Cuando el motor cae de vueltas y se sitúa al ralentí, también baja el régimen de giro del turbo, pero lo hace más lentamente. Por eso es aconsejable esperar entre 30 segundos y un minuto antes de quitar el contacto, con el fin de evitar que el turbo siga girando a altas revoluciones y se quede sin lubricación.
Las precauciones también deben tomarse a la hora de arrancar en frío, ya que es cuando se producen los mayores desgastes. Por eso conviene circular a medio o bajo régimen hasta que la temperatura del aceite alcance su grado óptimo de funcionamiento.