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El Lamborghini Temerario “nos cuenta” por qué ha perdido dos cilindros

El Lamborghini Temerario es el nuevo superdeportivo de la firma de Sant’Agata Bolognese (Italia). Lamborghini ha elegido un sistema de propulsión híbrido que combina un potente V8 de gasolina con tres máquinas eléctricas (un generador y dos motores) asociadas a una compacta batería de iones de litio. En conjunto, el sistema entrega una potencia máxima de 920 CV, capaz de proporcionar al vehículo la capacidad de acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 2,7 segundos.

Curiosamente y dejando aparte el SUV Urus –que comparte desarrollo con el Porsche Cayenne, el Audi Q8 y el Bentley Bentayga, entre otros modelos del Grupo Volkswagen–, se trata del primer V8 montado por un Lamborghini desde que en 1988 dejara de producirse el Jalpa. Y, al igual que en el caso del L353 montado por el Jalpa (creado por Giampaolo Dallara para el Lamborghini Urraco, en 1971), este nuevo V8 está desarrollado específicamente por Lamborghini.

Un V8 turbo que gira a 10.000 vueltas es el corazón del Lamborghini Temerario

El nuevo motor es uno de los más potentes y tecnológicamente avanzados del mundo. Este V8 biturbo desarrolla 730 Nm entre las 4.000 y las 7.000 rpm, par motor que se traduce en una potencia máxima de 800 CV disponibles desde las 9.000 hasta las 9.750 rpm, si bien la capacidad de estirarse del motor acaba en realidad en la mágica cifra de 10.000 rpm.

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Este V8 cuenta, además, con un “periférico” de lujo. Entre el volante motor y la caja de cambios del Lamborghini Temerario se intercala una compacta máquina eléctrica (P1) cuya aportación resulta crucial a la hora de proporcionar una respuesta inmediata desde parado (en el momento en el que el V8 biturbo es menos eficiente) y de forma constante en todos los cambios de marcha, “llenando” los “huecos de par” y mejorando la conocida como “respuesta transitoria”.

Más que obtener la máxima potencia posible, la idea es aportar una respuesta lo más lineal posible, algo crucial de cara a ofrecer un comportamiento noble. La ayuda de este P1 permite además instalar dos grandes turbocompresores que aumenten la eficiencia y las prestaciones a régimen máximo (aprovechando una gran parte del flujo de gases de escape para acelerar las turbinas) sin la contrapartida del “vacío” en la respuesta que deja normalmente este tipo de sobrealimentación, vacío que el P1 se encarga de llenar.

Los dos turbocompresores se ubican en el interior de la V del motor del Lamborghini Temerario, siguiendo un esquema de “V8 caliente” para optimizar el empaquetado y, según Lamborghini, la gestión térmica. Ello hace que el motor sea más eficiente desde el momento del arranque en frío, pero lo que no cuenta Lamborghini es que, con altas cargas constantes, el calor generado por los turbos se suma al desprendido por el motor y obliga a sobredimensionar el sistema de refrigeración.

Recursos técnicos de competición para el motor V8 del Lamborghini Temerario

Otro aspecto muy llamativo del nuevo V8 es su capacidad para girar a elevadas revoluciones. De hecho, para lograr alcanzar las 10.000 vueltas, ha habido que implementar soluciones técnicas del mundo de la competición. En este sentido, son destacables elementos como el cigüeñal flat-plane, las bielas de titanio o los balancines recubiertos de DLC (Diamond Like Carbon).

Comenzando por el cigüeñal, se trata siempre de un elemento crítico a la hora de girar deprisa, ya que se trata de la pieza móvil con mayor masa, está sometida a numerosas fuerzas que actúan en distintas direcciones y de forma variable y acumula grandes inercias. Según Lamborghini, su diseño “garantiza una dinámica de fluidos óptima gracias a un orden de encendido uniforme entre las dos bancadas”. De paso, este cigüeñal contribuye a lograr un timbre sonoro único.

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Motor del Lamborghini Temerario. Foto: Lamborghini.

Las ocho bielas de titanio del motor del Lamborghini Temerario ayudan a reducir las masas de otro de los componentes más críticos por su movimiento “constantemente variable”. Aquí, el empleo de un material ligero, resistente y térmicamente estable resulta crucial.

Finalmente, el recubrimiento de DLC para los balancines aumenta su resistencia. Hay que tener en cuenta que el accionamiento de las válvulas a elevadas revoluciones resulta especialmente crítico y, de hecho, Lamborghini asegura que sus balancines pueden soportar velocidades de rotación de hasta 11.000 rpm.

Con todo ello, Lamborghini ha desarrollado un sistema de propulsión único, que promete ofrecer las características de “un motor atmosférico de giro suave”, con la entrega de potencia de un motor sobrealimentado por turbocompresor, prometiendo, además, un sonido único.

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Motor del Lamborghini Temerario. Foto: Lamborghini.