El uso del aluminio es un signo de sofisticación que no sólo se ha democratizado entre las marcas de automóviles, sino que también se utilizará masivamente en vehículos como los pick-up, ejemplo hasta ahora de rusticidad.
Antes de la aparición de la fibra de carbono, el aluminio era el material exclusivo en la construcción de coches de carreras. También se utilizaba sobre determinados automóviles de producción artesanal o sobre componentes específicos, como bloques de motores, capós, puertas, etc.
Paralelamente a su creciente desuso en coches de competición, la presencia del aluminio cobró mayor importancia en la producción en serie y entre los modelos de altas prestaciones. Ferrari, por ejemplo, pasó del chasis de acero del F355 al chasis de aluminio del F360 en 1999, pero ya antes Audi lo había elegido para la carrocería del primer A8 en 1994. Desde entonces, cada vez son más los modelos de gran serie que recurren al aluminio para algunos de los paneles de su carrocería.
Guerra al peso
La reducción del peso en los automóviles se ha convertido en una de las grandes batallas de los fabricantes. Las limitaciones al consumo y a las emisiones, con 95 g/km de CO2 de media en 2020 en Europa (130 g/km en 2015), obliga a concebir motores más eficientes, a generalizar la hibridación y a eliminar tantos kilos como sea posible.
Quizá los vehículos más penalizados en este sentido sean los grandes todoterreno, pero especialmente los pick-up. Muchos de los primeros utilizan ya carrocerías monocasco, sin embargo los segundos se mantienen fieles a los chasis de largueros, más pesados pero adaptados al uso más duro en explotaciones agrícolas, forestales, etc.
Del Defender al F-150
En un contexto reglamentario que va a obligar a los fabricantes a hacer vehículos más sobrios, la única alternativa para estos vehículos es la construcción en aluminio. Para ello se han inspirado en el icono de los todoterreno, el Land Rover Defender de chasis de largueros y carrocería de aluminio.
Ford ha sido el primero en trasladar este planteamiento a su pick-up F-150, que ha sido el automóvil más vendido en Estados Unidos durante los últimos 32 años y uno de los más vendidos del mundo. La nueva generación del Ford F-150, que empieza a fabricarse este mes de octubre, combina un chasis de acero con una carrocería de aluminio. Éste y otros cambios hacen que el nuevo modelo sea hasta 318 kilos más ligero, estableciendo así las bases para las pick-up del futuro. Ford emplea una aleación de alta resistencia, requisito imprescindible para la caja de carga del F-150.
Antes incluso de salir al mercado, el Ford F-150 ya está creando escuela. Según estudios realizados por la empresa norteamericana de marketing Ducker Worldwide para la sociedad Aluminium Transportation Group, en 2025 siete de cada 10 pick-up fabricados en Estados Unidos podrían ser de aluminio.