No hay color entre una y otra motorización, y ni siquiera los 500 euros de diferencia entre ambas son una razón de peso. El propulsor 1.0 MPI de 75 caballos es de inyección indirecta y atmosférico, como bien dices, pero también tricilíndro, lo que se traduce en una mayor rumorosidad y vibraciones. No son molestas, pero sí evidentes.
Por su parte, el 1.2 TSI goza de inyección directa y turbo, ya es un cuatro cilindros y además de ser más potente, con 90 CV, dispone de un par máximo mucho más generoso (16,3 mkg frente a 9,7) y lo ofrece a un régimen de giro mucho más bajo. Como el cambio es manual de cinco relaciones en ambas versiones, todo esto se traduce en mejores prestaciones, sobre todo si analizas las recuperaciones, que es lo que utilizas de verdad a diario.
En cuanto a los consumos, en conducción real son muy similares. Incluso, el más modesto gastará algo más si sales en carretera y avivas el ritmo, ya que va más forzado.
Como ya te hemos comentado los 500 euros de diferencia son un 'regalo'. Y puedes elegir el acabado superior Style, no disponible en el 1.0