Siempre que, por cualquier emergencia, un vehículo quede inmovilizado en la calzada, el conductor e, incluso, en la medida de lo posible, sus ocupantes, procurarán colocar el vehículo donde cause menor obstáculo a la circulación, pudiendo utilizar el arcén o la mediana, si fueran precisos.

Al mismo tiempo se deberán adoptar las medidas oportunas para que el vehículo sea retirado en el menor tiempo posible.

Se deberá encender la luz de emergencia y, previamente, al salir del vehículo, colocarse el chaleco reflectante, procediendo, posteriormente, a colocar los dispositivos de preseñalización de peligro reglamentarios (triángulos reflectantes) para advertir dicha circunstancia, debiéndose colocar uno por delante y otro por detrás del vehículo, como mínimo a 50 metros de distancia y, en forma tal que sean visibles por lo conductores que se aproximen desde 100 metros. En las calzadas de sentido único, o de más de tres carriles, bastará la colocación de un solo dispositivo, situado como mínimo 50 metros antes.

Si fuera preciso pedir auxilio y no se dispusiese de un teléfono móvil, se utilizará el poste de socorro más próximo, si la vía dispone de ellos. En caso contrario podrá solicitarse ayuda de otros usuarios, pero nunca invadiendo la calzada.