidez equiparable a la de sus rivales directos.
Consumo razonable
No es más seco que cualquiera de los aquí presentes, y si el tráfico se complica agradecemos no tener que usar el pie izquierdo. Ahora el 1.6 TCe añade 'Start/Stop' y rebaja su consumo, haciendo que sea utilizable más allá de los fines de semana.
El conjunto propulsor/cambio es suave cuando se lo pedimos. Pero el EDC no es tan rápido como el DSG de Volkswagen. Empuja con energía y con el R.S. Drive podemos seleccionar los modos Normal, Sport y Race. El intermedio ya saca el carácter de este deportivo a escala, pero es el modo Race el que invita a pilotar. Permite llevar a cabo arrancadas con el Launch Control -el diferencial electrónico R.S. Diff consiente algunas pérdidas de tracción al arrancar desde cero- y exprimir el cuentavueltas, pues en modo secuencial, el cambio no sube de marcha. Para ello tenemos unas generosas levas fijas, a mi gusto, perfectas. Corre mucho y bien, pero el sonido de su motor está demasiado amortiguado.
Frena de cine
El cambio automático le permite ser más veloz a la hora de recuperar y también frena de cine. La dirección, por contra, si tuviera menos asistencia facilitaría enfocar el morro con más confianza, pero su chasis Cup te lo permite todo. Es el más serio en este apartado, un deportivo ideado para marcar vuelta rápida tras vuelta rápida, igual que cuando Lewis Hamilton pone su programa 'Hammer Time'.
No se mueve de la trazada, ni quitando gas en pleno apoyo, pero sus asientos no van en consonancia con su deportividad. ¿Qué ha pasado con los Recaro de su antecesor? Los echamos de menos. E igual sucede con los elevalunas traseros, el climatizador o el tercer reposacabezas, que son opcionales.
Si queremos más, Renault ofrece un Clio R.S. Trophy con 220 CV y 3.790 euros más caro que este.