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10 tecnologías del automóvil que han resucitado

Los automóviles más avanzados de la actualidad ofrecen tecnologías y elementos con los que nuestros antepasados ni siquiera podrían haber soñado. ¿O no es así?


Es cierto que los conductores de hace más de treinta años no podían imaginar que los coches adoptarían ciertas tecnologías que hoy están extendidas en la mayoría de modelos. Poder contar en su día con sistemas que hoy vemos implementados en nuestros coches.

Pero muchos de estos sistemas y elementos que se han recuperado en la actualidad tienen su origen hace muchos años. De hecho se utilizaron en su tiempo para desaparecer y más tarde volver evolucionados. Muchos de los dispositivos que consideramos nuevos e innovadores ya se habían utilizado años antes.


A menudo, esos elementos fallaron porque la tecnología no era lo suficientemente avanzada para que funcionaran de manera adecuada o fiable. Pero con los medios tecnológicos actuales, esas ideas han tenido una segunda oportunidad. Aquí hay 10 tecnologías e ideas que han regresado de entre los muertos.

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Motores eléctricos


La nueva era de la electromovilidad en su busca de las ‘cero emisiones’ ha resucitado con todo el vigor la propulsión eléctrica. A medida que nos acercamos a la década de 2030, los motores de combustión se están dejando de lado en favor de los sistemas de propulsión eléctricos.


Pero una guerra muy similar se estaba ya librando a finales de la década de 1890 y principios de la de 1900. Y en aquella época el pulso fue ganado por los motores de combustión sometiendo a la energía eléctrica al ostracismo.


Los primeros coches de gasolina resultaban ruidosos, apestosos y hasta peligrosos. Además de complicados de arrancar y conducir, necesitando atención continua. Pero también eran más livianos, más baratos y las baterías (plomo-ácido en esos días) no podían almacenar mucha energía en relación con el peso que agregaban. ¿Suena familiar? Sí, pero el pulso en este caso parece ganado impulsado por los gobiernos y la legislación en emisiones.


La introducción del arranque eléctrico supuso un gran impulso para los coches con motores de combustión. Edwin Black, en su libro Combustión Interna, apunta que los intereses petroleros ayudaron a descarrilar el movimiento de los motores eléctricos.


Sin embargo, un siglo después, con la mejora de la tecnología de las baterías y esa presión por parte de los gobiernos, parece que trae de vuelta la energía eléctrica para quedarse.