Ya está sobradamente demostrado que la hibridación, sea del grado que sea, es una paso previo realista, accesible y incluso necesario hacia la completa electrificación. Se trata de sistemas de propulsión significativamente más eficientes que los que emplean únicamente motores de combustión, con una importante reducción de las emisiones contaminantes, así como en el agrado de conducción gracias al aporte de la parte eléctrica.
Una de las marcas que más alternativas ofrece en este sentido es Opel. La firma alemana integrada en el Grupo Stellantis cuenta con modelos 100 % eléctricos (Corsa, Astra, Mokka, Frontera, Zafira), con tecnología híbrida enchufable (Astra, Grandland) y con hibridación ligera a 48 voltios, tecnología que está presente en casi toda la gama y que en breve llegará al nuevo Frontera, sustituto del Crossland.
El Opel Frontera Hybrid viene con un motor de gasolina turboalimentado de 1.2 litros de 74 kW (100 CV) desarrollado específicamente para uso híbrido. Funciona junto con un motor eléctrico de 21 kW (28 CV) y una transmisión electrificada de doble embrague de seis velocidades, por lo que el consumo de combustible y las emisiones de dióxido de carbono se reducen significativamente en comparación con un vehículo de propulsión convencional comparable. El Frontera Hybrid también está disponible en versión de 100 kW (136 CV).
Así funciona el sistema híbrido ligera a 48 voltios del Opel
La tecnología híbrida de 48 voltios, inteligente, rentable y compacta ofrece muchas ventajas en el uso diario. Se puede utilizar para reducir el consumo de combustible y las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 18 % (como con el Opel Corsa) en comparación con un vehículo de combustión comparable y, al mismo tiempo, aumentar el confort de conducción.
En la conducción diaria por ciudad y por carretera, el motor de gasolina y el motor eléctrico trabajan juntos o por separado en función de las necesidades, siempre en una armonía óptima entre el consumo de energía y el rendimiento. Para garantizar que el catalizador y el asistente de frenos funcionen de forma óptima desde el primer toque en el pedal del acelerador, siempre se utiliza el motor de gasolina al arrancar los modelos Opel. La propulsión eléctrica apoya al motor de gasolina al acelerar y arrancar desde parado. El motor eléctrico aporta par, especialmente a bajas revoluciones, lo que beneficia la dinámica de conducción y el ahorro de CO2.
A bajas velocidades, el motor eléctrico también permite un desplazamiento totalmente eléctrico de hasta un kilómetro o hasta el 50 por ciento del tiempo utilizado en la ciudad, por ejemplo, al maniobrar. El vehículo cambia automáticamente a la propulsión eléctrica cuando la carga de la batería, la temperatura exterior y la temperatura del convertidor catalítico son adecuadas. Si los Opel Hybrid desaceleran a velocidades más altas y el motor de gasolina se apaga, el motor eléctrico actúa como un generador para recargar la batería de 48 voltios del sistema híbrido. Al mismo tiempo, cuando se suelta el pedal del acelerador, el híbrido puede «navegar» con el apoyo del motor eléctrico.
Los conductores de vehículos híbridos pueden elegir entre los tres modos de conducción Eco (para un funcionamiento especialmente eficiente), Normal y Sport. En el modo Sport, el motor de gasolina está siempre en marcha para garantizar el rendimiento requerido en todo momento.
Una nueva generación de motores de gasolina de tres cilindros y 1.2 litros que se han desarrollado especialmente para la hibridación y para cumplir con la norma de emisiones Euro 6e. Para una eficiencia óptima, los nuevos motores funcionan en el ciclo de combustión de Miller. Este ciclo termodinámico es posible gracias al turbocompresor de geometría variable, que mejora el rendimiento a bajas revoluciones, y a la sincronización variable de las válvulas.
Una nueva transmisión electrificada de doble embrague de seis velocidades que también ha sido diseñada especialmente para aplicaciones híbridas. Los cambios de marcha sin interrupción de par son más cortos y el confort es mayor. La carcasa de la transmisión también alberga el motor eléctrico y el inversor de CC, lo que optimiza el tamaño y el peso de la transmisión y garantiza unas excelentes prestaciones de conducción.
Un motor eléctrico síncrono de imanes permanentes, integrado en la caja de cambios, produce una potencia máxima de 21 kW (28 CV) y un par máximo de 55 Nm. Un motor de arranque por correa (también basado en tecnología de 48 voltios) que, en combinación con el motor eléctrico, arranca el motor de gasolina desde un arranque en frío. El motor de arranque por correa también reinicia el motor de forma rápida y sin problemas durante la conducción.
Una batería de iones de litio de 48 V con una capacidad útil de 432 Wh (890 Wh brutos), que se recarga mediante recuperación y el motor de gasolina, generalmente instalado debajo del asiento delantero izquierdo (Opel Grandland Hybrid: debajo de la carrocería). Esta ubicación no solo logra una distribución óptima del peso para una buena dinámica de conducción, sino que también permite retener todo el volumen del maletero.
Conviene destacar la presencia de dos redes eléctricas: una de baja tensión de 12 V que alimenta el equipamiento del coche (por ejemplo, elevalunas eléctricos, sistema de infoentretenimiento); y otra red de 48V para abastecer el sistema híbrido. También se incluye un convertidor de corriente continua para transferir energía eléctrica de la red de 48 voltios a la de 12 voltios. Si la batería de 48 voltios está casi vacía, por ejemplo, después de que el automóvil haya estado inactivo durante un tiempo particularmente largo, el convertidor puede transferir energía para fines de servicio de la red de 12 voltios a la de 48 voltios.
