Hace unas semanas tuvimos una intensa toma de contacto con el nuevo Seat Ibiza, pero lamentablemente no pudimos probar adecuadamente la efectividad de la nueva suspensión adaptativa que incorpora por la ruta que realizamos por los alrededores de Barcelona. Sí que hicimos mención expresa a que la lleva, pero quizás tengas razón y no lo destacamos como hubiéramos querido por razones simplemente de espacio.
Antes de entrar en materia debemos decirte que el modelo español no es el único vehículo de su segmento que la incorpora. Hace tiempo que el Volkswagen Polo, su primo hermano y vehículo con el que comparte gran parte de su tecnología, ya presume de este tipo de suspensión, denominada Sport Select. Dicho esto la suspensión adaptativa en el Ibiza se contempla dentro del denominado Drive Select, que también actúa sobre elementos como la dirección. Consta de dos programas, uno de corte confortable y otro deportivo, que se activan tras pulsar un mando que se ubica en la consola del salpicadero.
El precio de esta tecnología Drive Select, que como bien indicas es opcional, es de 310 euros, 55 menos que en el Polo. El único 'inconveniente' es que sólo está disponible con el acabado FR, el de corte más deportivo de toda la gama, aunque se contempla tanto en la variante cinco puertas, como en el SC de tres y en la práctica carrocería familiar.