Difícil pulso el que nos planteas. Con el lanzamiento del Countryman, Mini pretendió recuperar a viejos clientes que, ya con una familia a su cargo había perdido, pues el Mini resucitado por BMW se quedaba pequeño. En este sentido, el modelo que más te 'apetece' sería una opción válida. Lo malo es que si ya os habeis subido al Volkswagen Tiguan en un concesionario tu mujer habrá comprobado que la habitabilidad y la funcionalidad, dos valores fundamentales cuando se viaja con niños, son mucho mejores en el SUV alemán.
No nos comentas qué versiones diésel son más acordes a tus necesidades, así que nos decantamos por las, quizás, más equilibradas y similares a nivel de potencia: el Countryman SD ofrece 143 caballos y el Tiguan TDI, también con motor dos litros, alcanza los 140 CV. El Mini es más pequeño (4,11 metros de largo frente a 4,42) y más ligero, aspectos que le brindan un mejor rendimiento y mayores prestaciones. También el consumo es algo menor, del orden de medio litro cada 100 kilómetros.
El Countryman transmite más, pero no es más ágil cuando llegan las curvas que el Tiguan, que además resulta más confortable y gana puntos en conducción campera, sobre todo si te decantas por las variantes Country, que mejoran el ángulo de ataque, protege los bajos y añade una función 'off road' que prepara la electrónica del vehículo para optimizar su uso fuera del asfalto.
Si analizas el interior, no será fácil defender tu elección desde un punto de vista racional. El Volkswagen es un cinco plazas de verdad, es más amplio, más habitable gracias a sus mejores cotas de anchura y espacio para las piernas y, para rematar, el maletero también es mucho más generoso (470 litros frente a los 350 del Mini).
Los motores son muy similares en su rendimiento, pero las prestaciones y el consumo son favorables en este caso al Countryman. Si no vas a salir prácticamente nunca del asfalto ni te mueves asiduamente por zonas con poca adherencia, el Tiguan te da opción de combinar el propulsor diésel de 140 caballos con una variante de tracción delantera exclusivamente, que resulta bastante más económica.
Los dos modelos se pueden combinar con una caja manual de seis relaciones o una automática, por convertidor de par en el caso del Countryman y de doble embrague en el caso del alemán. Esta última es más rápida en su funcionamiento, pero no resulta tan suave y refinada como la de su rival.
A nivel de equipamiento el Tiguan también dispone de un aporte más generoso y una carta de opciones con un mayor calado.
Por lo tanto, el Tiguan sería la elección más lógica, un todocamino de verdad, más amplio y confortable, un viajero infatigable al que no le asusta la nieve o el barro si abandonamos el asfalto. Sin embargo, también entendemos que en la compra de un vehículo el componente pasional pesa mucho porque no hablamos de un electrodoméstico, pero tienes una larga tarea por delante para 'convencer' a tu mujer…