No es necesario explicar por qué consideramos 'único' al Smart Fortwo. Basta con verlo pasar. Podríamos definirlo como una especie de habitáculo biplaza con cuatro ruedas en sus extremos y una longitud que no alcanza los 2,70 metros, convirtiendo en 'limusinas' a otros utilitarios urbanos, pues un Fiat Panda mide casi un metro más de largo.
La oferta del Fortwo es muy completa, pues incluye la carrocería Coupé aquí probada -esa es la denominación usada en la marca germana- y la variante Cabrio, así como dos motores tricilíndricos de gasolina -con 71 y 90 CV-, una versión cien por cien eléctrica de reciente aparición -82 CV- y, como colofón deportivo, el Smart Brabus, en el que la potencia del motor turboalimentado se estira de 90 a 109 CV.
Personalizado por Brabus
Pero no hay que confundir ese 'vitaminado' Smart Brabus Fortwo con nuestro protagonista, que también luce la palabra 'brabus' en su decoración exterior, pero por otro motivo. Y es que entre las múltiples posibilidades de personalización del coche, el cliente puede pedir los paquetes básicos 'smart brabus tailor made': uno es el pack de color para el exterior y otro es el pack de cuero para el interior -nuestra unidad combinaba ambos-; y a partir de ahí podemos seguir dotando al Fortwo de todo tipo de elementos y paquetes. Porque la variedad de opciones impresiona, y se hace obligado recurrir a ellas debido al pobre equipo de serie, que carece de cuentavueltas, reloj, pantalla central táctil, faros antiniebla, volante ajustable, retrovisores eléctricos y térmicos, sensor de lluvia y luces… El coche no es caro, y los extras tampoco, pero hay tantas cosas disponibles -como el recomendable depósito de gasolina de 35 litros, por 73 euros- que la factura puede dispararse.
Aunque la dotación de serie no es su fuerte, el Fortwo tiene argumentos que elevan la nota, como una calidad de construcción notable o altas dosis de funcionalidad. Habrá quien dude de la practicidad de un biplaza, pero en ciudad llegas a sentirte el rey por lo fácil que es aparcar, su diminuto radio de giro, la gracilidad con que callejea o el trabajo del cambio Twinamic, una caja automática con doble embrague y 6 marchas que responde aún mejor si pulsamos el botón 'S' o si movemos manualmente la palanca. Además, la mayor parte de los trayectos urbanos se hacen con uno o dos ocupantes -vayamos en un Smart o en un Mercedes Clase S-, y los 190 litros del maletero dan para meter la compra del súper o la mochila del cole.
Un consumo nada bajo
Como el motor empuja bien –suena claramente a 'tres cilindros'-, el cambio es eficaz y el conjunto es ligero, los 90 CV dan de sí en carretera, y los viajes por autovía no son una idea alocada. Pero el gasto depende mucho del tipo de uso, y lo normal será movernos entre 6 y 7 litros… o algo más.
En cuanto al comportamiento, mejor los ritmos turísticos que la conducción deportiva, pues es muy sensible a los firmes bacheados y las frenadas al límite inestabilizan un poco la trayectoria.
La clave
El Forfour, su hermano de cuatro plazas, tiene muchos rivales, empezando por el Renault Twingo, desarrollado como parte del mismo proyecto. Pero el Fortwo es único de verdad: sin duda, el coche mejor adaptado a la ciudad. Y sirve para otros usos, sobre todo con el motor de 90 CV. Además, la caja Twinamic eleva su agrado.