Lo primero que hay que tener en cuenta si sufre daños circulando con el vehículo en vía pública, es que debe llamar a los agentes de la autoridad, así como intentar recabar los datos de todos los testigos que hayan podido ver lo sucedido, e incluso tomar fotografías en el momento. Todo ello en la medida de lo posible, ya que depende de las circunstancias del tráfico, pero será la prueba inmediata la que nos servirá de base en la reclamación posterior.

El nexo causal, entendido como la relación entre la Administración Pública y los daños que sufre un particular, han de ser acreditados por el ciudadano, que es quien reclama, de ahí que cuantas más pruebas se puedan tener del momento, más posibilidades de éxito se pueden tener a la hora de una reclamación patrimonial por daños.

Importante es realizar un presupuesto de los daños del vehículo para la interposición de la reclamación, aunque tenemos que tener en cuenta que la mayor parte de las administraciones requieren dentro del procedimiento de una factura de lo abonado a la hora de abonar una indemnización, no siendo suficiente un simple presupuesto, por lo que generalmente debo reparar y luego reclamar.

Del mismo modo hay que tener en cuenta la cobertura que tengamos del seguro, ya que no es compatible ser indemnizado por el seguro y también solicitar indemnización por daños al Ayuntamiento del término municipal donde se produce el daño. De hecho en la propia interposición de la reclamación se exige declaración jurada, de no ser indemnizado ni estar en condiciones de serlo por compañía de seguros o similar.

Por tanto, es muy recomendable que a la hora de reclamar se vaya guardando toda la documentación inicial de testigos, fotografías concretas, presupuesto o factura del taller, con la finalidad de plantear la reclamación dentro del plazo del año legalmente establecido, con toda la fuerza probatoria posible.