Los japoneses trataban de introducirse en un mercado sujeto a cupos de importación muy restrictivos para la industria automovilística. Era momento, por tanto, de comprobar cuáles eran las virtudes que ofrecían y por ello habíamos tomado el Toyota Camry y lo habíamos sometido a una de nuestras pruebas de larga duración. Además, el Proto C, el concept que Seat iba a presentar en el Salón de París y que podría ser la base de la futura generación del Ibiza.