La historia del Skoda Octavia empieza a escribirse en 1996, y en este tiempo, se ha convertido en el modelo de más éxito de la marca checa con 3,7 millones de unidades vendidas. A finales de 2012 llegaba el Rapid, semejante al Octavia, pero de filosofía tirando a 'low cost' y que con sus 4,48 metros de largo, nos hacía pensar que habían metido al rival en casa. Pero este pensamiento se desvanece al ver la tercera generación del Octavia, la cual tiene más estilo, con una zaga no tan aparatosa como en los anteriores, algo de obligado cumplimiento para conseguir unos maleteros de récord.
El nuevo Octavia crece, tanto que es capaz de batallar con rivales de altura y no conformarse con plantar cara a berlinas derivadas de compactos. Mide 4,66 metros de largo y 1,81 metros de ancho -90 y 45 milímetros más largo y ancho respectivamente que antes-. No parece mucho, pero ya os aviso de que no le hacen falta más centímetros. Creado sobre la plataforma modular 'MQB' que usan el Audi A3, el Seat León o el VW Golf, Skoda incrementa su distancia entre ejes hasta los 2.686 milímetros, lo que son 108 milímetros más que su antecesor. Esto repercute de manera directa en su habitabilidad, pues un servidor y su 1,75 metros de estatura al volante, deja para los pasajero de atrás 78 centímetros entre respaldo y respaldo, una cifra que deja en evidencia por ejemplo a un BMW Serie 3 con 73 centímetros. Además pueden acomodarse cinco adultos, ya que detrás hay más anchura, una medida que era algo justa en el anterior Octavia. Estas plazas gozan de salidas de ventilación, las cuales van sobre un túnel central algo voluminoso, creado para los futuros Octavia 4×4. Delante no hay problemas, presenta numerosos huecos portaobjetos -esto es parte de la filosofía 'Simply Clever'-, una excelente calidad y una ergonomía magnífica, tanto que en cuestión de segundos encontramos cualquier botón que busquemos, como si fuera nuestro coche de toda la vida. Sus asientos son muy confortables, pero el plástico del lateral se clava al salir del coche en nuestra pierna izquierda, aunque esto no es exclusivo del Octavia.
Mejoraríamos el apoyacodos delantero, que queda alto, los tiradores interiores, que dan la sensación de frágiles o la visibilidad trasera, que casi nos obliga a equiparlo con sensores de aparcamiento.
Hemos dicho que su maletero merece una mención especial, y no es para menos, pues es la segunda berlina con más capacidad tras su hermano mayor, el Superb que le supera en 5 litros. Parte de 590 litros -30 más que antes-, ampliables a 1.580 con abatir los respaldos traseros. Por si fuera poco, presenta una rueda de repuesto 'de verdad' -reduce ligeramente esos 590 litros- y gracias a su portón introducimos cualquier objeto por grande que éste sea sin tener que jugar al 'tetris'. Si este portón pesara menos a la hora de abrirlo o pudiera contar con apertura y cierre eléctrico, sería ideal. Aunque más sencillo hubiera sido que pudiéramos limitar su altura una vez abierto, pues alcanza los 2,05 metros y podemos tener algún 'problemilla' en los parking con los conductos de ventilación, tuberías de extinción…
Mecánica del Skoda Octavia 2.0 TDI 150 CV Ambition
Además de tres TSI de gasolina, el Octavia se ofrece con dos TDI, siendo a nuestro juicio éste de 150 CV, el más acertado viendo sus cartas de presentación. En nuestro caso se combina con un cambio manual de 6 velocidades -por 1.620 euros hay un DSG- que lo convierte en un viajero incansable. 50 litros de capacidad de depósito son pocos, pero cunden mucho. A 120 km/h su motor gira a 2.062 rpm en 6ª velocidad, va gastando 5,1 l/100 km -su media real ha sido de 5,3 l/100 km gracias al sistema 'Start/Stop', aunque homologa unos atractivos 4,1 l/100 km-, sus suspensiones son cómodas y el motor apenas se percibe, aunque en frío es algo más ruidoso por el ahorro en insonorización -para que el precio no se eleve tampoco hay freno de estacionamiento eléctrico por ejemplo-. No hay duda de que el Octavia está creado para viajar y viajar, y le da igual si es por autovía o carreteras de doble sentido, pues sus prestaciones son magníficas gracias en parte a su ajustado peso.
Audi habla de la tecnología 'Audi Ultra', Mazda de 'Skyactive' y así sucesivamente con otras tantas marcas, pero Skoda sin recurrir a un nombre 'rimbombante' se planta en este caso en 1.330 kilos -65 menos que un Octavia 2.0 TDI de la generación anterior-, gracias a una carrocería y un chasis más ligeros, y además de ahorrar 6 kilos en el sistema eléctrico. Así, ha sido capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos -anuncia 8,5- y pasa de 80 a 120 km/h en unos tiempos magníficos, tanto que en 6ª velocidad es hasta 3,8 segundos más rápido que un Audi A3 Sportback a igualdad mecánica -no hemos probado un Golf o un León con dicho motor y cambio manual para dar cifras-. Y es que además de ser 55 kilos más ligero que el Audi, equipa unos neumáticos 205/55 R16, en vez de los 225/40 R18 del modelo de los cuatro aros. Así que esto nos sirve de referencia para ver la penalización por exceso de 'goma'. Y aunque algunos dirán que va falto de neumático, nada más lejos de la realidad, ya que ha frenado en unas buenas distancias y el comportamiento no sólo corre por cuenta del neumático, sino del chasis, por cierto mucho más rígido que el anterior. Y aunque esta versión de 150 CV apuesta por un eje trasero formado por una barra de torsión y no un esquema multibrazo, su dinámica nos ha sorprendido, aunque es verdad que forzando la situación, el ESP entra en acción antes que en otros vehículos. Opcionalmente puede equipar el 'Driving Mode Selection' que nos deja elegir entre cuatro diferentes configuraciones o 'set up'.
Este Skoda Octavia contaba con el acabado Ambition -el Elegance es 1.000 euros más caro- que ya presenta un completo equipamiento de serie, aunque sí es verdad que le faltan algunos detalles en materia de confort, que se pueden pedir como opción a precios muy ajustados.
Además este Octavia es mucho más tecnológico y puede equipar los últimos sistemas de seguridad activa.
Hasta ahora todo nos gusta, pero el precio es algo definitivo a día de hoy. Cuesta 24.700 euros, que no es poco, pero si financiamos y nos acogemos al Plan PIVE podemos llegar a descontar hasta 5.000 euros, y por 19.700 euros sí que es 'el coche'.