Son dos de los últimos modelo que han llegado al mercado y de las mejores opciones que puedes encontrar. No entraremos en aspectos estéticos (para gustos los colores) pero sí destacar que el Peugeot 308 SW es algo más largo (apenas cuatro centímetros), aunque en el interior el espacio es muy similar, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, con ligera ventaja, curiosamente, para el Seat León ST.
Si abrimos el portón trasero y sumamos todos los huecos que nos encontramos en el maletero, el modelo francés gana a los puntos (610 litros frente a 587), aunque en cuestiones prácticas las diferencias vuelven a ser mínimas.
En el interior, en ambos casos la terminación y calidad son palpables, pero el 308 SW se desmarca con una presentación y unos acabados más sólidos que los de su rival, y con un salpicadero más limpio en el que han desaparecido prácticamente todos los mandos. Eso sí, debes sentarte y si el posible, conducirlo unos kilómetros, ya que su ergonomía es algo particular, pues el volante es muy pequeño en su diámetro y queda en una posición muy baja, con el cuadro de mandos por encima para, dicen, evitar distracciones. El puesto de conducción es tan particular que tiene defensores y detractores, por eso conviene que lo pruebes antes.
A la hora de elegir motor no tendrás demasiado problemas, aunque no nos especificas el abanico de potencia en diésel por el que te decantas. Creemos que el equilibrio perfecto lo marcan los motores 1.6 litros, de 115 caballos en el 308 SW y de 105 en el León ST, aunque preferimos, pagando un poco más, el nuevo TDI de 110 CV Ecomotive que parte del mismo bloque.
La ventaja es que consume algo menos (3,3 litros de media frente a los 3,7 de su rival) y ofrece unas prestaciones algo más brillantes. En ambos casos el cambio es manual de seis relaciones, pero si nos fijamos en el refinamiento en marcha o la suavidad y efectividad del sistema 'Start/Stop' los puntos caen del lado del representante galo.
Dinámicamente los dos vehículos son una garantía pero el modelo de Seat transmite algo más porque tiene una dirección algo más precisa y es muy estable en cualquier circunstancia. Por su parte, el Peugeot es un vehículo que destaca por lo fácil que resulta de conducir, el eje trasero ayuda a redondear los giros con naturalidad y su capacidad de frenada es casi un calco a la del León ST. Digamos que el francés tiene un compromiso más abierto entre confort y eficacia. Y destacar que el León se puede combinar con un sistema de tracción total 4Drive con los motores TDI de 105 y 150 caballos.
Si analizamos el equipamiento de serie y el precio con los acabados intermedios de sus gamas, y las ofertas actuales, las diferencias también son mínimas (20.100 euros el Seat y 20.900 el Peugeot).
Y si quieres valorar otras alternativas, una comparativa entre los cinco familiares más modernos de este segmento te puede dar más pistas. Honda Civic, Opel Astra, Peugeot 308, Renault Mégane y Seat León enfrentados en sus versiones familiares.