Efectivamente la importancia de la aerodinámica es vital a la hora de desarrollar un automóvil, tanto de calle como de competición. La máxima expresión la tienes en la Fórmula 1 y los exhaustivos trabajos realizados en los famosos túneles del viento. Pero vamos con tus curiosidades. Cuando un vehículo avanza necesita energía para contrarrestrar aspectos como el rozamiento de rodadura, de las piezas del motor y de la transmisión, las pérdidas de calor, las de llenado en la alimentación y, por supuesto, la aerodinámica.
Esta última es la que más incide directamente en el consumo, con cerca de un 30 por ciento, el valor más elevado que el resto. Por eso es tan importante el trabajo de los diseñadores, que tiene que desarrollar vehículos lo más eficientes en este sentido, pero muy condicionados por otros factores, como la seguridad o el sentido práctico, además del ?gusto?…
Los fabricantes suelen dar los valores aerodinámicos en Cx, que podríamos denominar la calidad de la forma aerodinámica. Y es el que damos nosotros en las fichas técnicas, con valores que suelen oscilar entre 0,26 y 0,31, salvo excepciones.
El coeficiente Fx no suele emplearse a nivel de ?usuario? porque es mucho más complejo, aunque es cierto que en ocasiones aparece. Este responde a una fórmula más completa (Fx= 1/2 x K x S x Cx x V2) en la que K indica variables como la temperatura, la presión, la densidad del aire… S es la superficie frontal del vehículo y V es la velocidad . Por lo tanto, los diseñadores sólo pueden trabajar sobre el Cx y la S, ya que el resto son constantes.