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Volkswagen Passat 2.0 TDI BiT 240 CV DSG. Alta velocidad alemana

Resulta curioso, pero el modelo más prestacional y con mayor rendimiento de la gama actual del Passat es un diésel. Eso sí, nuestro protagonista no es un diésel cualquiera, ya que bajo el capó esconde un avanzado propulsor de 240 caballos que le convierte en una auténtica locomotora.

Ya hemos hablado anteriormente de las excelencias de este modelo, pero lo cierto es que teníamos ganas de ponernos al volante de este 'superPassat' biturbo, una versión tan poderosa que resulta muy complicado sacarle todo el jugo en nuestras carreteras. Por eso su hábitat natural son los 'paradisíacos' tramos de autopista alemanes sin límite de velocidad, en los que podríamos firmar 'cruceros' de escándalo y con un consumo sorprendente.

Motor potente a la par que eficiente

Dicho esto comenzamos por la teoría. Su generosa 'caballería' la consigue con un propulsor de 'sólo' dos litros y cuatro cilindros en línea. Eso sí, el conocido propulsor 2.0 TDI recibe mejoras en la inyección (hasta 2.500 bares de presión) y, sobre todo, cuenta con el trabajo de dos turbocompresores secuenciales. Uno es pequeño, que se mueve como pez en el agua a bajo régimen. El segundo es más grande y entra en acción posteriormente para generar un gran caudal por la zona más alta de giro. De esta manera se consigue una respuesta temprana y uniforme durante un amplio abanico de revoluciones.

Para cumplir con la normativa en emisiones no le queda más remedio que recurrir a una solución de 'AdBlue' que se inyecta en el catalizador para eliminar el óxido de nitrógeno (NOx). No tiene mayor inconveniente, salvo que que cada 9.000 kilómetros el sistema nos recordará que tenemos que rellenar el depósito de 13 litros.

El segundo gran protagonista de esta versión es la caja de cambios. Se trata de un DSG de doble embrague y siete relaciones que cuenta con un programa deportivo y se apoya en unas levas situadas en el volante para cambiar de manera secuencial.

Y la tercera pata del banco hace referencia a la tracción total 4Motion, gestionada por medio de un embrague tipo Haldex que prioriza al eje delantero en condiciones normales, pero que en caso de necesidad se convierte en un aliado básico en cuanto a motricidad se refiere.

Basta de teoría. Pasemos a la práctica. Todo esto se traduce en una respuesta inmediata a cualquier régimen de giro en cuanto pisamos el acelerador. Si nos lo tomamos con calma se pueden firmar consumos de apenas 5,5 litros de media por carretera, 'avalado' en esas condiciones por un sistema de regeneración de energía de frenado y, como en nuestro caso, por una función de 'navegación a vela', que desconecta el motor al levantar el pie del acelerador. Para que esto suceda es necesario apostar por el modo 'ECO' de los cinco perfiles de conducción que nos ofrece el vehículo (junto al 'Comfort', 'Normal', 'Sport' e 'Individual').

Prestaciones de gasolina con consumos diésel

Todo esto pasa por las 'buenas' porque si buscamos su lado más 'picante' también nos sorprenderá. En esta ocasión apostamos por el modo 'Sport', que propicia una respuesta más directa de la dirección y del cambio, y endurece (levemente) el tarado de la suspensión adaptativa 'DCC' que, por cierto, monta de serie esta versión.

En este caso acariciamos los 240 km/h de velocidad máxima, aceleramos de 0 a 100 km/h en apenas 6,1 segundos y, lo más importante, realizar adelantamientos se convierte en un juego de niños. Por ejemplo, afrontamos esta maniobra en carretera y necesitamos pasar de 70 km/h a 110 km/h; basta con hundir el pie en el acelerador y en apenas 4,0 segundos y con un margen de 102 metros lo habremos conseguido. Son cifras que sacarían los colores a rivales de gasolina incluso de perfil deportivo, sin duda, pero el consumo ya se disparará por encima de los diez litros.

Suave y refinado en marcha, el propulsor de esta versión BiT no 'suena'ni da la impresión de firmar esos registros… pero lo hace. Si apuramos aguanta hasta las 4.700 rpm para subir de marcha, pero no resulta tan efectivo a la hora de reducir, donde la caja DSG7 se 'autoprotege' y el freno motor apenas se percibe.

Todo esto está muy bien, pero se tiene que apoyar sobre un chasis sólido y de garantías. Lo tiene. La plataforma modular transversal 'MQB' tiene gran parte de responsabilidad en ese sentido, por lo que aporta en rigidez y ligereza, entre otros aspectos.

Tecnología desbordante

Lo cierto es que esta versión del Passat presume de una capacidad de tracción sobresaliente. Tuvimos ocasión de rodar en nuestro circuito de pruebas con el asfalto húmedo e, incluso en esas condiciones, ofrece un paso por curva ágil y estable. Sus reacciones siempre se ven venir y la dirección goza de un tacto directo y comunicativo pese a su naturaleza eléctrica.Por cierto, el asistente de alerta por cambio involuntario de carril 'Lane Assist' cuenta con función de corrección sobre la propia dirección para ayudarnos a mantener la trayectoria. Y lo hace con tanta eficacia que es conveniente desconectar el sistema si vamos bien 'despiertos' y 'atentos', ya que, si no, resulta muy intrusivo, y es complicado no 'pisar' alguna línea en una carretera sinuosa si rodamos a ritmo alegre.

Y ya puestos a hablar de tecnología, comentar que nuestro protagonista, asociado exclusivamente al acabado Sport, contempla en su dotación de serie un control de velocidad de crucero adaptativo 'ACC', una alerta de colisión frontal, un asistente de frenada automática de emergencia en ciudad, un detector de fatiga del conductor, faros delanteros Full LED, una cámara de visión trasera o un completo sistema de navegación con pantalla táctil de ocho pulgadas con control por voz y elementos como el 'Mirror Link', que permite disfrutar de muchas de las aplicaciones de nuestro teléfono móvil en el vehículo.

Tendremos que pagar aparte otros sofisticados elementos, como un control del ángulo muerto, el mencionado 'Lane Assist', el asistente de luz de carretera o el sistema de reconocimiento de señales de tráfico.En cuanto al resto, ya lo hemos comentado en las sucesivas pruebas que hemos realizado al nuevo Passat. Está muy bien hecho, el interior presume de una habitabilidad en las plazas traseras mayor incluso que la de rivales más grandes, y el maletero dispone de 536 litros, un volumen también superior al que ofrece la media de sus rivales. Por cierto, la tapa del maletero incorpora regulación eléctrica, que se activa con la mano o moviendo el pie por debajo del paragolpes, solución muy útil si tenemos las dos manos ocupadas.

En definitiva, este 'superPassat' es un generalista con un motor de altos, digno de cualquier representante 'Premium', categoría a la que se acerca cada día un poquito más… también en el precio.