Para Volkswagen, el ID.3 es la continuación natural de la saga de modelo compactos iniciada por el ‘Escarabajo’ y continuada con el Golf. No es un asunto baladí, pues estamos hablando de dos de los modelos más icónicos de la historia de la marca alemana.
Lo cierto es que el ID.3 generó mucha expectación cuando fue presentado, a mediados de 2019, aunque su comercialización no se inició hasta verano de 2020. Aunque la sensación general fue bastante positiva, el primer ID.3 presentaba varios puntos claramente mejorables como eran la calidad de los acabados, el funcionamiento del sistema multimedia y el manejo poco preciso de los botones del volante, un defecto común con otros modelos de Volkswagen que ya está siendo subsanado.
Estas opiniones no sólo procedían de la prensa especializada, sino también de los clientes del ID.3, y Volkswagen lo ha tenido muy en cuenta a la hora de renovar su compacto eléctrico. De esta manera, sólo tres años después de su lanzamiento comercial, ya está en los concesionarios el renovado ID.3, que hemos tenido la oportunidad de probar.
Así es el Volkswagen ID.3 2024
El nuevo ID.3 mantiene prácticamente inalteradas las dimensiones exteriores, con 4,26 metros de longitud, 1,81 metros de anchura y 1,56 metros de altura. Desde el punto de vista estético, el cambio más llamativo lo encontramos en el paragolpes delantero, que ahora cuenta con unas canalizaciones para el aire en los extremos. El capó incorpora unas nervaduras longitudinales y desaparece la moldura negra que había bajo el parabrisas.
En la parte trasera no hay modificaciones en el diseño, si bien ahora los grupos ópticos son siempre de led (al igual que los delanteros) y la extensión de los pilotos está iluminada si se eligen la opción de faros Matrix Led (de lo contrario, es reflectante). En este caso, además, cambia la distribución de funciones.
Otra novedad es el color Verde Oliva Oscuro metalizado, disponible en opción por 1.005 euros. En todas las combinaciones de color exterior (siete en total), el techo, el alerón trasero y el portón del maletero van pintados en color negro.
En el habitáculo las modificaciones son más importantes. La pantalla central pasa de 10 a 12 pulgadas y los materiales empleados son de mayor calidad, de modo que desaparece esa sensación de coche de bajo coste del anterior modelo. Cabe destacar también el uso de materiales sostenibles, con un 71 % de contenido reciclado. En la parte negativa, se siguen manteniendo los pulsadores hápticos en el volante multifunción, cuyo uso no resulta nada preciso.
Volkswagen ID.3 2024: gama y precios
Volkswagen ha aprovechado este restyling para simplificar la gama a únicamente dos versiones, ambas con el mismo motor de 204 CV, si bien para el año que viene llegarán más. La de acceso, con el nivel de equipamiento Pro, cuenta con una batería de 58 kWh que le otorga una autonomía máxima en ciclo combinado de 428 kilómetros. La siguiente va asociada al acabado Pro S y a una batería de 77 kWh, de modo que su autonomía se extiende hasta los 559 kilómetros. En cuanto a la potencia de carga, es de 11 kW en corriente alterna y de 120 kW en corriente continua en el Pro, y 170 kW en el Pro S.
El precio de lista de la versión de acceso es de 42.740 euros, que si aplicamos los diferentes descuentos y ayudas (Plan Moves III y deducción en el IRPF) se quedan en unos interesantes 31.430 euros. En el caso del Pro S de 77 kWh, hablamos de 48.630 euros que se ven reducidos hasta 37.150 euros.
En cuanto al futuro, está confirmada la llegada de un acabado más sencillo unido a la batería de 58 kWh, así como de una versión GTX que probablemente equipará un segundo motor eléctrico y dispondrá de tracción a las cuatro ruedas; en principio, la nueva unidad de 286 CV no llegará a este modelo, al menos es esta generación.
Así va el Volkswagen ID.3 2024
Dado que no hay cambios ni estructurales ni en el chasis, desde el punto de vista dinámico no hay cambios. El ID.3 sigue siendo un coche agradable de conducir y con una excelente relación entre comodidad y estabilidad, ya sea en carreteras secundarias o en autovía. Las prestaciones son más que suficientes para realizar adelantamientos. También es un coche que maniobra muy bien, de modo que moverse por la ciudad resulta sencillo.
En la parte menos buena, los controles, tanto de la transmisión como de la pantalla central, no son muy intuitivos y requieren de cierta adaptación para manejarlos con fluidez. Por último, cabe reseñar que, como en otros eléctricos, no tiene un botón de puesta en marcha y parada del motor; basta con seleccionar la D o la R para comenzar a moverse y, al terminar, poner la P y abrir la puerta.