Efectivamente las cadenas son tan arcaicas como efectivas, y una solución más económica y puntual que unos neumáticos de invierno. Es cierto que su montaje es algo engorroso, sobre todo si no hemos practicado antes, pero también hay distintos tipos, incluidas unas de lona que son mucho más fáciles de colocar pero que son más propensas a deteriorarse que las metálicas de toda la vida.
Dicho esto vamos a tratar de aclararte algunas de tus dudas. Los neumáticos de invierno no sólo son más efectivos cuando aparece la nieve o el hielo; también lo son cuando la temperatura ambiente está por debajo de los 7 grados centígrados, ya que sus compuestos especiales mejoran sus prestaciones tanto en asfalto mojado como sobre firme muy resbaladizo. En muchos neumáticos verás en el flanco lateral el marcaje M+S (Mud&Snow), que indica que son aptos para el barro y la nieve.
Sin embargo, este simple marcaje no implica que se trate de neumáticos de invierno. Para que lo sean es necesario añadir, además, un logo que contempla una montaña de tres picos con un copo de nieve en su interior. En este caso ya no tendremos problemas para circular en los tramos en los que la DGT obligue a poner cadenas. Una vez que tenemos esto claro, por supuesto que los hay más o menos eficientes de cara a la nieve o a las bajas temperaturas, como ocurre con las gomas de verano.
En lo que respecta a si se pueden montar sólo dos, en lugar de los cuatro, hemos consultado el manual de procedimiento de las ITV y no hemos encontrado nada que lo prohíba expresamente. Como es lógico hay que respetar las equivalencias que marca la ley en cuanto a dimensiones, códigos de velocidad y carga y profundidad de la banda de rodadura.
En la sección I página 173 del mencionado manual de procedimiento de las estaciones ITV deja claro que en un mismo eje todos los neumáticos serán del mismo tipo. Por eso, si te decides a montar sólo dos neumáticos de invierno no tendrás problemas para pasar la ITV. Incluso si los neumáticos son del mismo tipo y tienen diferente banda de rodadura.
Pero una cosa es lo que indica la ley y otra muy diferente el sentido común. No nos dices cuál es tu vehículo, pero imaginemos que tiene propulsión trasera. Deberías montar los dos neumáticos de invierno en el eje posterior, que da motricidad al vehículo, pero perderías direccionalidad en los delanteros si aparece la nieve o el hielo. No tendrías problemas legales, pero te recomendamos que no mezcles unos neumáticos de invierno con otros de verano. Si el vehículo tuviera tracción delantera gozarías de motricidad y direccionalidad con los neumáticos de invierno en las ruedas delanteras, pero imagina que tienes que realizar una frenada inesperada en apoyo y en pendiente. Los neumáticos traseros no igualarían el agarre de los delanteros si el piso está deslizante y sería fácil que se produjera un sobreviraje.
Quizás la solución pase por los neumáticos denominados todo tiempo, que sirven tanto para el verano como para el invierno. Es una solución muy equilibrada y más económica. Lógicamente no ofrecen un rendimiento óptimo en todas las condiciones, pero son sumamente efectivos siempre, y damos fe de ello.