Complicada decisión porque son dos vehículos muy similares en su conjunto. Por lo que nos comentas, las versiones elegidas serían el D4 de 190 CV en el Volvo XC40 y el motor D180 con esa misma potencia en el Range Rover Evoque. El modelo sueco es algo más grande, pero curiosamente bastante más ligero y se asocia a un cambio automático de ocho relaciones. El Evoque también apuesta por una transmisión automática con convertidor de par, en este caso de nueve velocidades. No hay grandes diferencias en cuanto a habitabilidad, aunque el maletero es algo mayor en el vehículo británico.

A la hora de valorar las prestaciones el Evoque acelera peor pero recupera mejor debido a su mayor par motor y a la asistencia de un sistema de hibridación ligera de 48V que ofrece un empuje extra. Sin embargo, el XC40 sale mejor parado en el apartado de consumos, con una media homologada de 5,0 litros NEDC -5,5 en su rival-, aunque en la práctica se mueven más por los 7,0 litros. A nivel dinámico el Evoque va algo más asentado y la dirección es más precisa, aunque tampoco las diferencias son demasiado significativas. Sin embargo, el conjunto motor-cambio es algo más agradable en el XC40.

No nos comentas el nivel de exigencia \'campera\'. Para pistas los dos son buenos rodadores, con generosas distancias al suelo y la tracción total de serie. Si la cosa se complica el Evoque ofrece más argumentos, como el sistema Terrain Response 2 y mayor capacidad de vadeo. El XC40 tiene un programa \'off road\' específico y un control de descensos, y además resulta bastante más asequible: 44.385 euros, por los 48.310 de su rival.