Con la marca francesa nunca se puede decir el último; porque aunque ahora parece más centrada en modelos populares y de tamaño medio, en cualquier momento puede sorprender al mundo creando una berlina de lujo. Y es que la tradición de Citroën ha contado con modelos inolvidables y que han hecho historia como la de este Citroën XM que cumple 35 años.
Antes la firma del doble chevron creó espectaculares modelos lujosos y avanzadísimos para su época como el Traction Avant, el DS, el SM o el CX, anteriores al Citroën XM. Y posteriormente la marca lanzó todavía el Citroën C6.
Pero antes, este Citroën XM ya se convirtió en un icono automovilístico; un modelo con espírituco precursor, como es habitual en la marca, que llegó con los éxitos bajo el brazo. Porque su lanzamiento en 1989 llegó seguido de la victoria en el Coche del Año en Europa en 1990. Era el primero de los galardones de este modelo pionero en comodidad, tecnología y diseño.
El Citroën XM, una creación de Bertone
En su desarrollo, a finales de los años 80, Citroën se encontraba en la búsqueda de modernizar una de las innovaciones más importantes de su historia, la suspensión hidroneumática. Para ello, el esfuerzo se enfocó en integrar avances en electrónica e informática para ofrecer un coche que no solo fuera estéticamente atractivo, sino también funcional. Y que, por supuesto, diera respuesta a la necesidades de los clientes más exclusivos.
Una exclusividad que también se apreciaba desde cada línea de su estilo de diseño. El Citroën XM fue diseñado por Bertone e inspirado en el deportivo Citroën SM de los años 70. Con líneas rectas y esbeltas, su diseño aerodinámico se convertía en una ruptura en un mercado saturado de formas convencionales. Era otra vez la constatación de la capacidad de Citroën para romper moldes y establecer nuevas directrices en el diseño automovilístico.
Una de las características más notables del XM era su amplia superficie acristalada. Con 13 lunas en total, incluyendo el parabrisas y las ventanillas, su luminosidad interna ofrecía una experiencia de conducción de lo más agradable y marcado por la luminosidad de su interior, rivalizando con los estándares de la marca en la actualidad. Además, el proceso de galvanización de la carrocería garantizaba una resistencia eficaz a la corrosión, aumentando la durabilidad del coche.
Por supuesto, en su hoja fundacional, la suspensión hidroneumática fue uno de los atractivos más destacados del Citroën XM. Esta tecnología, emblemática de la marca, se transformó en la suspensión Hidractiva, mejorando aún más el confort y la estabilidad del vehículo. Se trataba de un sistema que adaptaba su comportamiento a las condiciones de la carretera, ofreciendo una combinación incomparable de comodidad y seguridad. Fue uno de los principales avances para lograr el título de «Coche del Año en Europa 1990».
Incorporó la tecnología de multiplexado
No fue el único avance tecnológico que estrenó el coche. Por ejemplo, en 1994, el Citroën XM dio un salto generacional, incorporando la tecnología de multiplexado. Este sistema digitalizaba los datos del vehículo, simplificando la instalación eléctrica y facilitando la conectividad del automóvil. Era una tecnología que preparaba el camino para futuras incorporaciones tecnológicas en la industria automovilística.
El Citroën XM no se detuvo en su revolucionaria estética y confort; también apostó por un rendimiento mecánico sobresaliente con motores refinados y potentes. Ente ellos, por ejemplo el motor de 3.0 litros y 6 cilindros en V, cumbre de la gama con versiones que desarrollaban hasta 200 CV. Esta potencia, combinada con su avanzada suspensión, permitió que el XM proporcionara una experiencia de conducción incomparable.
El Citroën XM ofrecía un confort interior de primera
Como incomparable era el confort del interior, el modelo más cómodo del mercado de la época. Los asientos fueron diseñados con formas que se adaptaban al cuerpo del conductor y los pasajeros, elevando así el nivel de comodidad en viajes largos. Y había elementos novedosos como la guantera de apertura superior garantizaban el acceso fácil y rápido a su contenido, un detalle que mejora la experiencia de usuario.
Otras innovaciones que presentaba el rupturista Citroën XM también marcaron una pauta en la industria automovilística fueron los primeros grupos ópticos de superficie compleja. Este avance permitió una óptima dispersión de la luz en un área reducida, manteniendo una estética moderna sin sacrificar rendimiento.
Aunque han pasado décadas desde su lanzamiento, el Citroën XM sigue siendo un emblema de innovación y lujo. Un modelo que ha seguido inspirando a ingenieros y diseñadores para seguir innovando en la búsqueda del perfecto equilibrio entre elegancia y funcionalidad en el diseño de coches. Otro de los inolvidables en la centenaria historia de la marca francesa del doble chevron.