Si hay un colectivo que valora especialmente la amplitud, la funcionalidad y la capacidad de carga de un vehículo, es el de los equipos de ciclismo en carretera. Y las escuadras profesionales suelen manejar presupuestos suficientes para tener el mejor coche posible, cueste lo que cueste. En la reciente Vuelta a España, 10 de los 22 conjuntos participantes eligieron el Superb Combi… Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Y ese 'algo' es válido tanto para seguir a Contador, Quintana, Froome y compañía cargados de bicicletas como para disfrutar de cada viaje en familia. Un disfrute que comenzará incluso antes del desplazamiento, pues la tediosa tarea de cargar todo lo que necesitamos para unas largas vacaciones se torna mucho más sencilla en este caso, pues la variante Combi del Superb ofrece un maletero de 660 litros; aunque para ser más precisos habría que hablar de 619 arriba y 41 en un hueco inferior que con el equipamiento de serie viene ocupado por una rueda de repuesto 'de verdad'. Pero por 155 euros, precio de la opción Doble Fondo, dispondremos de los 660 litros, y de un máximo de 1.950 abatiendo la segunda fila. De sus rivales con carrocería 'ranchera' ninguno ofrece tanto: 505 el Citroën C5, 512 el Peugeot 508, 522 el Mazda6, 525 el Ford Mondeo, 540 el Opel Insignia, 543 el Toyota Avensis, 553 el Hyundai i40, 572 el Renault Talisman… Sólo se le acerca su 'primo' el Volkswagen Passat, con 650 litros y 1.780 con sólo dos plazas en uso, aunque el Superb Combi se beneficia de un precio algo más asequible y pone en juego otras ventajas. Una, por ejemplo, es su gama más variada, pues absolutamente todas las versiones están disponibles tanto con la carrocería sedán como con la familiar aquí probada, que eleva la factura 1.100 euros. Así, por ejemplo, el Passat Variant no ofrece la combinación del motor 1.6 TDI 120 con el cambio DSG7 que lleva nuestro protagonista, cuyo precio, con acabado Ambition, baja ahora hasta 30.030 euros tras aplicar el descuento.
Gran habitabilidad interior
Y el checo supera en otro apartado a su rival alemán: el espacio interior. Ambos modelos comparten la plataforma MQB, pero el Superb tiene una distancia entre ejes de 2.841 milímetros y el Passat se conforma con 2.791. Esos cinco centímetros de diferencia se aprecian sobre todo en las plazas traseras, donde el modelo de Skoda sorprende con un hueco para las piernas digno de una berlina de lujo tres veces más cara, al estilo del Audi A8. Porque con un conductor de 1,75 al volante, detrás quedan 82 centímetros entre respaldos, que es una barbaridad. De hecho, el voluminoso túnel central pasa mucho más desapercibido que en otros coches porque apenas resta confort a un hipotético quinto ocupante.
Esa es otra de las claves que hacen del Superb Combi un coche estupendo para viajar en familia, pues además de caber bien el equipaje, los pasajeros no protestarán por falta de espacio. Además, hay más anchura en la segunda fila -136,5 centímetros- que en las dos primeras generaciones del Superb, y tampoco escasea la altura al techo: 95,5 centímetros delante y 93 detrás.
Y Skoda cuida como pocos el capítulo funcional. El habitáculo tiene multitud de huecos para guardar cosas, y bien de serie o en opción disponemos de todo tipo de soluciones prácticas: redes de sujeción, papelera, enchufe de 230V, rascador de hielo en la tapa del depósito… En este sentido, conviene matizar que el equipo de serie del acabado Active es correcto sin más, pese a que, sin sobrecoste, ahora recibe un 'pack' con sensor de lluvia y luz, climatizador bizona, sensor de parking trasero y faros antiniebla. Pero parece buena idea pagar los 1.250 euros extra del nivel Ambition, pues además de estar mucho mejor equipado, suma ahora un 'pack' -también gratuito- con faros bixenon inteligentes, navegador, sensor de parking frontal y display central de la instrumentación a color.
Y encima la lista de opciones es enorme y tiene precios muy razonables, de modo que cada uno puede personalizar su coche a voluntad, incluso con lo último en asistentes de conducción, al nivel prácticamente del nuevo Audi A4.
Lo que no es de Audi es el acabado, pero la calidad general es buena y cuesta descubrir algún plástico que desentone. De hecho, el Superb 'pisa los talones' al Passat, aunque el Volkswagen esgrime un tacto general todavía más sólido.
En lo que se refiere al dinamismo general, la versión analizada equipa el motor diésel básico, un 1.6 TDI totalmente renovado que rinde 120 CV pero cuyo par máximo es inferior al de otros 1.6 de la competencia. Con el cambio manual de seis marchas eso se traduce en prestaciones algo pobres, pero la caja DSG de 7 marchas, rápida e intuitiva, camufla en parte esa falta de brío, lo que se traduce en una agilidad suficiente en carretera, como demuestran los 9 segundos invertidos para recuperar de 80 a 120 km/h. No obstante, a plena carga sí echaremos de menos más fuerza, lo que nos anima a recomendar el 2.0 TDI -disponible con 150 y 190 CV- si nos gustan los coches con cierto nervio o no prevemos hacer todos los viajes por autovía.
Y en cuanto al consumo, los 6,1 l/100 km medidos parecen una cifra muy ajustada. Además, en el depósito caben 66 litros, y eso da para viajar mucho entre repostajes.
El conjunto se redondea con un comportamiento equilibrado, pues aunque prima el confort sobre la eficacia pura o la deportividad, el tacto de conducción es bueno, la dirección es precisa y la estabilidad está al nivel de lo requerido por un coche de 1.500 kilos -es ligero para su talla- y 120 CV. Además, los anchos neumáticos opcionales -que elevan algo el gasto y son más caros- ayudan a lograr una frenada excelente: sólo 50,4 metros para detenernos desde 120 km/h.
La Clave
El Superb 'normal', de carrocería sedán, ya colmaría los deseos de muchos usuarios que buscan una cómoda berlina para viajar en grupo: maletero de 625 litros, portón grande… Pero si queremos optimizar la compra, el Superb Combi -todas las versiones familiares tienen 1.100 euros de sobrecoste- lo borda con sus 660 litros para equipaje, ampliables a casi dos metros cúbicos. ¿Y el motor? Mejor un 2.0 TDI.