La marca sueca Polestar tiene entre sus objetivos fundacionales no solo la movilidad eléctrica en general; sino una movilidad eléctrica que cada vez sea más sostenible hasta llegar a que los modelos de la firma sean neutros en emisiones de carbono durante todo el ciclo de su vida útil. Por eso, la marca no solo monitoriza y evoluciona la forma de crear sus coches, sino que va actualizando y publicando la información sobre el desarrollo de estos logros.
Es lo que se conoce como Proyecto Polestar 0. «En 2021, nos fijamos el objetivo de crear un vehículo de producción climáticamente neutro para 2030. Para conseguirlo, debemos eliminar todas las emisiones de la cadena de suministro, la fase de fabricación y el término de la vida útil. Buscamos impulsar la innovación retándonos a nosotros mismos y a la industria»; esa es la filosofía que se esconde tras este programa.
Y ahora, este proyecto da un un paso significativo hacia la sostenibilidad con el lanzamiento del Polestar 3. Un modelo que va a ser clave para la marca en muchos aspectos. Pero más allá de su estilo o características técnicas o de rendimiento, el nuevo Polestar 3 da un paso adelante en la reducción de su huella de carbono a 24,7 toneladas de CO2 equivalente (tCO2e), demostrando que incluso los vehículos de gran tamaño pueden ser más amigables con el medio ambiente.
Así se certifica en el informe de evaluación del ciclo de vida (LCA) del Polestar 3 que revela que la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero están relacionadas con la extracción y el procesamiento de materiales. Y entre estos materiales, el aluminio, el acero y las baterías son los principales emisores de estos gases. Por eso, Polestar ha puesto en marcha diversas medidas para reducir estas emisiones, como la compra de aluminio producido con electricidad renovable y el fomento de soluciones innovadoras en campos como la electrónica y los neumáticos.
Aluminio, acero y baterías reducen emisiones en el Polestar 3
Con eso se han conseguido datos sorprendentes. Por ejemplo, uno de los logros más destacados es que el 81 por ciento del aluminio utilizado en las baterías de iones de litio del Polestar 3 ha sido producido utilizando electricidad cien por cien renovable, lo que ha permitido eliminar 8,5 tCO2e. Además, la fabricación del Polestar 3 se realiza en fábricas que funcionan también con electricidad cien por cien renovable tanto en China como en Estados Unidos, lo que garantiza un menor impacto ambiental en todo el proceso de producción.
El informe LCA proporciona una visión transparente del impacto medioambiental del vehículo, si se tienen en cuenta diferentes alternativas de uso de electricidad. Así, en el estudio se hace un análisis de esas emisiones tras un recorrido de 200.000 km durante la vida útil del coche. Un análisis en el que también, por por primera vez, los cálculos incluyen el mantenimiento del vehículo. Según este informe, la huella de carbono del Polestar 3 varía entre 28,5 y 44,5 tCO2e, dependiendo de cómo sea el tipo de electricidad utilizada para cargarlo durante su ciclo de vida.
Este informe LCA, que está disponible para su consulta a través de la siguiente página web, se ha elaborado según la norma ISO 14067:2018, ha sido revisado por la empresa global de consultoría estratégica, medioambiental y técnica Ricardo plc, lo que refuerza la transparencia y la credibilidad de los datos presentados por Polestar.
Unos datos que para la marca sueca son parte de su ADN y de su compromiso con la sociedad, como recuerda Fredrika Klarén, responsable de sostenibilidad de Polestar, que pone de relieve la importancia de reducir las emisiones asociadas con la producción de vehículos eléctricos y destaca el papel clave que juegan las innovaciones y los vehículos eléctricos en la lucha contra el cambio climático.